Ya anunciamos hace días que Tolosa ha sido la ciudad escogida en Chengdu para celebrar el Congreso de Unima en 2016. Lo que no se supo hasta el último día fue la ciudad escogida para celebrar el Consejo, que Unima realiza a los dos años después del último Congreso (el próximo, en 2014). Se presentaban Sofía, de Bulgaria, y Matanzas, de Cuba. La opción escogida, responsabilidad tomada en este caso por el nuevo Comité Ejecutivo, fue Matanzas, Cuba.
Estas decisiones, de poca relevancia para quiénes desconocen los entresijos de Unima, son en realidad muy importantes, especialmente para las ciudades que pugnan por ser las sedes de las respectivas efemérides. Ya comentamos como la opición de Tolosa-San Sebastián, un éxito del tándem Miguel Arretxe-Idoya Otegui que llevan desde hace años el Festival Titirijai y que han llegado a crear el fabuloso TOPIC, venció a la de Ekaterinburgo, lo que provocó una gran decepción de los rusos, que pusieron toda la carne en el asador para conseguir ser la ciudad elegida.
Lo mismo ha vuelto a suceder con la elección de Cuba frente a la candidatura de Sofía. Los búlgaros habían puesto todas sus esperanzas en esta celebración, muy importante para ellos, deseosos de consolidar los logros de reorganización de sus importantes estructuras teatrales después de superar la transición que los llevó del comunismo a la Unión Europea. Un país, Bulgaria, que el próximo año celebrará además el cincuenta aniversario de pertenencia a la UNIMA.
Claro que también para Cuba era trascendental esta elección, en la actual etapa de cambio y de abertura que está viviendo la isla, y de consolidación de su excelente momento titiritero, con profusión de teatros y de nuevas compañías de gran calidad en todo el país.
Creo que hemos visto reflejados en este importante Congreso de Chengdu parte de los movimientos geoestratégicos que están teniendo lugar en el mundo, que también afectan las alianzas y las influencias entre los países miembros de UNIMA. No podía ser de otro modo, al ser ésta una organización global con presencia de una gran mayoría de países.
La emergencia del “mundo periférico”, hasta hace poco integrado en lo que se llamaba el Tercer Mundo, con países punteros como Brasil, México, China, India y Sudáfrica, que arrastran tras si a las distintas regiones continentales, coincide con un cierto declive de Europa, inmersa en una profunda crisis económica y política, y un cierto estancamiento de los Estados Unidos. El mismo Congreso de Chengdu ha sido un ejemplo claro de esta nueva realidad mundial que afecta directamente a los títeres, como hemos podido ver en el impresionante despliegue de medios, tradiciones y alardes virtuosísticos de las compañías chinas presentes en el Festival. En su organización, las autoridades de la ciudad se han implicado profundamente, deseosas de dar a conocer al mundo esta realidad y la decisión tomada de potenciar un patrimonio cultural y artístico que les ayude a definir su identidad y a exportar una imagen de originalidad y de creatividad en el mundo. Para ello no han reparado en gastos ni en esfuerzos, y los resultados han sido grandiosos, especialmente en las dos ceremonias de abertura y de clausura, espectaculares e impresionantes a más no poder. En este sentido, China ha creado un precedente curioso e interesante, difícil de igualar por los demás países, pero que sin duda condicionará los próximos Congresos, ya sea por querer emularlo o, por el contrario, por distanciarse del mismo planteando creativamente otras posibilidades.
En Chengdu hemos visto como en el mundo de los títeres el Eurocentrismo hasta ahora imperante era substituído por estas nuevas realidades geoestratégicas en las que lo periférico y lo emergente empujan para tener su sitio. Hemos visto también una cierta inclinación del mundo franco y anglosajón hacia el campo iberoamericano, como buscando un contrapeso a la enorme potencialidad asiática que en Chengdu ha emergido con fuerza como un volcán y que sin duda condicionará el futuro del género. Por primera vez se va a realizar un Consejo y un Congreso en países de habla hispana, lo que demuestra la fuerza de atracción del mundo iberoamericano en general, a pesar de la gran atomización que tanto los países como los marionetistas mantienen dentro de UNIMA.
Esta reubicación geoestratégica es lo que ha frustrado, a mi modo de ver, los anhelos de Rusia y Bulgaria, dos países de una enorme tradición titiritera que sin embargo han quedado atrapados por la pinza histórica de la geoestrategia mundial. Realidades que ocurren, evidentemente, en los ámbitos de la inconsciencia colectiva, que es dónde tienen lugar estos procesos de cambio en las decisiones de los individuos.
Gran oportunidad para Cuba e Iberoamérica
Los próximos cuatro años serán muy importantes para la consolidación del género marionetístico en el ámbito Iberoamericano y Latino en general, entendido en sus dimensiones organizativas y estructurales. Lo serán por la coincidencia de estos dos eventos que se sucederán en el tiempo y que establecerán un antes y un después en ambos países y regiones.
Cuba deberá afrontar el reto de organizar un evento internacional cuyos participantes no se andarán con chiquitas a la hora de valorar y fiscalizar todos los detalles del Consejo, desde las infrastructuras puestas a disposición de los consejeros presentes (transporte, alojamiento, comunicaciones, Internet, convivencialidad entre titiriteros y consejeros, etc) hasta la elaboración de un programa de espectáculos internacionales atractivos y de impacto.
Por otra parte, será la gran oportunidad de que Cuba reinvente, en el mundo de los títeres, su gran potencial simbólico de isla-puente de las Américas del Norte con las del Sur, y de éstas con Euroasia y África. Además del peso histórico de las grandes relaciones que siempre tuvo Cuba con Europa y con los Estados Unidos, tiene a favor el hecho de pertenecer a la Comisión de Unima de América del Norte, una decisión de gran valor estratégico y simbólico para todos los implicados. Ligarlo con la imponente emergencia titiritera de Brasil, y por supuesto de México y Argentina, arrastrando con ellos a los demás países de la región, será algo que todos los implicados querrán hacer. En este sentido, el mundo de los títeres puede abrir inesperados canales de creatividad y de comunicación artística en la región, muy útiles para todos los implicados en este lenguaje de lenguajes que es la Marioneta.
En cuanto a Tolosa, los organizadores tendrán el reto de inventar un Congreso capaz de competir con lo que se ha visto en Chengdu pero desde perspectivas completamente diferentes. A cada cultura su estilo y su lenguaje. En China, prima lo colectivo y la unión de las partes hace la fuerza. En España, el país de las llamadas autonomías, con algunas de ellas pensando en horizontes independistas, prima la libertad atomizada de lo pequeño y de lo diferente. Si allá la fuerza la hace la unión, aquí la exaltación de lo separado y distinto es lo que genera riqueza y da fuerza a la cultura. China, país de grandes logros colectivos. España, país de grandes logros individuales. Dos extremos que sin embargo se tocan y se necesitan, pues si lo colectivo crece demasiado, acaba colapsando por la rebelión de los individuos que se ahogan. E, igualmente, sin una coordinación colectiva de lo diferente, se va al caos y a los Reinos de Taifas. Creo que ambas celebraciones, la de Chengdu y la de Tolosa, puestas una detrás de la otra, pueden crear dos interesantes modelos radicalmente distintos entre si y, por ello mismo, sumamente complementarios.
Me parece excelente la elecciòn del TOPIC para el pròximo Congreso de la UNIMA, porque considero que es un Centro de Excelencia que dignifica el arte de los Tìteres. Gracias.
Raquel Bàrcena. UNIMA-MÈXICO.