Costaría mucho definir cómo fue el 2012. Año de extremos, para nosotros, desde Titeresante, ha sido pródigo en novedades y trabajos. El primero de marzo nació nuestro triple portal y desde entonces se ha mantenido activo en permanente furor retórico, con más de 450 artículos publicados en las tres lenguas (catalán, castellano e inglés, y algunos en francés y en portugués). Es temprano todavía para hacer balance, será mejor hacerlo al cumplir el año, pero sí queremos manifestar nuestra modesta satisfacción por la labor emprendida: el ritmo diabólico de nuevas entradas ha sido trepidante y tenaz. Y aunque la cantidad suele ser mala compañera de la calidad, el equipo redactor de Titeresante y los colaboradores pensamos que el equilibrio conseguido entre los textos de corto alcance (crónicas, noticias e informaciones de actualidad), a pesar de tener vacíos importantes, y los de largo recorrido (reportajes, entrevistas, análisis de espectáculos, artículos de fondo, estudios y reflexiones), que son mayoría, puede sacar muy buena puntuación.

Trastam

Imagen de Trastam. Fue una actuación destacada de una compañía con experiencia en el marco del Festival TOT, el cual va sufrir algunos cambios en su edición de 2013. Foto de Jesús Atienza.

A modo de datos sobre la marcha de la revista, decir que de los tres portales, los más visitados son Putxinel·li y Titeresante (podría decirse que van a la par), mientras Puppetring, editado en lengua inglesa, avanza a velocidad más lenta (a pesar de que acumula unos cien artículos). La media de visitas entre los tres portales es de 580 al día (17.980 visitas al mes). La de páginas vistas, se dispara a una media diaria de 5.346 (165.726 páginas al mes). Cifras que consideramos, tras sólo diez meses de estar en marcha, francamente buenas y esperanzadoras.

Dejemos Titeresante y vayamos a los títeres en general. Cabría considerar el 2012 como un buen año internacional de las marionetas si tenemos en cuenta que en mayo tuvo lugar en Chengdu el Congreso de Unima y el Festival Mundial: un hito en la historia reciente de los títeres al abrir al mundo la nueva realidad titiritera de este enorme país que es China. Una realidad apabullante, con sus carencias pero con una potencialidad humana, artística y creativa de gran aliento y largo alcance. Para los titiriteros occidentales, un reto mayúsculo y una oportunidad de oro para comunicarse y establecer relaciones con los que laboran en las tierras del sol naciente.

Chengdu

Manipuladores en la fiesta de Chengdu. Congreso de Unima.

La euforia de la realidad que se vive en Oriente se suma a las que se viven en otras latitudes también emergentes, como son Brasil, México, Perú, India o Sudáfrica. En este sentido, el frenesí titiritero de la mayoría de los países hispanoamericanos es sorprendente (ver este editorial), lo que augura un futuro magnífico en estas áreas geográficas.

Europa, en cambio, y especialmente los países el sur, están sufriendo un momento de languidez por no hablar de catástrofe mayúscula, al estar sus sociedades sometidas a un estrangulamiento continuo de medios y recursos. Lo que anteriormente vivieron los titiriteros argentinos o brasileños, ahora lo viven los españoles, portugueses, italianos y griegos. Pero también como ocurrió en América, la necesidad crea el órgano y, ante las dificultades, muchos grupos, festivales y titiriteros se crecen inventando nuevas formas de subsistencia. Pasan mayormente por dos líneas de trabajo: unos profundizan en lo local, buscando nuevas formas de llegar al público y de compartir gastos y estructuras, otros se abren al ancho mundo, buscando fuera lo que no se encuentra en casa. Lo mejor sin duda es combinar las dos opciones.

A Cero

Imagen de

Se da la paradoja de que siendo una época parca en medios, crece el número de los debutantes, con un florecimiento inédito de nuevas vocaciones. Grupos jóvenes se lanzan a los escenarios y sorprenden al público. Algo que suele ocurrir en las épocas de crisis, que son irremediablemente épocas de cambio.

Cambios que vemos en todas partes y que parece ser el signo de los tiempos. El 2013, en este sentido, cumplirá con las expectativas de los numerólogos que consideran el 13 como símbolo de transformación. En el Tarot, es la carta de la Muerte, cuyo significado es precisamente de cambio y transformación. La complejidad del mundo, sin embargo, nos habla de procesos más profundos que los entendidos llaman sistémicos. Placas tectónicas del comportamiento humano en movimiento y colisión.

A los titiriteros nos incumbe cumplir con nuestra misión: explicar lo que se ve de estos cambios y colisiones, con el lenguaje mudo de las imágenes que hablan. Rodeados de objetos como jamás lo habíamos estado, son las letras de un abecedario con el que se componen significados múltiples. Duplicar la realidad con nuestras metáforas objetuales, a las que damos vida y ánima a través de la animación. Quizás así demos forma a lo viejo que se va y a lo nuevo que llega. Desde la humildad de uno de los oficios más antiguos del mundo, nuestros cometidos pueden ser hoy tan importantes como las vanguardias más punteras de la ciencia. Dar forma al Tiempo, mientras nos sentimos llevados por él.

Llegados aquí, sólo nos queda agradecer a nuestros queridos lectores su fidelidad, a los múltiples colaboradores su buen ánimo de participar en nuestras páginas y a los Miembros Asociados y a los Espónsores su gran apoyo por empujar el que también es su proyecto. A todos ellos, ¡un feliz y próspero año 2013!

El equipo redactor:
Toni Rumbau y Cesc Martínez