Por Adolfo Ayuso. Tuvo lugar en ocasión del Titirijai 2012 una interesante tertulia centrada en el tema de los “Viajes de ida y vuelta entre España y América Latina”, tema que centraba también la programación del mismo festival de este año. Para ello, los directores del TOPIC de Tolosa encargaron a Adolfo Ayuso que moderara el encuentro y presentara a su vez la cuestión contextualizándola desde el punto de vista de la historia y de la sociología ya más contemporánea de los titiriteros que han viajado de un extremo al otro del Océano Atlántico.
Adolfo Ayuso, que se tomó muy en serio el encargo, nos regaló a los que tuvimos la suerte de encontrarnos allí presentes, con una ponencia que clarificó y puso sobre la mesa un resumen de la historia de los títeres en la época precolombina y en la de la Conquista, situando a su vez las relaciones titiriteras entre España y América Latina. Dado el interés de los datos expuestos y de las imágenes proyectadas, muy poco conocidos por la mayoría de los interesados, decidimos desde Titeresante pedir los “apuntes” de los que se sirvió Adolfo en su presentación para publicarlos tal como él los había preparado, sin obviar ninguno de los datos recogidos. Son simples apuntes, y así hay que leerlos, casi una lista de datos que Ayuso agrupó para poderlos presentar en Tolosa. Pero iluminan sobre no pocos temas bastante desconocidos. Agradecemos desde aquí la generosidad del autor en cedernos este material, punto de partida sin duda de futuros trabajos en los que nuestro estudioso se halla inmerso.
Autocaricatura de Paco Porras. Publicado por él mismo en la contraportada de la revista Títeres,n29, dciembre de 1984.
Sobre la tertulia propiamente dicha, hubo unanimidad en valorar la gran aportación de los titiriteros especialmente argentinos que llegaron a España a partir de los setenta. Comentó Adolfo cómo existieron ciertos reparos en algunos momentos, protagonizados por personas como Paco Porras que se manifestaron públicamente recelosos de esta presencia. Un recelo que sin embargo el mismo transcurrir de los años acabó situando en el catálogo de las excentricidades de nuestro singular titiritero de Igualada, afincado desde joven en Madrid, cuando su relación con Javier Villafañe nos regaló con algunos de los episodios más divertidos del titeritismo español durante su viaje conjunto por la Ruta de Don Quijote.
La riqueza de esta aportación americana fue reconocida y valorada en sus muchos distintos aspectos: rigor, distancia, buen gusto, refinamiento, exigencia, profesionalidad y otras cualidades que cambiaron el panorama más rústico y voluntarista del paisaje español.
Presentamos a continuación los apuntes de Adolfo Ayuso, agrupados en 5 cuestiones y un epílogo con la relación de algunas compañías argentinas llegadas a España.
Cuestión 1ª:
¿Fueron los españoles los que llevaron los títeres a América o ya existían antes?¿Existieron los títeres prehispánicos?
Existen ya una serie de estudios sobre este tema. He aquí alguna bibliografía:
– SIROLLI, Amadeo Rodolfo ¿Títeres prehispánicos? I. de Antropología y Afines, Salta, 1971
– IGLESIAS CABRERA, S. y MURRAY PRISANT, G. Piel de papel, manos de palo: historia de los títeres en México. México : Fondo Nacional para la Cultura y las Artes : Espasa Calpe, 1995.
La tradición de títeres en América es milenaria; las figurillas articuladas conocidas más antiguas del continente, provienen de Guatemala y El Salvador, tienen 3 mil años y se asemejan a sus casi contemporáneas egipcias. En Tlaxcala se han encontrado diversos vestigios de este arte precolombino en Xochitécatl, en Nopalucan, Ixtacuixtla, Cuaula y en la misma Huamantla.
Alejandro Jara
Estela maya descrita por Alejandro Jara
TEOKIKIXTLI, palabra nahuatl que significa «el que hace saltar, bailar o representar a los dioses».
(Baúl Teatro, México)
Pero las dudas no dejan de asaltarnos. La mayoría de las personas de América Latina (y de otros muchos países) cuando oye hablar de títeres piensa automáticamente en los títeres de guante porque son los que más conoce en su tierra. Los títeres de guante son una técnica muy moderna y no hay referencias claras a ellos antes de los s. XIII-XV en ninguna civilización. La figura de la estela “parece” llevar en su brazo derecho un títere de guante pero no siempre lo que parece, es. En realidad no podemos saber de qué materia es, aunque “parece” de tela. Ni tampoco lo que significa. Lo único real es que nos plantea muchas preguntas.
A la pregunta de si existieron los títeres prehispánicos sólo cabe una respuesta. Es prácticamente seguro que sí. En todas las civilizaciones han existido figuras que representan a los dioses y que han sido manipuladas por chamanes, sacerdotes o personas principales ante un grupo de fieles o súbditos, es decir, un público.
GUAMAN POMA DE AYALA, Felipe. Nueva crónica y buen gobierno. Historia 16. Madrid, 1986, p. 253
Elvia Mante y César Tavera, fundadores de Baúl Teatro, relatan que Fray Bernardino de Sahagún en su libro Historia General de las cosas de Nueva España nos dice: “…se paraba, entonces sacudía su morral, lo remecía y llamaba a los que estaban dentro del morral…luego van saliendo unos como niñitos; unos son mujeres: muy bueno es su adorno de mujer: su faldellín, su camisa. De igual manera, los varones están bien ataviados; bueno es su braguero su capa, su collar de piedras finas. Bailan, cantan, representan lo que determina su corazón de él. Cuando lo han hecho, entonces otra vez remece el morral, luego van entrando, se colocan dentro del morral…Por esto se gratificaba a aquel que se llama el que hace salir, saltar o representar a los dioses”. Y más adelante: “otro embuste hizo el nigromántico… asentóse en medio del mercado de Tianguiztli y dijo llamarse Tlacavepan, o por otro nombre Ocecoch y hacía bailar a un muchachuelo en la palma de su mano (dicen que era Uizilopuchtli) poniale danzando en sus manos a dicho mozuelo y como lo vieran los tultecas todos se levantaron y fueron a mirarle, y empujábanse unos a otros…”
Para ayudarnos a pensar sobre esta evolución desde la representación de los ídolos y las figuras totémicas hasta los títeres resulta esclarecedor consultar el libro de Maryse Badiou, Sombras y marionetas. Tradiciones, mitos y creencias: del pensamiento arcaico al Robot sapiens, Prensas Universitarias de Zaragoza, 2009.
Cuestión 2ª:
¿Cuándo llegan los títeres españoles a América? ¿Utilizaron los títeres los misioneros como medio de evangelización?
Curiosamente la primera vez que aparece escrita la palabra «títere» en castellano es en 1524, por Bernal Díaz del Castillo en Historia verdadera de la conquista de la Nueva España. Lo hace en el capítulo CLXXIV donde narra la expedición que hace Hernán Cortes a Las Higueras (hoy en Honduras). Allí da cuenta de los principales de su tropa así como de otras personas que le acompañan: «y llevó cinco chirimías y sacabuches y dulzainas, y un volteador, y otro que jugaba de manos y hacía títeres».
Resulta interesante constatar que la palabra “títere” aparece por primera vez en relación a América. También resulta curioso que no señala si eran españoles los que realizaban esos oficios, todo el mundo lo ha dado por hecho. Hay que tender a sospechar de todo.
Según muchos los misioneros utilizaron para evangelizar dibujos y representaciones. Me puse muy contento cuando descubrí un catecismo, atribuido entre otros a Bernardo de Sahagún, en el que aparecían unas imágenes de algo que parecían muñecos o títeres.
Pero la consulta en abril del 2000 con un colega mexicano (Francisco Javier Lara Bayón) y una lectura reposada del libro de Luis Resines (Catecismos americanos del siglo XVI, Junta de Castilla León, Salamanca, 1992) me condujeron a la sensatez: se trataba de pictogramas. Es decir de un texto escrito a través de dibujos. No obstante me llamó la atención que el infierno se representara con la boca de una especie de monstruo, algo que en la escenografía teatral de aquellos tiempos se utilizaba con mucha frecuencia en los corrales y casa de comedias: la “boca del infierno”. El mismo Sahagún hace mención en diversas ocasiones de que se utilizaron representaciones pero no aclara cómo eran aquellas representaciones.
Cuestión 3ª:
¿Impusieron los españoles sus figuras animadas, sus títeres?
Sin duda alguna. Tanto en sus representaciones religiosas o de asunto religioso como en las profanas. Los españoles exportaron su forma de vivir y. por tanto, su religión, su teatro y con él trajeron los títeres.
En el Corpus español existían varios elementos donde podíamos encontrar figuras de movimiento. Además de gigantones y de animales fabulosos, como la Tarasca (figuras siempre de movimiento), existían en la procesión otros elementos en los que podían encontrarse figuras móviles: las rocas o carros, los altares y los arcos. Principalmente en México y Perú, pero también en otros territorios, se celebraron ricos desfiles procesionales. Existe una rica iconografía del que se celebraba en Cuzco en el siglo XVII.
La procesión del Corpus en el Cuzco, Unión Latina, Sevilla, 1996, Fig. 7, p. 105
Si observamos un carro de los exhibidos en Valencia durante la misma época (1663), vemos que hay mucha semejanza. Y en ese carro si hay figuras que se mueven a través de esa especia de nube sobre la cabeza de San Juan el Bautista.
Varey, J. Historia de los títeres en España. Revista de Occidente, Madrid, 1957.
No es fácil encontrar títeres en los archivos. Ni en España ni en aquella Nueva España americana. Pero sí se les busca se les encuentra o, al menos, se encuentran sugerencias de que estuvieron por allí. Las razones son muchas, la principal la confusión etimológica que tanto destaca Varey en sus obras (Ynvenciones, Figuras corpóreas, Figuras de movimiento, Figuras contrahechas, Máquinas, Muñecos, Volatines y títeres, etc). También, entre otras, que no suelen existir comedias propias para títeres, sino que se representan las mismas escritas para actores. Además hay abundante escenografía (pájaros, animales, “figuras contrahechas”, demonios, etc) que son títeres o figuras que se mueven en las propias obras interpretadas principalmente por actores de carne y hueso.
Hay decenas de referencias de aquellos que como Paul McPharlin (The Puppet Theatre in America, Plays, Boston, 1969, 1ª edición en 1948) los ha buscado. En México, encuentra que en 1569 Juan de Samora pide a las autoridades permiso para celebrar “three puppets shows”; en 1597, en Lima, un tal Doctor Julio y Jusepe Hernández, presentan un Castillo de las Maravillas que parece ser espectáculo de figuras animadas; también en Lima, en 1629, se celebra un acto en conmemoración de los misioneros mártires en Japón donde, según la fuente del Hermano Juan de Ayllón, se representó con títeres (las 3 referencias en p. 7). Es muy conocida la actuación en Lima de una mujer española, Leonor de Godomar (también recogida por McPharlin), que actúa con títeres entre 1696 y 1699.
En el XVIII, recoge McPharlin actuaciones en México en 1764, en 1784 (cita la fuente de Enrique de Olabarría, Reseña histórica del teatro en México, 1895) y 1785. También cita a otra mujer, Francisca Tomasa Montoya y Gadena, a la compañía de Francisco Coca, a María Petra Aguilar y a su marido José Meléndez, entre otros. En Perú, sobre1761 hay una representación de Máquina Real de Muñecos en el Coliseo de Lima. En 1786-1787 actúa Pasqual Calderón con juegos prestímanos y títeres.
También los hubo en La Plata, Montevideo y Buenos Aires, sobre todo a partir de la creación del Virreinato de La Plata en 1776. Alfredo Bagalio no encontró ninguna petición de permiso para actuar con títeres en los 47 volúmenes de las Actas del Extinguido Cabildo de Buenos Aires que comprenden de 1589 a 1821, es posible que no las haya, pero seguro que buscaba la palabra títere y ésta se debió de dejar de usarse o se usó muy poco en su significado de muñecos teatrales a partir de principios de 1700.
Cuba también recibe las visitas de los títeres del valenciano Tomás Anselmo Durán en 1776 (según María Gembero Ustárroz en sus Aportaciones a la historia musical de Cuba, Santo Domingo y Puerto Rico a partir de fuentes españolas (siglos XVI-XIX)
El mencionado investigador mexicano, Francisco Javier Lara Bayón, me proporcionó en 2000, tres referencias que había encontrado en el Archivo General de la Nación, a través de una búsqueda en Internet.
Documento 1. AGN. Grupo Documental Inquisición. Volumen 722. Expediente 5. Fojas 193 a 224. Año 1703. Resumen: EL SR. INQUISIDOR FISCAL DE ESTE SANTO OFICIO, CONTRA DIFERENTES PERSONAS VECINAS DE ESTA CIUDAD, POR HABER TENIDO UN INCENDIO A S. NICOLAS TOLENTINO, Y EN ÉL JUGADO TITERES Y OTROS FESTEJOS PROHIBIDOS. EDICTO, EN FOJA 205. MEXICO.
Documento 2. Grupo Documental Inquisición. Volumen 1051. Fojas 107 y 108. Año 1718. Resumen: ANTONIO MUNGUIA, ESPAÑOL, VECINO DE LA JURISDICCION DEL PUEBLO DE TINGÜINDIN, DENUNCIA A PEDRO FLORES, NEGRO, QUE VIVE EN CASA DE JUAN EL TITERE, POR SUPERSTICIONES.
Documento 3. Grupo Documental General de Parte. Volumen 41. Expediente 441. Fojas 350 recto y vuelta. Año de 1763. Resumen: SE MANDA AL CORREGIDOR DE ALCALDES ORDINARIOS DE QUERETARO QUE EN EL CASO DE QUE LOS AUTORES DE COMEDIAS Y TITERES LLEGUEN A AQUELLA CIUDAD A EJECUTAR LAS CITADAS DIVERSIONES SE ENTIENDA CON LA PRECISA CALIDAD Y CIRCUNSTANCIAS DE QUE HAN DE EJECUTARLAS EN EL PERENTORIO TERMINO DE UN MES Y NO MAS, EN CASA PARTICULAR DE DICHA CIUDAD DESTINADA PARA ESTE SOLO FIN Y NO EN OTRA HACIENDOLAS A LA HORA Y EN EL MODO QUE SE ORDENA Y PREVIENE. QUERETARO.
Y no podemos dejar de mencionar el sensacional artículo publicado en Fantoche, 5, 2011 por Rey Fernando Vera García, también investigador mexicano, revisando esa fuente fantástica de datos que es el Archivo General de la Nación. Proporciona datos de titiriteros de Máquina Real como Gabriel Ángel Carrillo (1715-1716) o Antonio Trujano (1737). Encuentra unos documentos excepcionales (1793-1794) en los que José Rincón, administrador del Hospital y Coliseo Real de la Ciudad de México, denuncia que las diversiones de maromas y comedias de muñecos que se realizan en teatritos particulares y plazas de la ciudad son tan numerosas que perjudican notablemente las entradas al Coliseo Real, condenando a las compañías oficiales a padecer penuria económica.
El listado podría ser interminable si acudimos a más fuentes, más investigadores. Podría afirmar que existe un mayor conocimiento del pasado de los títeres en algunos países latinoamericanos que en España.
Las guerras de la independencia latinoamericana (entre 1808-1812) y la subsiguiente creación de nuevos estados pudieron influir en una menor presencia de los títeres, pero es algo a confirmar. El caso de los Rosette-Aranda, activos en México desde 1835, va en contra de esa idea, aunque puede ser que nos encontremos ante un caso excepcional. Lo que es seguro es que la presencia de artistas españoles en teatros y teatritos va a ser mucho menor hasta finales de siglo. Es seguro que, quizá tímidamente, comienzan a aparecer titiriteros nativos de esos nuevos países latinoamaericanos. Así aparecerán nuevos personajes como Don Folías en México, al que curiosamente le crece la nariz y el cuello (como ocurre en algunos personajes populares españoles) y otros en Perú descendientes de Don Cristóbal.
Así, a principios del XX, volvemos a encontrar titiriteros españoles en América. Roberto Lago, (Teatro guignol mexicano, Dintel, México DF, 1956) nos cuenta las representaciones que en 1906 hacía el catalán Julián Gumí en el Colegio Alemán de la calle López (p. 33). Y serán apoteósicas las giras del ventrílocuo Paco Sanz a partir de 1912, principalmente por Argentina y Cuba.
Cuestión 4ª:
El siglo XX, los títeres pedagógicos, los títeres revolucionarios y los títeres poéticos.
México:
1929: Teatro de Títeres en la Casa del Estudiante Indígena: Luis Bunin, Bernardo Ortiz de Montellano y Julio Castellanos. En 1930 se une el profesor Juan Guerrero. Su objetivo principal es integrar al indígena en la moderna sociedad mexicana
1932: Teatro de Muñecos del departamento de Bellas Artes de la Secretaría de Educación Pública: Germán Cueto, Lola Cueto, Graciela Amador, Roberto Lago. Obras para Jardín de Infancia. Creación del Teatro del Niño con dos grupos dirigidos por Germán Cueto y Leopoldo Méndez. Estridentismo. Angelina Beloff. (Tomado de Arqueles Vela, Introducción, organización e interpretación del Teatro de Muñecos “Guiñol”, Secretaría de Educación Pública, México, 1936)
Ambas experiencias demuestran influencias del Teatro Soviético.
Lola Cueto en 1945
Estas experiencias mexicanas tienen una clara y demostrada influencia en el Teatro de Fantoches de Misiones Pedagógicas, dirigido por Rafael Dieste. Pudo ser Fernando de los Ríos, ministro de Justicia de la República, el que tras un viaje a México quisiera probar los títeres en la aventura de las Misiones Pedagógicas. La prensa católica y reaccionaria así lo señaló:
Desde 1910 y más aún desde 1914 el tópico revolucionario que llegaba hasta los últimos rincones de Méjico, era la redención del indio por medio de la escuela.
Lo mismo que aquí ¿no? No: aquí lo mismo que allí, porque allí empezó antes y aquí lo continúan sus imitadores. Allí vimos a Marcelino y a Fernando [se debe tratar de Marcelino Domingo, maestro y ministro de Instrucción Pública y del mencionado Fernando de los Ríos] hace varios años estudiando revolución […] Las misiones pedagógicas, los maestros misioneros, los títeres, la radio, todos esos métodos de mágica desanalfabetización, allí los vimos empleados hace no pocos años.
(Fray Junípero, El Siglo Futuro, 16-11-1932, p. 3)
Argentina:
La actuación de García Lorca en el teatro Avenida de Buenos Airwes en 1934. Estoy seguro que se ha mitificado mucho. Pero resulta imposible el negar su trascendencia.
Se crea un primer grupo (que podríamos llamar artístico) alrededor de Jorge Larco, Ernesto Arancibia (que hace el muñeco de Don Cristóbal) y quizá Cunill Cabanellas un catalán que residía en Buenos Aires. De este primer núcleo quedará otro en el que podemos distinguir a Mane Bernardo que, junto a Satah Bianchi visitará España en 1953. Aquí conoce a Tozer, a los Anglés, a Talio (Bernardo, M.; Bianchi, Sara; 4 manos y dos manitas, Tu llave, 1987, p. 81).
Otro grupo (que podríamos llamar poético) lo conformará Javier Villafañe, en el que estarán Juan Pedro Ramos, Enrique Wernicke, Liberto Fridman y otros. Este grupo es el catalizador de otros muchos como el que formarán los hermanos Di Mauro.
Tras la caída de la República española se encuentran en Argentina Manuel de Falla, Rafael Alberti, Eduardo Blanco-Amor, Andrés Mejuto y Helena Cortesina (actores en la compañía de Margarita Xirgú, actriz ella que fue con la compañía de Lola Membrives en la gira de 1934 con Federico, que forman ambos compañía de títeres), Jorge Viladrich (nacido en Fraga de padre catalán), que funda Títeres el Iberito, perteneciente a la ATA (Asociación de Titiriteros de Argentina).
En México están Bartolozzi, Magda Donato y Miguel Prieto.
En Chile, José Ricardo Morales, autor de la pieza de títeres Burlilla de Don Berrendo y cofundador del teatro experimental chileno
Cuestión 5ª:
El fin de una dictadura, el comienzo de otras y los viajes trasatlánticos.
Hemos visto que si los hechos no se recogen, desaparecen. Desaparecen en el momento en que mueren las personas que estaban allí mientras ocurrían esos hechos. Los programitas, los carteles, se deshacen en los trasteros y mueren también si nadie los conserva y protege. Lo que queda en la prensa, si algo queda, suele ser una mínima expresión con la que es muy difícil recomponer lo que sucedió realmente. Por eso resulta imprescindible recoger la herencia que argentinos y otros americanos han dejado en el resurgir de los títeres en España tras el fin de la dictadura franquista.
Las dictaduras que se establecen en América Latina, y sobre todo la dictadura argentina de 1976, provoca el exilio de un buen número de titiriteros o de personas que por supervivencia van a hacer títeres. España es uno de los lugares que recibe buena parte de ellos. Más adelante recibirá también a otros que viajan por motivos de la precariedad económica de los países latinoamericanos.
Nos trajeron bastantes cosas:
Argentina tenía una relativa tradición de formación y de bibliografía sobre formación superior a la española
Alfredo Bagalio 1944
Sánchez Rego, M. del C. 1960
Mane Bernardo 1962
Jorge González Badial 1971
Escuelas de formación de Neuquén (1969) y de Rosario (1974), por Alcides Moreno.
Precisamente en aquellos tiempos se empezaba a producir el comienzo de los procesos asociativos en España (UPROMA, UT, etc, que acabarían convergiendo en 1984 en la creación de UNIMA España), en la que también tenían una mayor experiencia experiencia los argentinos (sobre todo Alberto Cebreiro y Alcides Moreno que contribuyeron notablemente a su fundación en 1971).
Aportaciones sobre todo en Títere de guante
En cuanto a la temática de las obras: los argumentos
En cuanto a la construcción
En cuanto a la manipulación
En cuanto a la dramaturgia
Son destacables sobre todo las aportaciones argumentales de Javier Villafañe que reside en España durante un largo periodo de tiempo (1978, 1980-87), interrumpido por algunos viajes. Después vendrán otros, recogidos en buena parte por la editorial Caracola-Arbolé.
En el campo de la manipulación y construcción han sido determinantes las aportaciones de los hermanos Di Mauro, bien personalmente o a través de algunos de sus discípulos y amigos. Como detalle anecdótico podemos hablar de las manos de fieltro de los títeres como sustitutos de las manos en madera o pasta de papel que empleaban los españoles.
En el campo de la dramaturgia, además de las aportaciones de los pioneros, son de destacar las más recientes de los argentinos formados en Teatro Municipal General San Martín, fundada la sección de Títeres por Ariel Bufano: Tito Lorefice, Rafael Curci o Claudio Hochman.
En líneas generales la recepción de los titiriteros latinoamericanos fue buena. España estaba saliendo de una larga dictadura y se comprendía el drama de los que tienen que huir de su tierra. Pero también hubo algunos problemas (véase Porras, El País 1979) por pura competencia profesional.
«La mitad de las compañías que circulan por Madrid», dice Francisco Porras, «son argentinas. Algunas de ellas están bien preparadas, pero la mayoría se meten en esta profesión, sin tener ni idea y obligadas por la falta de trabajo o porque les parece que, van a conseguir fácilmente dinero.»
El País, domingo 12-08-1979, José F. Beaumont, “El titiritero, una profesión que no se toma en serio”
Reproducido en Títere (Madrid), 7, septiembre 1979, pp.41-43
Además de las compañías establecidas en España otros artistas y compañías han dejado notar su influencia a través de los viajes por España con motivo de
Becas de UNIMA (gestionadas por Alberto Cebreiro)
Festivales y Giras
Cursos, Talleres y Conferencias
Resulta innegable el apoyo brindado a los titiriteros americanos por muchos festivales españoles pero sobre todos resulta destacable la labor de Concha de la Casa y del CDTB en las publicaciones de los 3 anuarios hispanoamericanos (1990, 1995 y 2001) que proporcionan un impagable conocimiento de la situación del arte de los títeres en ambas orillas atlánticas. De allí hemos sacado alguno de los siguientes datos
ALGUNAS COMPAÑÍAS ARGENTINAS EN ESPAÑA
Sin ánimo de ser exhaustivos y olvidando seguro a algunos
Javier Villafañe
LA ANDARIEGA Viaje del Quijote 1978
La Andariega 1935 1980-1987 (ZGZ)
Alcides Moreno y Guadalupe Tempestini
EL FAROLITO Sevilla 1981
1962, Rosario, Argentina
Alberto Cebreiro
LOS DUENDES (Primero en Madrid 1977-79) Valencia 1979-80
Bahía Blanca, Argentina, 1967
Horacio Casais y Herman Koncke
LOS TÍTERES DE HORACIO Madrid 1972
(creado en Brasil, luego Argentina y México)
LA GAVIOTA Madrid 1976
Buenos Aires, 1974
Miguel Ordóñez
CRISTOFORO COLOMBO Madrid 1976?
Jorge Varela
LOS TITONIOS- BAGATELA Castellón
Finales de los 50. 1976?
César Linari e Irene Melfi Granada
Irene Viñals Jaén-Málaga
TEATRO DE LA FUNAMBAFABULA 976
Leopoldo Castilla TEUCO Madrid
EL TALÓN CON RUEDA 1977
Fundado en Argentina en 1950 por su padre
Guaira Castilla
Sara Bonet Madrid
TITIRIMUNDO 1976
Héctor Grillo Zaragoza – Sevilla
Pepe Ruiz
Delia Piris y Hugo Gaitta
Roberto de Vittorio (BsAs, 1939)
Rita Tamborenea
Pablo Vergne Madrid 1987
EL RETABLO
Jorge Rey Santiago de Compostela
CACHIRULO 1986
Fernán Cardama Jaén.Alcalá la Real
ESFER TEATRO 1996-97
Gerardo Capobianco Sevilla la Nueva, Madrid
PIZZICATO 2002
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Adolfo Ayuso
ayusoroy@terra.es
Fue una tertulia muy interesante y el trabajo de Adolfo, como todo lo que hace con mucha seriedad y buscando siempre el rigor de los hechos históricos. Todo el mundo se quedó con ganas de más. Felicidades Adolfo