Se ha dicho y repetido que la solución al irresponsable abandono con el que los poderes políticos se comportan para con algunas manifestaciones culturales (y sobre todo con las manifestaciones culturales más populares), es la autogestión. O, por lo menos, la organización y la financiación a través de sistemas alternativos al de la dependencia de unas instituciones que cada vez cumplen menos con su obligación. El mecenazgo, el patrocinio por parte de pequeñas entidades implicadas en un sector o las micro aportaciones son recursos que están permitiendo subsistir e incluso empezar a multitud de proyectos (nuestra propia revista, por ejemplo). Y esto es lo que ha hecho el festival Titiricuenca (ver su página web).
La nota que se ha hecho circular desde el festival da unas cifras de recorte presupuestario que más bien parecen una condena, y más aun siendo bienal: 70% menos, pasando de 50.000 euros en 2011 a 16.000. Una cantidad irrisoria para un festival en la actualidad de talla internacional que ha ido consolidándose durante dos décadas, aunque todavía hay que destacar el apoyo del Ayuntamiento de Cuenca y de la Fundación Ciudad Cultural de Cuenca. Quizá ése sea uno de los motivos por los que Ángel Suárez Herranz, director del festival y también responsable de comunicación de UNIMA Castilla-La Mancha (sección creada en el Titiricuenca de 1999), ha decidido mantener la convocatoria de la edición 2013, prevista para los días 10 al 16 de junio, y emprender una campaña de recaptación para particulares, dirigida especialmente al tejido comercial y popular de la ciudad. Para ello, se prevé la aportación de fondos en calidad de patrocinadores (más de 5.000 euros), colaboradores (más de 1.000), ayudas (entre 100 y 1.000 euros) y amigos (de 10 a 100 euros), hasta el 15 de marzo como plazo máximo, y a partir de estas aportaciones se va a elaborar el programa de este año.
Aun siendo en circunstancias extremas, el Titiricuenca se vuelca a la colaboración ciudadana para mantener vivo un bien cultural común y el patrimonio singular del teatro de títeres. No cabe duda de que ésta es la base de una nueva red de complicidades en coherencia con otras actividades promovidas ya sea desde UNIMA Castill-La Mancha o bien desde el propio Festival: el pasado mes de diciembre, UNIMA, también con el apoyo del ayuntamiento, organizó la llegada a Cuenca de la Caravana de Títeres de Castilla-La Mancha, que cada año desde el 2000 recorre las tierras manchegas con actuaciones de títeres para dar más raigambre a este arte en la región; también se han organizado homenajes a titiriteros desaparecidos como Ángeles Gasset, Pepe Otal o Gonzalo Cañas. Esperemos pues que este foco de difusión del arte del títere en España pueda mantenerse y, más allá de crisis, reivindicarse imprescindible en su territorio.