Querido Henk,  Recuerdo la primera vez que vi a Ans Boerwinkel, hace ya casi treinta años, fue en 1984 durante la celebración del desaparecido FESTIVAL INTERNACIONAL DE TEATRE DE TITELLES DE BARCELONA, dirigido por Josep Ma. Carbonell. Encima del escenario del Teatre Regina, el mismo teatro donde cinco años después tendría el gran honor de presentar durante un mes en Barcelona, mi espectáculo Antología de marionetas.

Henk and Ans Boerwinkel
Jim Henson con Ans y Henk Boerwinkel en 1984. Foto del Jim Henson Company Archives (The Red Book)

Me acuerdo subiendo al escenario entre un publico hipnotizado. Ans, después del espectáculo, en el lado izquierdo, detrás del «teatrillo,» indicando al público con el gesto de sus manos que no podíamos pasar de allí porque durante la función algunos títeres habían sido depositados cuidadosamente encima de una tela extendida en el suelo y los podíamos pisar.

Me quedé durante unos minutos absorto, atrapado por la fuerza misteriosa que aquellos títeres desprendían. Tuve la sensación de que acababa de presenciar un espectáculo que marcaría mi vida y que dificilmente volvería a vivir otro espectáculo tan rotundo como aquel (esta sensación solo la volví a experimentar un año después en 1985 con Albretch Roser).


Entrevista de Jim Henson a Ans y Henk Boerwinkel.

Una luz tenue iluminaba un teatrillo, donde en su interior evolucionaban y se metamorfoseaban enigmáticos personajes con movimientos lentos, pausados, sin palabras, sin música, apenas unos pocos sonidos, el viento, silbidos, una queja o el ladrido de un perro. Sólo imágenes y movimiento. Títeres en estado puro.

Ans and Henk Boerwinkel
Ans y Henk Boerwinkel en 2008. Foto de Wilbert Bijzitter.

Al día siguiente volví de nuevo a aquel teatro, para ver el mismo espectáculo donde Ans y tú, Henk, con vuestro arte, me enseñasteis un nuevo concepto de entender el teatro de títeres y marionetas.

Ans and Jenk Boerwinkel
Ans y Henk Boerwinkel. Foto del Jim Henson Company Archives (The Red Book)

Gracias Ans Boerwinkel por haber vivido y proyectarte en los demás.

Descanse en paz.

Mi más sentido pésame, Henk.
RESPUESTA AL COMENTARIO DE EUGENIO NAVARRO:
Querido Eugenio.

Es verdad, se me había olvidado Henk i Charlot pasaron per el Malic. Si mal no recuerdo fué con su espectáculo Trio for Pierrot. ¿Cierto? Un espectáculo que nunca llegué a ver.

Tres años después de estas representaciones en Barcelona, en 1993 tuve el gran placer de coincidir con ellos en el festival Puppetry 93, celebrado en la Universidad de Berckley de San Francisco y organizado por Mike O.

Su espectáculo 25 Historias Breves que vimos en Barcelona en 1984 habíase metamorfoseado ( valga la redundancia ) en Metamorfosis, donde se podían ver los mejores titeres del primero.

Allí se produjo un hecho curioso que siempre me ha llenado de orgullo y felicitad:

El público americano que llenaba el teatro, durante la representación de mi espectáculo Antología, reaccionó con relativo entusiasmo. Pero al final del espectáculo pude disfrutar de una imagen que quedó grabada para siempre en mi memoria. Entre los correctos aplausos  del público asistente, apareció entre la penumbra de la platea una figura impresionante de casi dos metros de altura, vestida de negro, puesta en pié aplaudiendo con contrastado entusiasmo con el resto de la audiencia, era Henk Boerwinkel flanqueado por su asistente, la hoy gran titiritera Charlot.

El gran artista y titiritero del cual yo había sido «fan» sin el saberlo durante casi una  década, acababa de convertirse en mi más ilustre admirador!!!

Personalmente nunca más volví a EE.UU (si lo hizo mi Compañia en dos o tres ocasiones, con Poemes Visuals) siempre pensé que Antología era un espectáculo demasiado poético e intimista para un público acostumbrado a disfrutar de propuestas más espectaculares.

Regresé de San Francisco con el gran èxito bajo el brazo de haber establecido una gran amistat, que me llevó en diversas ocasiones hasta Maastricht donde Charlot y Roel tienen un magnífico teatro en su casa construido con sus propias manos, i disseñado por Henk. En él organizaban un pequeño festival de gran calidad donde también se produjo otro acontecimiento que de nuevo fué motivo de felicidad. Fué el de compartir escenario con el otro maestro del cual yo fuí alumno y «fan». El Sr Albrecth Roser. Él, Henk, Pepe Otal y Harry. V. Tozer, son els titiriteros que más me influenciaron en  los inicios de mi carrera.

Tambien recuerdo con cariño los viajes al festival de Mepple, un pueblecito del norte de Holanda donde vivian  Henk y Ans, en una casita con su taller pulcro y ordenado.

En fin buenos recuerdos que en estos momentos me hacen  sentir un ligero sabor agridulce pero que con el tiempo se que endulzarán  los rincones más íntimos de mi memoria.

Jordi Bertran