Comenzó el Festival de Alicante Festitíteres 2013 (ver programa aquí) hace días y terminará este domingo 8 de diciembre. Tuve la suerte de estar durante unos pocos días en la capital alicantina, una de las ciudades más amables del Levante español, y debo decir que no sólo gocé con lo que vi del mismo Festival –poco, dados los escasos días– sino también del paseo que pude realizar por el centro de la ciudad, con algunas sorpresas que luego contaré.
César Omar García y Ángel Casado.
De entrada, ser acogidos por estos dos veteranos militantes de los títeres, como son Ángel Casado Garretas y César Omar García Juliá, fue un verdadero placer. Ya sabía del frenético activismo de Ángel, tras los varios encuentros tenidos en los últimos tiempos, pero hacía siglos que no veía a Omar, a quién recordaba con barba y otra constitución física. Fue un agradable reencuentro que juntó épocas separadas por el tiempo, organizando un poco el caos memorístico de los que viajamos de un lado para otro, departiendo con caras y nombres siempre nuevos que a veces parecen no caber en la cesta de lo recordable.
Edificio de Las Cigarreras.
Un total acierto concentrar la mayoría de las funciones del Festival en el Centro de Cultura Contemporánea Las Cigarreras. El mismo lugar es una preciosidad, un edificio singular muy bien restaurado donde antiguamente se fabricaban cigarrillos. Se pueden ver muchas imágenes de los viejos tiempos como la de abajo si clican aquí:
El olor a tabaco ya no estaba, pero sí que vimos, en la parte ajardinada del Centro, unas muestras de “jardinería vertical” a modo de experimento que espero pronto veamos por las paredes de nuestras ciudades: una manera de gozar de la vegetación y de sus grandes ventajas medioambientales en la limpieza del aire urbano.
Pero en las Cigarreras, no sólo gozamos del aroma elíptico y romántico de los viejos tabacos, y de las flores que crecen en perpendicular a las verticales arquitectónicas, sino que también vimos títeres y bonitos experimentos. Uno de ellos fue la Muestra Escolar de Títeres, una brillante iniciativa que empezó el año pasado y que pretende popularizar el mundo de los títeres entre los niños y los maestros. Varias escuelas se han apuntado y puedo certificar que los resultados fueron muy buenos, teniendo en cuenta la naturaleza incipiente del proyecto. Dos son lAs artífices y animadoras principales de la idea: Miriam Díez Veza y Begoña Monllor Arellano, dos mujeres emprendedoras y preparadas profesionalmente para la animación y la enseñanza de los títeres con los niños. Pude ver uno de los espectáculos presentados por una escuela, y nos divertimos de lo lindo, Marga Carbonell (mi técnica acompañante en este viaje) y yo, con la obra vista, de temática musical.
Uno de los equipos escolares con sus títeres.
Por la tarde, ya dentro del programa del Festival, pudimos ver a la compañía Baran Puppet de Irán. Lo dirige y es su intérprete principal el licenciado en Teatro de Títeres y Master en Dirección Teatral Hossein Zeinali (miembro de Unima Irán), quién se encuentra en estos momentos realizando su tesis doctoral en España. En combinación con la excelente titiritera manipuladora de Granada llamada Fanny, y Àlex, otro titiritero catalán, el espectáculo, titulado Ropa Vieja y dirigido por Jose Luis Navarro, fue un brillante ejercicio de teatro de objetos, cuando éstos son utilizados para componer figuras distintas que adquieren vida propia. Organizado con un ritmo de cabaret, los diferentes números se van sucediendo con pequeños intervalos actorales que ayudan a coser las partes. Pudimos ver así como un calcetín se convertía de pronto en un divertdo y alocado director de orquesta, unos guantes y una camisa en un excéntrico pollo, un colador de cocina en una exótica bailarina árabe y un cepillo que sale de un cubo de ropa sucia en un curioso japonés que consigue burlarse y emular a un maestro en Kung-fu que hace ejercicios a su lado. Números que fueron recibidos por el numeroso público de las Cigarreras con entusiasmo y grandes aplausos.
Baran Puppet en plena actuación.
Charlando con Hossein Zeinali, nos enteramos de que en Irán existen tres universidades donde se implantan cursos de marionetas de alto nivel, pues en ellos se puede estudiar tanto construcción, como manipulación y dirección. Una formación muy completa que ha creado ya varias generaciones de jóvenes titiriteros, básicamente mujeres. Nos contaba Hossein que los chicos en esta carrera son una excepción, como por otra parte sucede en toda la universidad iraní, en la que las mujeres son mayoría, con un aplastante 60%. Lo que nos indica los enormes cambios, invisibles para nosotros, que se están produciendo en la sociedad iraní.
Hossein y Fanny, de Baran Theatre.
Salimos de Las Cigarreras y nos dirigimos al viejo teatro que César Omar tenía –y sigue teniendo, aunque ahora está cerrado– llamado Centre de Titelles d’Alacant. Una pequeña salita, muy hermosa por dentro, con muchos elementos titiritescos de decoración, y en la que guarda verdaderas joyas de una enorme colección de marionetas de todo el mundo que Omar lleva recopilando desde hace años.
Interior del teatro de César Omar García.
¿Qué será de ella?, le preguntamos. Podrían llenar un museo o formar parte de un primer fondo de partida. La respuesta fue una incógnita: Omar se encuentra en una fase de cambio, en acorde a la época que nos ha tocado vivir. Todo cambia, nada es permanente. Respuesta que gustaría a todos los Heráclitos de Éfeso que hoy cantan victoria en el mundo, frente a los Parménidos empeñados en fijar y estabilizar el Ser. Cuando lo estable sucumbe –aparentemente–, el cambio se impone –para no cambiar nada…– . Dejemos la cuestión en empate, como siempre han defendido los entendidos en estas materias de alta filosofía.
Por la noche llegaron los tres titiriteros de la compañía Pupella-Nogués, viejos amigos que traían su hermoso espectáculo “El Espejo de las Hormigas”. Lo vi en Francia hace ya un tiempo, y me maravilló la finura, la sutileza y el rigor de una obra dirigida a los más chicos, capaz de entusiasmar a niños de dos y tres años de edad y a ancianos de setenta para arriba. Más tarde, fueron los kenianos de Krystal los que llegaron al hotel, todos ellos recién salidos del Festival de Tolosa (ver aquí artículo sobre Krystal).
Actuación con «A Manos Llenas» y presentación del libro «Rutas de Polichinela».
Me tocó a mí actuar el lunes por la tarde en la Caja Negra, la magnífica salita que existe en las Cigarreras, con unos espectadores muy entregados a la faena. Creo que el público me otorgó alguna oreja, y el rabo fue poder presentar, una vez terminada la función, el libro que se acaba de publicar en su versión castellana sobre Polichinela. Debo decir que el aroma invisible de los tabacos que imaginaba secándose en la sala más una cierta melodía de habanera afrancesada que flotaba en el aire, fueron ingredientes que inspiraron de un modo muy agradable mi estancia en las Cigarreras.
Paseo por la ciudad. Las Hogueras de San Juan.
Al día siguiente, decidimos dar un paseo por la ciudad. De las Cigarreras, que vimos por delante y por detrás, llegamos a la Plaza de Toros, de altas paredes y muy digna fachada, siempre en activo, pues el público valenciano ama la Fiesta de los Toros. Bajo esa luz mediterránea tan propia del sur y con una temperatura inferior a la media, fuimos bajando hacia el puerto.
La Plaza de Toros de Alicante.
De pronto, nos detuvimos en un escaparate de lo que parecía un edificio municipal: Museo de las Hogueras. ¿Qué es eso?, nos preguntamos. Tras encontrar la entrada, descubrimos algo fantástico: el lugar donde se almacenan y se exponen las Hogueras salvadas de la quema. ¿Había Fallas en Alicante? Pues los muñecos y los conjuntos que allí descubrimos recordaban la gran fiesta de la ciudad de Valencia. No, aquí los muñecos se queman por San Juan, como en todo el mediterráneo ibérico, pero en vez del típico Ninot u hoguera improvisada, desde 1928 las hogueras toman forma, figura y altura. Es una iniciativa que tiene un nombre y un autor: José Maria Py. Aquella idea cuajó y tras no pocas peripecias y paréntesis, concretamente tras la Guerra Civil, hoy Las Hogueras de San Juan se han convertido en las fiestas más importantes de la ciudad. Como dice Wikipedia sobre la misma:
Una de las Hogueras salvadas de Alicante.
La Plantà: a las 12 de la noche del día 20 de junio se coloca en cada distrito fogueril alicantino (una hoguera mayor y una hoguera infantil), que serán presentadas a concurso según su categoría. Al día siguiente, un jurado evaluará cada hoguera, para después poder otorgar los premios a las ganadoras. El proceso de ensamblaje de todas las piezas y su montaje, con ayuda de grúas, se denomina plantà. Las hogueras de categoría especial se plantan dos días antes, ya que su gran tamaño hace más lento y dificultoso su montaje. La fiesta de las hogueras comienza oficialmente este día, en el cual también se instalan las «barracas» de cada distrito. Las personas que colaboran en el montaje suelen cenar la tradicional «coca amb tonyina» acompañada de «bacores» para reponer fuerzas durante la plantà.
Entrada de bandas: la tarde del día 21 de junio se realiza la entrada de bandas, en la que participan los integrantes de las comisiones de todos los distritos fogueriles, normalmente ataviados con los tradicionales trajes de labrador y labradora. Son acompañados por las bellezas y damas de cada distrito, vestidas con el traje de novia alicantina. Cada hoguera desfila con su respectiva banda de músicos, llenando así el recorrido oficial de las hogueras de música y ritmo.
Desfile Folclórico Internacional: cada año se celebra el Desfile Folclórico Internacional, una vistosa cabalgata con carrozas, cuerpos de baile, bandas de música y bailarines procedentes de diversos países del mundo. Durante la noche del 23 de junio desfilan por Alicante siguiendo este recorrido: plaza de los Luceros, avenida Alfonso X el Sabio, Rambla, calle Altamira y ayuntamiento. Este desfile es muy vistoso y acoge a un gran público en las calles, ya que los participantes ejecutan al son de la música danzas típicas de cada país, vistiendo los trajes tradicionales.
La cremà: La noche del 24 de junio, festividad de San Juan Bautista, finalizan las hogueras de Alicante con el acto conocido como la cremà. A las 12 en punto de la noche se lanza desde lo alto del monte Benacantil, sobre el que se encuentra el castillo de Santa Bárbara, una monumental palmera de fuegos artificiales. La palmera tiene su origen en 1932 y es la descarga simultánea de centenares de cohetes de luz blanca, que indican el comienzo de la cremà, es decir, la quema de las hogueras mayores e infantiles.
En ese momento, una gran traca prende la hoguera oficial de la plaza del Ayuntamiento. La traca es encendida electrónicamente por la belleza desde el balcón del ayuntamiento, y la belleza infantil hará lo mismo con la hoguera infantil. Conforme avanza la noche, se procede a la cremà de las hogueras de cada distrito alicantino.
El equipo de bomberos se encarga de que esta celebración se desarrolle sin ningún tipo de peligro material o personal, y se ocupan de apagar las hogueras, que quedarán reducidas a cenizas. En cada hoguera, cientos de personas disfrutan del espectáculo de la cremà, y para resistir el calor, los bomberos les lanzan agua, protagonizando la tradicional banyà (literalmente, mojada). En la cremá de la hoguera ganadora por sus ninots influye la alcaldesa y la belleza del foc infantil y adulta con sus 6 damas (la belleza y las damas del foc son las máximas representantes de la fiesta) que fueron elegidas por un jurado en una elección que se presentaron 91 candidatas aproximadamente tanto adultas como infantiles. Cada candidata de una hoguera es una belleza pero que fue al año anterior porque cada año hay una distinta, por ejemplo, Anabel Aragonés Soriano de la hoguera Altozano Sur que fue belleza en 2.011 y se presentó para belleza del foc como candidata 2.012.
Nos hemos extendido en esta cita no sólo para mostrar la importancia de esta fiesta, emparentada a las Fallas de Valencia, sino también para que gocen de la descripción de la misma, muy lograda y pintoresca, de acorde con el objeto de la misma. Una fiesta, la de San Juan en Alicante, de una gran personalidad, como puede verse.
Hoguera de 1934.
Aunque no sean títeres ni marionetas, cuando el fuego se apodera de las hieráticas figuras, éstas empiezan a moverse tiradas por los hilos infernales que son las lenguas de fuego, de modo que durante toda la noche el pueblo goza de este espectáculo insólito en el que las Hogueras se convierten en verdaderos retablos del infierno donde todo baila y se mueve al son del elemento Fuego. ¡Magnífico!