Se puede ver hasta el 27 de septiembre una extraordinaria exposición de objetos, palabras e imágenes -así lo dice el proyecto de este «Muhba laboratorio 3» – realizada por el Museo de Historia de Barcelona y dirigida por Juan Roca, en colaboración con los Amigos de la Fabra i Coats, en la que por primera vez en la ciudad se recurre a los objetos, utensilios, documentos y fotografías para contar la historia de una de las empresas más emblemáticas, importantes y conocidas internacionalmente de Barcelona, la Fabra & Coats, abierta en 1903 por la Compañía Anónima Hilaturas de Fabra y Coats dedicada a la fabricación de hilos para coser y de redes de pescar, fruto del acuerdo entre los Fabra y la multinacional Coats de Paisley (Escocia), y cerrada en 2005, cuando la empresa decide detener la producción.

Fabra i Coats
Edificios interiores de Fabra i Coats.

La exposición forma parte de un proyecto de investigación y de recuperación de la memoria histórica de Barcelona a partir de donaciones, hallazgos y restauraciones de objetos, no únicamente los que tienen que ver con el lujo y la vida de la alta sociedad, como siempre se ha hecho en los museos, sino los que provienen también del mundo del trabajo y de las clases más populares. Es admirable en este sentido el trabajo del Museo de Historia de Barcelona al asumir esta responsabilidad de preservar las memorias colectivas de la ciudad y de invitar a los particulares a dar colecciones privadas y legados patrimoniales que normalmente irían a parar al trapero, a los Encants (el Rastro de Barcelona) o directamente a la basura. Es una muestra que apuesta por la centralidad del objeto para transmitir el conocimiento humano sobre su organización social, laboral y económica, y es el objeto al que conviene leer atentamente, lo que da entidad a la historia que se cuenta en los paneles y pantallas.

Fabra i Coats

En este Laboratorio 3, el objeto de atención es una fábrica, la Fabra i Coats, de la que, afortunadamente, se han conservado muchas cosas, gracias a que hasta el 2005 ha estado en funcionamiento. Esto quiere decir que los testigos vivos son muchos, lo que explica la existencia de la asociación Amigos de Fabra y Coats, lógicamente interesada en hacer todo lo posible para que las experiencias de los antiguos trabajadores, y toda una manera de entender la producción y la fabricación textil, se salven del olvido. (ver el dossier de la exposición en este pdf).

Fabra i Coats

En este sentido, la exposición que se presenta en el espacio Josep Bota de la misma Fabra i Coats es muy ilustrativa de lo que puede llegar a ser un museo de la ciudad en el que son los objetos los encargados de explicar la historia. Se trata de un primer experimento, muy bien resuelto y elegido, ya que por un lado muestra algunas de las máquinas que se utilizaban en la fábrica, varios testimonios en video grabados por Miquel Tàpies y Ona Planas -hay unas 14 horas de memoria oral grabada-, textos que orientan al visitante y un espacio central donde se despliega a la manera de un Rastro o unos Encants, una nutrida y abigarrada acumulación de objetos de todo tipo que nos hablan de las mil diferentes facetas que la complejidad de una fábrica como ésta era capaz de contener.

Fabra i Coats

Fabra i Coats

Esta parte central focalizada en los objetos tiene una gran ventaja, respecto al interés que puede despertar al visitante: su desarrollo, hecho con una cierta lógica temática pero con una considerable aleatoriedad que responde a motivaciones de orden más bien estético o de simple tamaño de los objetos, nos traslada a un universo que tiene más que ver con la percepción poética que con la histórica. Son composiciones de herramientas, llaves, teléfonos, viejas máquinas de escribir, los primeros ordenadores IBM, carnés sindicales, letras que servían para indicar secciones o despachos, la sirena de la fábrica, relojes grandes y pequeños, uniformes, utensilios de los bomberos, bobinas de hilo … Composiciones que no agotan su lectura, ya que nunca nos cansaríamos de mirar y descubrir sus detalles, los cuales cada vez nos desvelan cosas diferentes. Una arqueología del tiempo, de un tiempo sin embargo reciente y cercano, que antes iba todo a la una marcando el paso de las horas y de los aullidos de la sirena que indicaba el comienzo del trabajo o su fin, y que ahora aparece, este tiempo, cojo y parado para siempre pero encarnado poéticamente en esta multitud de utensilios cada uno de los cuales nos habla de cosas diferentes, de tiempos que no tienen nada que ver unos con otros, como si todo fuera una parada de tiempo desmenuzado que sin embargo pugna por aparecer en la foto de la memoria.

Fabra i Coats

Fabra i Coats

Y es esta parte de la exposición, en la que también hay que poner las fotografías y los relatos en vídeo de las personas implicadas, que tiene un valor que a la larga es capaz de trascender su mera funcionalidad museística e histórica. Un fondo que el Museo de Historia de Barcelona ha empezado a reunir y que ofrece la posibilidad de ser «interrogado» de muy diversas maneras, según las composiciones de los objetos sean hechas con una u otra intención, por uno u otro artista. Un fondo que la ciudad recupera y que deja a disposición de sus habitantes para que estos puedan «jugar» creativamente con él, interrogando el tiempo y las épocas según intereses y necesidades diferentes.

Fabra i Coats

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La exposición de objetos, palabras e imágenes de Fabra & Coats nos despierta un hambre incontinente de poesía y unos horizontes de fabulación creadora alrededor de los objetos, del tiempo y de sus espacios.

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