He aquí un festival que con los años se ha ido consolidando hasta convertirse en uno de los referentes del llamado Teatro de Figuras del norte de Italia. Bajo la dirección de Alberto Jona y Jenaro Meléndrez Chas, miembros de la compañía de teatro de sombras Controluce y artífices fundadores del Festival, Incanti llega este año a su veinte y una edición con un programa internacional de alto nivel y varios estrenos, en una variedad de espacios distribuidos por toda la ciudad. Una ciudad, por cierto, que luce por su belleza y su vitalidad, transformada desde las Olimpiadas de Invierno que tuvieron lugar en el año 2006.
El Festival sabe aprovechar muy bien la riqueza de espacios que posee hoy Turín. Por ejemplo, en el Museo del Cine situado en el singular edificio de la Mole, uno de los iconos más celebrados de la ciudad, se realizó una jornada dedicada a la relación Marionetas y Cine, con la proyección de algunas películas de referencia como “Che cosa sono le nuvole” de PierPaolo Pasolini, un episodio del film colectivo “Capriccio all’italiana”, con Totò y Ninetto Davoli, y la versión televisiva de Pinocchio de Carmelo Bene. La presentación corrió a cargo de Alfonso Cipolla, quien acaba de publicar precisamente un libro sobre Podrecca y la música: “Le Note dei Sogni. I compositori del Teatro dei Piccoli di Vittorio Podrecca”, publicado por Titivillus y el Conservatorio Guido Cantelli, de Novara.
Igualmente se han hecho algunos talleres, uno a cargo de Max Vandervorst (sobre música y objetos) y otro del japonés Nori Sawa (sobre teatro de sombras).
La señora Yasuko Senda, durante la presentación de su libro.
Importante destacar la presentación de dos libros durante el Festival. El primero es “Karakuri Nyngio, Japanese Automata”, de Yasuko Senda, publicado en lengua inglesa por la misma autora. Un libro que está destinado a convertirse en un clásico en la materia, pues en él se expone con profusión de imágenes la historia y la realidad actual de este género del teatro de figuras mecánicas, que durante los siglos XVII y XVIII tanta importancia tuvieron en Japón. En la presentación, Yasuko Senda nos ilustró sobre los dos tipos fundamentales que hoy existen de Karakuri Nyngio: el que busca básicamente el entretenimiento en casa, y el que participa en los grandes festivales religiosos del calendario japonés, instalados los muñecos sobre grandes carromatos que se pasean en los pasacalles o en los templos y zonas de fiesta y culto. Tras la presentación, el historiador irlandés de las marionetas John McCormick habló del teatro mecánico de figuras en Europa, desde la época griega que tanta importancia dio a los autómatas, hasta las sofisticadas formas que desde el Renacimiento hasta hoy han existido en las principales ciudades europeas.
Yasuko Senda y John McCormick.
El otro libro que se presentará este sábado día 11, también en la Casa del Teatro – Ragazzi e Giovani, es el de los 30 años de la compañía Is Mascareddas, de Cagliari, Cerdeña. El libro, firmado por Tonino Murru y Donatella Pau, los dos miembros de la compañía, se titula: “In compagnia da 30 anni – Is Mascareddas: una storia”. No es frecuente que las compañías de teatro de títeres lleguenn a tener treinta años. Cuando ello sucede, significa que tras los nombres hay realidades humanas de voluntades poderosas y de fidelidad al compromiso del oficio. El libro, prologado y presentado por Giovanni Moretti, es una crónica indispensable para entender la evolución del teatro de marionetas en Cerdeña, y a su vez una ocasión para sumergirse en la aventura humana de este par de titiriteros, que han entregado sus vidas a una vocación: la de proyectarse y desdoblarse en estas figuras animadas que llamamos títeres.
Como puede verse, enfoques y actividades muy diferentes son las que propone Incanti, que este año ha querido poner un énfasis especial en el concepto de Contaminación: fundir expresiones artísticas diferentes en búsqueda de una expresión rica y compleja.
Este cronista tuvo la ocasión de ver algunos espectáculos que comentaremos en este y otro artículo, dada la densidad y el interés de los mismos.
Les Chants de la Mi-Mort.
Seguramente fue este uno de los estrenos en Turín más esperados del Festival, al tratarse de una coproducción entre el Festival, la compañía Controluce, el Festival de ópera de cámara Scatola Sonora que organiza el Conservatorio Antonio Vivaldi de Alessandria, y la Piccola Accademia del Teatro Ragazzi e dell’Animazione. Un trabajo dirigido por Luca Valentino alrededor de la figura de Alberto Savinio (sobrenombre de Andrea de Chirico, hermano del pintor Giorgio di Chirico), que fue también pintor, escritor, dramaturgo y compositor.
Luca Valentino, foto Giorgio Carlin.
No era la primera vez que Valentino abordaba la obra musical de Savinio. Ya en los noventa puso en escena la última de las obras musicales del autor, “Orfeo Vedovo”, una ópera burlesca y filosófica –como todas las de Savinio– de registro cómico y con cinco cantantes en escena. En esta ocasión, el director escogió la primera obra del autor, de la que tan sólo se conservan algunas canciones y sus ideas al respecto, y que se titula ”Les Chants de la Mi-Mort”. Una obra estrenada en 1914, y que participa de todos los tics y los rasgos de las vanguardias de principios del sigle XX.
Imagen de Les Chants de la Mi-mort.
Luca Valentino conoce muy bien a Savinio, sobretodo porque a él dedicó el libro “L’arte impura”, siendo actualmente una de las personas con más autoridad para abordar a este complejo, polimorfo y trascendental autor de la cultura italiana. Un autor además que permite –y exige– miradas escénicas heterodoxas desde lenguajes diferentes. Y eso es lo que hace con gran acierto Valentino, proponiendo una lectura de esta obra desde el teatro de sombras, el cine mudo y la plástica de los maniquíes. Para ello, contó con la participación de Controluce, la veterana compañía de sombras de Turín, quien se encargó de dirigir un taller con estudiantes de la Piccola Accademia. Una habitual en los montajes del director, la actriz Paola Roman, fue la encargada de poner voz a los recitativos surrealistas de Savinio, mientras la soprano Barbara Maiulli y el bajo Marco Grattarola interpretaban las partes cantadas. En el piano estuvo Marco Seita y en el clarinete bajo Mario Raimondo Gullí.
Imagen de Les Chants de la Mi-mort.
Obra nietzscheana en el contenido, se habla en ella del fin del hombre tal como lo hemos conocido hasta ahora. Personajes desprovistos de cualquier atributo verdaderamente humano, más cercanos a la vacuidad del maniquí que de la persona, son los protagonistas de estos cantos de la Mi-Mort. Y, tal como el título indica, no hay títere aquí que se salve y quede con cabeza, pues no sólo se matan unos a otros en escena, sino que la obra plantea la misma muerte de Dios. Un espectáculo sin concesiones, duro y provocador en su época, que requiere como es lógico de la correspondiente actualización. Luca Valentino se apodera de la obra y le da forma a través de las poderosas imágenes en sombras y corporales de los maniquís, movidos por manipuladores que tampoco son humanos, con los rostros cubiertos por extrañas e intrigantes máscaras que los convierten en sucedáneos de robots. De hecho, así parecen querer indicarlo sus gestos mecánicos y poco humanos.
Imagen de Les Chants de la Mi-mort.
Presentada en la sala grande de la Casa del Teatro Ragazzi e Giovani –un complejo teatral realmente extraordinario–, la obra fue muy bien recibida por un público atento y deseoso de conocer a este gran desconocido que es Alberto Savinio en la escena italiana.
Il Gatto Nero
En una de las salas pequeñas de la misma Casa del Teatro, allí donde suelen darse las conferencias y presentaciones, pudimos ver esta obra para adultos de Nicola Pauletti, basada en el conocido cuento de E.A.Poe, realizada en sombras y con música en directo a cargo de Nelso Salton.
Obra primeriza –de hecho, no figuraba en el programa oficial– de Nicola Pauletti, Il Gatto Nero fue un magnífico ejercicio de cómo narrar una historia mediante una combinación de diferentes lenguajes escénicos puestos al unísono, alrededor de una pequeña pantalla situada en la parte delantera del escenario, que no llegaba a ocultar lo que sucedía detrás. De este modo, el público podía ver la acción manipuladora del sombrista, las diferentes figuras que entraban en juego o quedaban colgadas en espera de aparecer, el video proyector al fondo que ponía imágenes animadas sobre la pantalla, o las distintas luces que intervenían también para los efectos puntuales. También la propia acción actoral del manipulador –que representaba al protagonista de la obra– aparecía visible aunque sólo en parte.
Este doble juego de ver los efectos de las sombras y su punto de partida técnico en el background escénico, creo que constituyó un elemento básico para poder encarar con éxito la tremebunda obra de Poe. Una ambigüedad que creaba intriga y morbosidad, pero a su vez permitía tratar con solvencia y sin ofender al público, el patológico comportamiento del protagonista de impulsos asesinos. Sabido es que las marionetas –y el teatro de sombras– son un lenguaje que permite tratar realidades duras que presentadas con actores resultarían absolutamente insufribles. Nicola Pauletti salió airoso en su propósito gracias a esta ambigüedad en el uso y la combinación de los diferentes registros usados. Una obra primeriza, como decíamos antes, que abre perspectivas interesantes a su creador.
El curioso teatro de sombras de Nori Sawa
Fue una sorpresa descubrir a este sombrista y showman que es el japonés Nori Sawa, quien presentó también en la Casa del Teatro la obra “Shadows of Cherry Orchard” (Sombras del Jardín de los Cerezos) con música grabada de Toshihiro Nakanishi. Espectáculo de sketch, Nori Sawa pone en escena la obra de Chekov sin palabra alguna y sólo a través de imágenes producidas a la vista del público con un retroproyector, imágenes que no duda en complementar mediante todo tipo de acciones, ya sea sobre la superficie del aparato retroproyector o puesto en pie él mismo ante la pantalla.
Imagen del espectáculo de Nori Sawa.
Poco a poco vamos entrando en el mundo particular de Nori Sawa, en el que la técnica cuenta, pero sólo es un elemento más, nunca el principal. Pues a medida que avanza la obra y nos alejamos del formato y del contenido inicial, se nos va desvelando el lado actoral y de clown del artista, con una gestualidad y unos movimientos que no tardan en conquistar al público. Quizás sea esta transición entre una primera parte basada en la poética de una técnica muy específica del teatro de sombras y una segunda parte más sostenida por el actor que hay en Nori Sawa, lo más interesante del espectáculo. Un espectáculo en el que el artista japonés nos muestra sus distintas habilidades con las tijeras –al recortar las figuras de los protagonistas en directo y a la vista del público–, con la composición estética de las imágenes, y finalmente con el gesto y el mimo de un actor de comedia tradicional japonesa.
Un trabajo que sorprendió y encantó a un público con ganas de dejarse llevar a los sorprendentes mundos de la imaginación poética de Nori Sawa.
Dear Tony,
Thank you for quick reporting my book presentation recently at Incanti Festival in Turin with nice photos. It was my great pleasure to meet you and people in Turin to talk about one of Japanese traditional culture KARAKURI NINGYO my favorit. Hope to see you again.
with best wishes,
Yasuko Senda