Este 3 de enero ha muerto el polaco Henryk Jurkowski (1927-2016). Crítico, historiador y teórico del teatro, dramaturgo, profesor y director de importantes centros de estudios superiores sobre la marioneta en Wroclaw, Byalistok y Varsovia. Autor de innumerables libros publicados en muchos idiomas. Secretario general de la UNIMA entre 1972 y 1980. Presidente entre 1984 y 1992.
Henryk Jurkowski .
Desde que Charles Magnin publicara en 1852 su Histoire des marionnettes en Europe, no ha existido un historiador tan completo y tan implicado. No se ha limitado a poner fechas y encuadrar movimientos nacionales de la marioneta, sino que ha teorizado sobre su evolución en ese magnífico siglo XX, tan revolucionario y convulso en torno a nuestra profesión y nuestro arte. En Metamorphoses (2000, Instituto Internacional de la Marioneta; nueva edición aumentada y corregida en 2008) dedica un recorrido al encuentro de los títeres con las vanguardias artísticas de principios de siglo, así como de la relación que los títeres van teniendo después con las artes plásticas, los nuevos materiales, el cine y la imagen,…
En su obra fundamental, A History of European Puppetry (vol 1: de los orígenes al fin del siglo XIX, 1996; vol 2: Siglo XX, 1998), versión inglesa de su anterior trabajo en polaco, en 3 volúmenes (1970-1976-1984), dedica una parte significativa de sus páginas a España.
En el primer volumen menciona en la Edad Media la división que Alfonso X hace de los juglares en varias categorías a petición del juglar Giraut de Riquier, donde se encuadra a los títiriteros en la más baja de todas, los cazurros. Señala la existencia de los bavastels en España y de los carros o castillos con figuras que se pudieron ver en Zaragoza durante la coronación de Fernando I de Antequera en 1414, así como la de la proliferación de imágenes articuladas en las iglesias españolas. Naturalmente, aparece Cervantes con su retablo de Maese Pedro. También destaca la existencia de las compañías denominadas de Máquina Real en los siglos XVII y XVIII, a las que dedica un subcapítulo del libro, nombrando a varios de sus directores y entre ellos al más afamado de todos, Francisco Londoño. Un capítulo del que ningún historiador europeo había hablado antes, salvo el inglés John Varey quien ya había avanzado su importancia, en su formidable Historia de los títeres en España (1957), tras considerar La Máquina Real como como la mayor aportación española a los títeres en Europa. Un tema también muy desconocido en España pero que por fortuna se desvelará en el Simposio sobre la Máquina Real que se celebrará en San Sebastián a finales de mayo de este año, dirigido por el titiritero, profesor de la Universidad de Sevilla y buen amigo, Francisco Cornejo, dentro de los actos del XXII Congreso Mundial de la UNIMA.
En el volumen dedicado al siglo XX no resulta sorprendente que mencione a García Lorca y a Falla, ni siquiera que saque a relucir las sesiones de sombras de los Quatre Gats de Barcelona en el cambio de siglo. Lo que sí comienza a sorprender es que mencione a los Anglés y a Ezequiel Vigués, Didó, de Cataluña, a Manuel Couto como director de la Tía Norica de Cádiz, a las Misiones Pedagógicas de Rafael Dieste o a los Títeres del Frente de Juventudes con su obra Periquito contra los monstruos de la democracia. Más adelante, dedica un subcapítulo al renacimiento de los títeres tras la muerte del general Franco. Destaca la actividad en Andalucía, con sus talleres y cursos profesionales, y las compañías Etcétera de Enrique Lanz, así como Aldebarán de Paco Cornejo. La actividad madrileña con Paco Peralta (con sus nuevos sistemas de manipulación en los que Jurkowski encuentra antecedentes en el húngaro Geza Blattner y el francés Henry Signoret) y su alumno Carlos Marqueríe, desde La Tartana. Nombra también la actividad del Centro de Documentación de Bilbao y sobre todo la que tiene lugar en Cataluña, con Joan Baixas y Teresa Calafell al frente de la Claca, su colaboración con Miró, y la actividad que impulsaron en el Instituto del Teatro de Barcelona. Aparecen los Aquilinos con su Sopa de Letras, La Fanfarra de Mariona Masgrau, Eugenio Navarro y Toni Rumbau, así como un grupo que ya parece borrado de la historia pero que me atrae mucho: las Konic que dirigió Rosa Sánchez. Por fin también dedica unas líneas a los valencianos de Bambalina.
El Centro de Documentación de Títeres de Bilbao tuvo la lucidez de traducir y publicar en castellano sus imprescindibles Consideraciones en torno al teatro de títeres (Aspects of puppet pays, 1988), solo dos años después de que fuera publicado en inglés por Penny Francis. Su lectura me hizo apreciar que tras los títeres había mucho más que muñequitos y fue, sin duda, el texto que me puso en el camino que ahora llevo: el de historiar atendiendo a las realidades socioeconómicas y políticas que rodean la acción cultural y artística del teatro. Es algo que debemos (como tantas otras) a la labor de su directora Concha de la Casa.
También apareció un texto de Jurkowski en un formidable libro editado por el Institut del Teatre de Barcelona, coordinado por el profesor Jordi Coca en su colección de Monografies del Teatre, dirigida por el escritor, crítico e historiador, Xavier Fábregas. En Les grans tradicions populars: ombres i titelles (1977), aparecen artículos de figuras tan importantes como María Signorelli (Polichinela en Italia), Antonio Pasqualino (los pupis sicilianos), Harry Tozer (los títeres en Cataluña vistos por un inglés), Toni Rumbau (los «robertos» portugueses), George Speaigth (Punch and Judy), Paul Fournel (el guiñol lionés), los hermanos Khaznadar (teatro de sombras de Karagöz) y otros. El artículo de Jurkowski versaba sobre el origen de las representaciones con títeres de los pesebres y nacimientos navideños. Un libro imprescindible.
Tienen presencia importante los españoles en su capital Écrivains et Marionnettes, quatre siècles de Littérature dramatique. En este libro, editado en 1991 por el Instituto Internacional de la Marioneta, traducido del polaco, se demuestra que los títeres no solo permanecen en el imaginario popular sino que también tienen también sus escritores, especialmente desde el siglo XVII. Aparecen mencionados Rojas Zorrilla, Tirso de Molina, Cervantes, Valle-Inclán, Benavente, Jacinto Grau, Manuel de Falla, Federico García Lorca, Ortega y Gasset, Picasso, Rafael Dieste y Alberti. A muchos de ellos se dedican análisis de sus obras relacionadas con los títeres.
Le debemos bastante pues al señor Jurkowski. Casi tanto como al señor Varey. Hasta sus escritos, los españoles pintábamos más bien poco en el panorama internacional de la marioneta. Sus trabajos nos pusieron en una situación que comienza a ser más cercana a la realidad. Habría que pensar cuánto aportamos los españoles al propio conocimiento de nuestra propia historia. Por eso siempre quise conocerle, estrecharle la mano y decirle con los ojos lo agradecido que le estaba. Ya no será posible. Buen viaje, maestro.
Yo tuve la suerte de tratar a Henryk Jurkowski durante bastantes años, fue uno de mis mentores junto con Michael Meschke, Jaques Félix y Guadalupe Tempestini, durante aquellos incipientes años de la Unima-Federación España a principios de los 80, cuando a los correos le poníamos sellos y las fotos se llevaban a revelar.
Nos encontrábamos en muestras y festivales de Europa y más de una vez en Barcelona, siempre interesante e interesado en cualquier aspecto del particular mundo de los títeres; las dramaturgias, simbologías, tradiciones e historia. Siempre me sorprendió su curiosidad y entusiasmo en querer acercarse y conocer a los titiriteros y la fascinación que sentía hacia el trabajo que suponía una puesta en escena, no perdía la ocasión de subir al escenario después de una función a curiosear y hablar con los artistas.
El último contacto con él fue un email de marzo del 2012 donde me pedía una foto de los “Pastorets” de La Fanfarra que habíamos representado Mariona Masgrau y yo en Ukrania en 1993 para un libro que estaba a punto de publicar. Tenía 85 años y aunque delicado de salud, (visitó Barcelona en 2011 pero al encontrarse mal no salió del hotel hasta su partida) tenía entre manos proyectos editoriales en varios países.
Quizás con el paso del tiempo nos demos cuenta de la importancia de Henryk Jurkowski y otros que tanto han contribuido al estudio y difusión del vasto universo de la marioneta.
Hola Adolfo. Muy interesante tu nota. No estaba al tanto d esteaterial q haré lo posible x conseguir.hace 12 años trabajo en el Museo Argentino del Titere fundado x Mané Bernardo y Sarah Bianchi.Soy parte de la comisión. Sería bueno mantenernos en contacto el Museo nesecita apoyo . Gracias abrazo Charly Freire.