Es imposible dar cuenta de todo lo visto durante el Congreso Unima 2016, pues nos llevaría demasiado tiempo y energías verter el caudal de imágenes y opiniones que han surgido estos días. Pero creo que vale la pena comentar algunos de los espectáculos, por su singularidad unos, o por la juventud de sus protagonistas otros. Pues al lado de compañías de largo recorrido, cargadas del prestigio que dan los años, hemos podido ver a algunas realmente jóvenes y nuevas, algo que siempre merece ser tenido en cuenta.
Los espectáculos en la calle. La cantera del Taller de Marionetas de Pepe Otal y otros.
He aquí uno de los sectores donde ha primado la juventud y en bastantes ocasiones la excelencia de las propuestas, de modo que el público de la calle donostiarra ha podido regodearse estos días con espectáculos de mucho atractivo y bastante variedad.
Bruno Valls y su Abuelo.
A destacar la presencia de las compañías que llegaban bajo el paraguas del Taller de Marionetas de Pepe Otal, una cantera especialmente de marioneta de hilo -aunque no sólo- de gran poderío, confirmando esta aseveración que Titeresante lleva afirmando desde hace tiempo: que Barcelona se ha convertido, casi sin quererlo y sin darse cuenta de ello, en una pequeña capital europea del hilo. Maestros como Harry V.Tozer, Herta Frankel y Pepe Otal han sido el punto de partida de lo que podríamos llamar como Escuela Barcelonesa del Hilo, constituida ya por varias generaciones de marionetistas de mucha relevancia.
La Compañía Ele. Foto de Ura Iturralde.
En Donostia hemos podido ver algunas crestas de este iceberg, al actuar varios grupos surgidos del Taller de Marionetas de Pepe Otal, como las Antiqchas, que presentaron su ‘Déjà vu’, título con el que Marieta y Marta realizan su reflexión metafísica sobre la vida y la muerte, una temática que ha sido abundantemente tocada por los artistas de Barcelona (quizás influidos por esta pasión que tenía Otal por los esqueletos, que en realidad no era otra que su atención puesta sobre el concepto del Tiempo, como las propuestas del Taller han explicitado convenientemente en San Sebastián). Un gran dominio efectivo del hilo y un buen sentido del humor negro y a la vez ingenuo, he aquí algunas de las características de las Antiqchas, dos marionetistas de virtuosa manipulación que fueron muy aplaudidas por el público de la ciudad.
Legni a Galla. Foto de Ura Iturralde.
La compañía Ele presentó ‘Roulettes’, un refinado trabajo con dos marionetas de hilo que también actuó en la noche catalano-valenciana (ver aquí), y que cosechó muchos aplausos allí donde se presentó. Al igual que el marionetista Pere Bigas, de Marionetas Nómadas, con los cinco números que constituyen su ‘Al Hilo de una isla’ (y que forman parte del espectáculo ‘El Tesoro del Pirata’ en el que también participa Bruno Valls). O ‘El Varieté’ de Fils de Fusta, en el que Clown y marionetas se combinan maravillosamente bien. Y también de hilo fue ‘Il sognio’ de la compañía Legni a Galla, una reflexión sobre el tiempo muy bien urdida por este titiritero italiano afincado en Barcelona. Por no hablar del veterano Jordi Bertrán, que quiso estar en la calle junto a sus colegas del Taller. Así como el fiel Canelo, este perro increíble y maravilloso de Rambling Puppets (Ferran Costa) que conquistó muchos corazones en las calles de San Sebastián. También hay que mencionar a la compañía ‘El Hilo Rojo’, en la que Julieta Miranda, marionetista de hilo y directora también de otros espectáculos, experimenta con una marioneta, ‘Agaphè’, criatura submarina y contorsionista, en un pequeño viaje mágico a las profundidades del alma de una ballena, perdida y solitaria. A modo de apunte, Rosana Padrino sacó a sus dos marionetas musicales bajo el título ‘Títeremusicos’.
En todos estos casos de hilo, destacamos la muy buena presencia escénica de los manipuladores, un estilo de la casa otaliana, caracterizado por ese saber estar con una marioneta desde una elegante y distanciada dignidad del manipulador que se halla a la vista del público. Algo que no siempre ocurre, pues a veces los marionetistas quieren emular a sus marionetas, cayendo en lo que podríamos llamar como una especie de ‘enfermedad infantil del marionetista’, una patología que por fortuna no vimos en las calles donostiarras. (A puntualizar que dicha patología puede ser perfectamente la base de un espectáculo, pues en las artes de la marioneta la libertad de planteamientos es en verdad total).
Pere Bigas.
A parte del hilo, otros titiriteros otalianos nos trajeron espectáculos con muñecos que podríamos llamar de ‘desdoblamiento’. Tal es el caso de Bruno Valls, que también maneja el hilo, pero que aquí prefirió actuar con su Abuelo, en un espectáculo que él llama ‘Vacío’, intrigante y filosófico, sin palabras y apenas sin movimiento alguno. El mismo que hizo de presentador en la noche autonómica catalano-valenciana.
O el ‘Barnabás el Cuenta Caminos’, de Mau Teatro, un reputado improvisador, Mau, de las noches otalenses del Taller (allí lo he visto muchas veces presentando los espectáculos) quien, metido dentro de su gran muñeco, hace las delicias del público con amenas y extravagantes ocurrencias que te hacen partir de risa.
O el caso de las Marionetas Colegone, con Marta Espia y Jonathan Guisado (Amok) que presentó ‘La Gran ilusión’, un gran ejercicio de transformación de un muñeco que coge admirable vida de la mano de dos manipuladores de negro. Un ejercicio muy bien realizado que ya vi en Charleville-Mézières y que me gustó mucho.
Roberto White y Sofía Piñero.
Como puede verse, un despliegue, el de los otaleros de Barcelona, muy completo y de muchos grados de calidad. A él habría que añadir a Roberto White, este argentino instalado en Tolosa, que amenizó las plazas de Donostia con sus reconocidos números de fina manipulación con los que recrea a no pocos personajes, en un espectáculo titulado ‘Varietté White’.
Y ya que estamos en la calle, no nos olvidemos del Dom Roberto portugués de José Gil, presente la primera parte de la semana del Festival, así como del Mamulengo de Marcelo Lafontana, de Brasil, el artífice de este montaje presentado en el Victoria Eugenio sobre el libro Peregrinação. Dos muestras de guante de gran calidad, ambas pertenecientes a tradiciones muy antiguas, las dos de raíces lusitanas pero que han evolucionado por caminos diferentes: hacia la síntesis el Dom Roberto, y hacia la expansión dicharachera el Mamulengo de Brasil, con espectáculos de improvisación hablada que pueden durar horas.
Enrique Lanz, Yanisbel V.Marttínez, Pilar Amorós y Paco Paricio, de los Titiriteros de Binefar.
Y un pequeño premio para los espectadores de la calle donostiarra fue la presencia de los Titiriteros de Binéfar, con su ‘En la Boca del Lobo’ (ver comentarios en Titeresante aquí y en Putxinelli aquí, de los últimos trabajos de Los Titiriteros de Binéfar). Un espectáculo que busca rescatar del olvido verdaderos tesoros de la nuestra cultura popular. Una perla que debería ser de visita obligatoria en todas las escuelas del país.
Del Karakuri Nyngio, también presentado en la calle, ya hemos hablado en un artículo anterior (ver aquí artículos sobre el karakuri Nyngio).
El Gigante de Atzo, una ópera con marionetas.
No es habitual encontrarnos en los festivales con una ópera para marionetas y además de nueva factura, es decir, con un libreto y una partitura originales. Lo digo por experiencia, pues sabido es que los presupuestos operísticos se alejan bastante de los de los festivales de títeres, asaz menguados como es bien sabido. De modo que hay que felicitarse que ello haya sido posible, sobre todo si tenemos en cuenta, además, que los resultados han sido altamente positivos.
Foto de Ura Iturralde.
En efecto, nos encontramos con un proyecto financiado por la capitalidad europea de San Sebastián 2016, en coproducción con el TOPIC y el Teatro Barakaldo. Una operación, vaya, de alto coste, pues la ópera, aun siendo de cámara, es cara.
Foto de Ura Iturralde.
Antes que nada, los nombres: con un libreto escrito por Koldo Izagirre, musica compuesta por David Azurza, marionetas realizadas por Néstor Basterretxea y dirección artística de Emmanuel Márquez, hay que decir que la ópera sonó muy bien, con una orquesta muy reducida pero que el compositor supo darle alas y hacerla sonar como si fuera muy grande, lo que siempre es un claro indicio de buena calidad y de buen oficio del orquestador. También las voces sonaron muy bien, con solistas y coros infantiles y juveniles, con una estudiada y medida dosificación en las alternancias entre canto y habla del texto.
No es fácil reunir todos los elementos que intervienen en una ópera, en la que hay coros, solistas, actores-manipuladores y marionetas, y conseguir un todo armónico y funcional. Creo que pueden estar satisfechos los responsables del proyecto por haberlo conseguido, a través de un lenguaje fresco y comprensible, de mucho color y vistosidad, capaz de satisfacer a un público popular, que es al que en definitiva está dirigido el producto.
Foto de Ura Iturralde.
Una obra sobre la diferencia, cierto, pues el gigante no es más que una persona normal que ha crecido más de la cuenta y que por ello es objeto de burla y ninguneo, aunque también lo es sobre el viaje y sobre las alteridades del mundo, optando en este caso el libreto por cantar estas alteridades pero celebrando aún más el retorno a casa, al hogar, a la tierra donde se ha nacido y crecido.
Por cierto, que este gigante tiene nombre y apellido y existió de verdad: se llamó Miguel Joakin Eleizei, y nació y murió en Atzo, entre 1818 y 1861. Una vida extravagante la suya, al ser paseado por toda Europa entre circos y ferias como un fenómeno, con un amor todavía más extravagante, el que sintió por la Reina Mª Cristina, cuando la conoció en Madrid. Fue presentado también al rey Louis Philippe de Francia, y tuvo que luchar en Liverpool contra otro gigante, al parecer contra sus deseos. Harto de ser utilizado por todos, regresó a Atzo desilusionado y enamorado (de su querida Mª Cristina) donde murió.
Foto de Ura Iturralde.
El texto ha sido estupendamente pensado para la música, con un marcado lenguaje poético lo que ha dado alas al compositor, sin extenderse ni en párrafos largos ni en textos descriptivos, sino siempre buscando la concisión y la funcionalidad en relación a las notas. Este tratamiento del texto ha permitido que la obra tomara un gran ritmo de ejecución, con sus momentos de intensidad dramática o bien poética, que la ópera siempre agradece.
Con unos títeres y una escenografía que han buscado la distanciación, un muy animado equipo de manipuladores, y con la presencia intermitente de los coros de voces, que aparecen en escena directa o indirectamente en sombras, la ópera fue muy bien recibida por el público, que premió con sus aplausos el excelente trabajo de equipo realizado, con cantantes que también movieron los títeres algunos de ellos. ¡Felicidades!