Alicante ha sido durante unos días una capital titiritera por doble partida: por ser el lugar donde se ha realizado el Congreso anual de Unima Federación España, y por ser la sede, desde el 1 hasta el 8 de diciembre, del Festival Internacional de Titelles d’Alacant, más conocido como Festitíteres. Una cita doble que ha reunido a no pocos titiriteros y a un gran número de espectadores en las distintas convocatorias del Festival.
Festitíteres.
Se cumple este año la 29 edición de este veterano festival, uno de los más antiguos del país, siempre al pie del cañón primero de la mano de César Omar García Julià, director de la compañía Artíteres y conocido investigador titiritero, y luego bajo la enérgica batuta de Ángel Casado, infatigable activista de los títeres que desde su puesto en el Ayuntamiento de la ciudad, ha defendido a capa y espada el festival.
Este año Festitíteres ha presentado un rico programa de espectáculos tanto para niños como para público teatral de tarde, con representaciones en las Cigarreras, el Teatro Arniches, el Teatro Principal, el Castillo de Santa Bárbara y en los parques El Palmeral y Lo Morant. Puede verse el programa entero clicando aquí.
Mencionamos a continuación algunos de los espectáculos vistos.
‘Antón Comodón’ o ‘En Jan Totlifan’, de la compañía L’Estaquirot Teatre.
La histórica compañía de Vilanova i La Geltrú, de Cataluña, presentó en la Caja Negra de Las Cigarreras su último trabajo, una obra para tres manipuladores como es habitual en ellos -Olga Jiménez, Núria Benedicto y Albert Albà- con títeres manipulados sobre mesa según la técnica conocida por sus usuarios como ‘Títere de Barcelona’, que bebe mucho de las propuestas de Alfred Casas, autor también de la escenografía.
Y es que si una característica común tienen los trabajos de L’Estaquirot es el rigor exhibido en cuanto a las voces y manipulación por un lado, y a los ricos elementos escénicos empleados por el otro lado, con una siempre impactante escenografía repleta de trucos, sorpresas y algunas piezas autómatas o mecanizadas. Los años de experiencia más la honestidad como punto de partida han conseguido este dominio de la interpretación titiritera que muestran los tres miembros de la compañía, con las voces sobresalientes de Núria y Olga, mientras Albert se centra más en el despliegue de los aparatos escénicos.
En Antón Comodón, tratan la historia de un cómico personaje al que siempre le han hecho todo, y que de pronto se ve confrontado a la necesidad de empezar a desenvolverse por sí mismo. Una historia sencilla que permite el vuelo de la imaginación así como una serie de situaciones divertidas que enganchan desde el principio hasta el final a los espectadores. Recurren también a las canciones para coser secuencias y transiciones, con la música de Ferran Martínez que sabe cómo atrapar a los niños, rítmica y de atractiva melodía.
El resultado es una obra que funciona como una pieza de relojería en la que no falla nada, vistosa, rítmica y magnética, capaz de satisfacer a niños y a mayores. Una obra que muestra la madurez de estos titiriteros que disfrutan de lo que hacen y que, por ello mismo, hacen disfrutar a los espectadores, contagiados del entusiasmo y de la energía que sale a chorro de los intérpretes. El público premió su trabajo con entusiastas y sinceros aplausos.
‘Gaudeamus’ de la Chana Teatro.
Jaime Santos es el nombre del actor titiritero solista de la compañía La Chana de Salamanca, que salió al escenario del Teatro Arniches para enfrentarse a una platea llena de espectadores. Lo hizo valiéndose de muy pocos elementos: una mesa, algunos objetos y él mismo, con su voz y unos cuantos detalles en el vestuario. Y la verdad es que ese gran actor que es Jaime Santos consiguió meterse al público en el bolsillo casi desde el primer minuto, deslumbrándonos con un derroche de inteligente imaginación bien complementada con el dominio de la palabra, y provisto de una ironía elegante, fresca y distanciada.
Nos cuenta su particular versión de ‘El licenciado Vidriera’, de Miguel de Cervantes, trasladada al mundo de los objetos, que le sirven para explicar la transformación que sufre el personaje, ansioso de destacar en su entorno gracias al conocimiento y a la erudición. Una historia divertida y trágica, que Cervantes usa para burlarse de las ambiciones y del mundo de la cultura de su época, y que Santos dispara hacia el disparate y la locura surrealista, transportado por la alquimia de los objetos escogidos.
Como suele decir el titiritero de Salamanca, ‘nuestro trabajo está fundamentado en la metáfora y en la persecución de ella ponemos todo nuestro empeño’. Y es así como ha conseguido su propia forma de contar historias, bebiendo del puro teatro de la palabra y del mundo visual de los objetos, una combinación que Santos ha sabido combinar con genial fortuna y habilidad.
El público así lo vio, agradecido de haber pasado una hora de teatro de la inteligencia, la palabra y los objetos.
‘Retrò’, de la compañía Le due e un quarto.
De Italia llegó esta atractiva compañía compuesta de dos clowns-titiriteras, Martina Soragna y Teresa, que desplegaron ante un público atónito, en la noche de café teatro en un pequeño local junto al Museo de Arte Contemporáneo, su espectáculo ‘Retrò’.
Se trataba en realidad de un estreno absoluto de una obra compuesta de dos partes: la primera consistió en un ejercicio de dos presentadoras de cabaret que se complementan, la una hablando en español, mientras la otra traduce en un lenguaje mímico para sordos. Una situación hilarante que las dos actrices supieron hilvanar con gran habilidad y una vis cómica de mucho voltaje. La segunda parte se sirve de los dos personajes anteriormente definidos y los introduce de lleno en el universo de los títeres, desarrollando una interesante interacción de los muñecos entre sí y de las titiriteras entre ellas, tras poner en cuestión la función de ocultamiento del retablo, que ocupa lo que sería el centro dramatúrgico del espectáculo.
Sin desvelar el elemento sorpresa de la cuestión, podríamos decir que las dos cómicas se ponen literalmente en la piel de los títeres que manejan, ya que en definitiva son ellas las que viven con mayor enjundia su condición de ‘títeres del escenario’. Una situación de ‘vaivén’ entre el títere y el manipulador, que las de ‘Le due e un quarto’ supieron coser con un gran conocimiento del oficio teatral.
El público agradeció el privilegio de gozar de un estreno absoluto de una obra que ya en su primera ejecución ‘llegó, gustó y convenció’. Un Matteo Frau de suntuosos bigotes llevó la técnica del espectáculo con aplomada métrica.
No pude ver el otro espectáculo que la compañía presentó en la Explanada, de una vis cómica deslumbrante, titulado ‘Senza denti’. Adjuntamos este vídeo donde se aprecia la calidad de su trabajo.
‘Roulettes’ de Teatro Ele.
Marta Lorente y Raquel Batet son las dos marionetistas de esta joven compañía de hilo que conquistaron el corazón y la sensibilidad de los espectadores alicantinos, primero en el escenario del Jardín de las Cigarreras, donde actuaron varias veces, y luego en la noche de café teatro junto al Museo de Arte Contemporáneo, donde quisieron también mostrar su trabajo tras la actuación de las italianas.
Lo que mejor define el estilo de las de Barcelona, a mi modo de ver, es la atención, el rigor y la minuciosa sensibilidad que las dos titiriteras ponen en el manejo de sus criaturas de madera. Un primor que alcanza toda su altura cuando se pone al servicio de una historia, un fresco de vida callejera, cruel y entrañable a la vez. Con el hilo cosen el argumento de la historia, hilo físico enhebrado en los muñecos e hilo metafísico cosidas al alma de las dos manipuladoras, alcanzando una sincronía de movimientos, miradas, pasos, manos y codos que atrapan tanto como lo que cuentan las dos marionetas.
Los hilos separan y distancian, algo fundamental para que el arte de las marionetas brille en su autonomía vital, pero a la vez, unen la carne con la materia inerte, la madera con el espíritu de la parte humana que la maneja. El hilo, pues, separa y junta, convirtiéndose por ello en imagen justa de una de las paradojas esenciales de nuestra época, clave fundamental del futuro: el principio contradictorio de que la ‘la distancia y la diferencia unen’.
El trabajo de las Ele Teatro, por su calidad de su cuidadoso esmero, evidencia esta paradoja asociada a la marioneta de hilo, motivo por el que su espectáculo consigue atrapar y conmover tan profundamente al espectador.
‘Contando jorobas’, de Búho Teatro.
Llegó de Andalucía esta histórica compañía que dirige Juan Luís Clavijo con un simpático espectáculo interpretado por tres titiriteras sobre el tema de la diferencia.
Tomando como punto de partida una situación cotidiana en que dos mujeres intentan dormir sin éxito en una gran cama, la mayor de ellas decide entretenerse contando un cuento. La historia que se inventan va de camellos y del desierto, y les sirve para urdir una trama amorosa en la que los animales, con claros caracteres humanos, viven una fábula moralizante que busca desterrar el odio a la diferencia.
Una temática de gran actualidad al que con frecuencia recurren las compañías de teatro, tanto para niños como para mayores, al ser una de las que más afectan la convivencia. De alguna manera los del Búho Teatro plantean la urgencia por recuperar los antiguos valores de la hospitalidad, cuyos principios sagrados no eran otros que aceptar al desconocido, llegara de donde llegara y hablara la lengua que hablara. Para los antiguos -y para tantos humanos todavía hoy-, la diferencia era un acicate que incitaba a la hospitalidad, cuyos elementos básicos son la curiosidad por el otro y la aceptación de la diferencia como fuente segura de beneficios compartidos o acumulados.
El Búho plantea la urgencia de este tipo de actitud, tras transportar la fábula del patito feo al mundo de los camellos, con originales soluciones argumentales y dramatúrgicas. Las tres actrices manipuladoras sirvieron a los muñecos con alegre vitalidad, música en directo y canciones bien entonadas, y el público entró en la obra atraídos por la simpatía de los títeres y sus servidores humanos.
Los aplausos corroboraron que los niños habían seguido el espectáculo con gozosa atención.
El Congreso de Unima Federación España.
Como antes se ha indicado, tuvo lugar, los días 3 y 4 de diciembre de 2016, el congreso anual que los socios de la Unima Federación España tienen por costumbre realizar, no sólo porque lo mandan los estatutos, sino también porque es una preciosa ocasión para los titiriteros de encontrarse, intercambiar y compartir dudas, inquietudes y conocimientos.
Por ello es frecuente que las sesiones se combinen entre las que tratan temas de la organización, y las que se centran en asuntos de contenido. Para la primera tanda, los congregados, llegados de todos los confines del país, debatieron algunos cambios de los estatutos, hablaron de los proyectos hechos y de los propuestos para el próximo año. También aprobaron los presupuestos, tras fijar las prioridades.
Para la tanda de los contenidos, se decidió este año invitar a alguien que discurriera sobre un tema de interés general, concretamente sobre ‘El Teatro de títeres para adultos: pasado, presente y futuro’, siendo Toni Rumbau la persona a quién se encargó el cometido de desarrollarlo. Una labor que el abajo firmante desarrolló con sumo placer, contextualizando la cuestión y abriendo algunos puntos de debate para el turno de preguntas e intervenciones de los asistentes.
Las conclusiones del debate se inclinaron hacia una visión optimista del futuro, pese a los recelos de algunos de los presentes, a los que el peso de la realidad induce al escepticismo.
Las reuniones tuvieron lugar en la muy preparada sala de actos del MACA, el Museo de Arte Contemporáneo de Alicante, ubicado en la antigua Casa de la Asegurada, la construcción civil conservada más antigua de Alicante, sito en la calle Villavieja. Ejercieron de presentadores del acto Guillermo Gil Villanueva en funciones de Presidente, Pablo Girón Carter como Secretario General y Joaquín Hernández García en el puesto de Tesorero. Marta García ejerció su papel de Secretaria Técnica del encuentro.