El programa de este Congreso de Unima Federación España en Oviedo, correspondiente al año 2017, ha sido, por voluntad expresa de sus organizadores, muy rico en actividades paralelas. Espectáculos, talleres y conferencias se han impartido estos días con la finalidad de llenar de contenidos el encuentro anual de los titiriteros españoles. El objetivo es claro: animar a un número mayor de asociados y de no asociados a acudir al Congreso, una oportunidad única para compartir, intercambiar y conocerse. Algo de gran importancia en cualquier profesión artística, que requiere no sólo reciclaje y aprendizaje constantes, sino también un conocimiento del contexto, los problemas y las realidades sociológicas de nuestro arte, que sólo podemos percibir desde una visión amplia y compartida.

Vamos a detenernos en este artículo en las conferencias y más en concreto en la efectuada por Antonio Rodríguez Almodóvar, el gran experto y maestro en cuentos de nuestro país. No puedo hablar de las dos primeras conferencias, que todos los presentes dijeron ser de un extraordinario interés, por no haber podido asistir a ellas: las de Adolfo Ayuso y Manu Medina.

Adolfo Ayuso tituló su conferencia «Títeres en la República y en la Guerra Civil», un tema de gran importancia y del que sabemos muy poco, siendo Ayuso la persona que hoy en día posee el mayor conocimiento titiritero sobre esos años trascendentales de la historia de nuestro país. Su empeño en estudiar la Historia de los Títeres en España durante los siglos XIX y XX es bien conocido, gracias también a los artículos que van saliendo de sus investigaciones publicados en Fantoche, en Titeresante y Putxinel·li, y en otras revistas. Un ejemplo de su labor es el actual estudio que está desarrollando sobre la tradición del «títere catalán» en Cataluña, un tema del que hasta ahora sabemos muy poco. Su último artículo publicado en Titeresante (ver aquí) ilustra esta voluntad de poner luz donde reina la oscuridad.

La segunda conferencia que me perdí, aunque sí pude gozar de los últimos minutos de la misma, es la de Manu Medina titulada Teatro y discapacidad. Teatro Brut. Manu Medina es un actor, director, autor, pedagogo y conferenciante de gran prestigio y dilatada carrera (ver aquí) que lleva mucho tiempo trabajando el teatro con discapacitados, un tema que le apasiona y por el que hace vibrar a los auditorios a los que se dirige, como ocurrió en la sala de la Biblioteca La Granja de Oviedo. Para él, trabajar con actores considerados «discapacitados» es una oportunidad para aprender y sorprenderse día a día de lo que somos capaces de hacer los seres humanos, especialmente cuando actuamos sin las cortapisas de las vergüenzas, los pudores y la corrección social y cultural. Una realidad que hizo palpable a los oyentes que asistieron a la conferencia, gracias a sus dotes de desenvuelta expresión por la que todos se entregaran a sus palabras.

«Cuentos populares perfectamente incorrectos», con Antonio Rodríguez Almodóvar

La conferencia de Antonio Rodríguez Almodóvar (Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil en 2005 y elegido Académico de la Real Academia Española en 2015), que ocupó la tarde del sábado 11 de noviembre, fue también una gozada y un verdadero regalo a los asistentes que tuvimos la suerte de estar en Oviedo. Escuchar a alguien que ha pasado toda su vida estudiando los cuentos populares españoles y de todo el mundo, que ha publicado decenas y decenas de libros, cuentos y ensayos sobre el tema, del que está considerado como una de sus máximas autoridades, no es algo que ocurre todos los días. Pero si además su abordaje del tema se decanta hacia una visión amplia y heterodoxa del mismo, lejos de las pedagogías al uso que lobotomizan la libertad humana, entonces el interés se eleva a muchos grados de altura.

Momento de la conferencia.

Como indica el mismo título de la ponencia, el énfasis de su pensamiento ha consistido siempre en defender las versiones reales y completas de los cuentos, eliminando el miedo a la crudeza de las historias contadas, que muchos infaustos pedagogos consideran dañina y peligrosa para el niño y el lector en general. Según Rodríguez Almodóvar, el ser humano y los niños en especial están suficientemente preparados para encajar las oscuras realidades que muchas veces los cuentos ponen en escena. Censurarlos es lo peor que podemos hacer frente a un cuento, es sacarle su alma, su esencia, su finalidad. Cambiar el final de las historias para que acaben bien o con menor violencia o tragedia, es traicionarlas y mutilarlas, con lo que no sirve para nada luego quererlas explicar. Un punto de vista compartido por muchos titiriteros, que siempre han huido de las correcciones culturales, a pesar de que tantas veces los «dictados del mercado» (básicamente escolar) obligan a bajar la cabeza y a pasar por el tubo.

Antonio Rodríguez Almodóvar.

Explicó Rodríguez Almodóvar que la esencia o los núcleos narrativos de la mayoría de los cuentos están presentes en todas las culturas del mundo, y muy en concreto en las de raíces indoeuropeas. Luego, cada lugar presenta sus variantes, pero manteniendo unos denominadores comunes que tienen que ver con los arquetipos básicos de la cultura agraria de los humanos, la que sucedió al salir de nuestra etapa anterior, la cazadora y recolectora. También indicó cómo cada cuento tiene su contra-cuento, de modo que el pensamiento complejo y contradictorio del que tanto se habla hoy y por el que tanto anhelamos o decimos necesitar, ya está implícito en esta realidad binaria del cuento y el contra-cuento, que las personas captamos aun sin ser conscientes de ello.

Estos lazos comunes de las tradiciones orales de los cuentos son un claro ejemplo de cómo por encima de las grande variedades y diferencias que existen entre las culturas del mundo, es mucho más profundo e importante lo que nos une que lo que nos separa. De ahí la importancia de conocer y gozar directamente de estas fuentes de la cultura humana tan cargadas de vitalidad y de energía potencial, que bien asimiladas y comprendidas, abren las puertas a visiones más amplias de la mentalidad humana y a relativizar temas tan manoseados hoy en día como es el de la identidad.

Para Rodríguez Almodóvar, los cuentos entendidos en sus versiones completas y no censuradas, constituyen unas herramientas increíbles para los titiriteros, que pueden recurrir a sus enormes potencialidades narrativas y arquetípicas. Dos cosas coinciden en este asunto: tanto el cuento como el títere suelen usar lenguajes de síntesis, indispensables para poder llegar a lo esencial, a sus núcleos narrativos. De ahí que ambos lenguajes se combinen tan bien.


La conferencia de Rodríguez Almodóvar acabó en una catarsis participativa sobre qué cuentos eran los que unos y otros recordaban, sus parentescos con otras versiones, los libros que nos leían de niños o hemos leído a nuestros hijos. Sin ir más lejos, descubrí yo este día que dos de los libros más utilizados para leer cuentos a mi propio hijo eran recopilaciones hechas por el mismo Antonio Rodríguez Almodóvar, como debe haber ocurrido a tantos padres e hijos de nuestro país.

Una conferencia que no sólo brilló por los conocimientos puestos a nuestro alcance, sino por el carácter entrañable y personal de todo lo que se dijo y escuchamos. Un placer compartido que esperamos pueda repetirse en futuras ocasiones.