(Cengiz Özek, con Karagöz en primer plano. Foto T.R.)

Cengiz Özek es un importante titiritero de Estambul, que trabaja el teatro de sombras de “Karagöz”. Es un gran experto y conocedor de esta tradición teatral, y uno de sus más internacionales intérpretes, ya que ha viajado con sus espectáculos por todo el mundo. Su teatro se llama: CENGIZ ÖZEK SHADOW THEATRE.

Introducción

Para los menos conocedores del teatro de Karagöz, damos de antemano algunos datos para  situarnos en el contexto de este teatro tan especial.

Se llama Teatro Karagöz al teatro de sombras tradicional turco. Sus dos personajes principales son Karagöz (ojos negros) y su compañero Hacivat.  En sus historias les acompañan otros personajes, amigos y antagonistas de su barrio y entorno. Es tan querido y popular en Turquía y en buena parte del Mediterráneo musulmán, que fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO en el 2009.

Karagöz y Hacivat. Siluetas de Cengiz Özek. Foto Inmaculada Palomar

Según la leyenda, los personajes del Karagöz proceden de una historia real ocurrida en la ciudad turca de Bursa en el siglo XIV. Cuentan que Karagöz y Hacivat trabajaban de obreros en la construcción de la Gran Mezquita de Bursa. Allí eran continuas sus payasadas, que provocaban las risas y la distracción de sus compañeros del trabajo. Por esto fueron duramente castigados con la muerte. El vacío que produjo la ausencia de sus bromas hizo que fueran sustituidos por siluetas que representaban sus bromas y episodios cómicos. Es así como se convirtieron en personajes del teatro de sombras que han logrado pervivir hasta hoy en día. Y desde hace siete siglos, siguen divirtiendo a chicos y grandes.

Entrada del estudio de Cengiz Özek. Foto Inmaculada Palomar

Karagöz es el personaje más popular. Es grotesco, impulsivo, pícaro y muy cómico. Tiene una nariz achatada, barba negra y una mano derecha muy activa. Hacivat es su mejor amigo y compañero. Suele vestir como un rico comerciante, culto y con buenos modales. Cada personaje intenta persuadir e influir al otro para resolver las situaciones. Karagöz se basa en su sabiduría callejera y sencilla. Hacivat se fundamenta en ideales razonados y sofisticados. Juntos se enredan en sucesivas discusiones. Se enfrentan, pelean cómicamente con acertadísimos golpes de humor, lo que causa la risa y el divertimento de los espectadores.  Estos caracteres diferentes, tan esencialmente humanos entre ambos, me evocan en cierto sentido, a Don Quijote y Sancho Panza. Aunque pertenezcan a culturas muy lejanas y diferentes, tienen esa dualidad de uno con sentido práctico y el otro filosófico. Personajes todos que, por la riqueza de sus contrastes y su sentido del humor, provocan un divertimento del que disfrutamos todos.

Cengiz Özek con algunos de sus personajes. Foto Inmaculada Palomar

Las entretenidas escenas de Karagöz se representaban en la época otomana, tanto en la corte de los sultanes otomanos, como en las bodas, en las fiestas populares, en los cafés y durante el Ramadán. Hasta la aparición de la radio y la televisión, era la forma de entretenimiento más popular en Turquía. Con el esplendor del Imperio Otomano, (desde el siglo XIII  hasta el XX, según qué territorios), las historias de Karagöz atravesaron la frontera turca. Así surge en Grecia, los también conocidos Karaguiosis y Hadjiavatis, que son sus parientes más cercanos.

Cuando cayó el Imperio Otomano, el Teatro de Karagöz, básicamente urbano y cuyos personajes eran un reflejo de la rica y variopinta población de las urbes otomanas, en las que los mismos turcos no dejaban de ser otra minoría más junto a las demás, perdió buena parte de su sustento. El nacionalismo turco de algún modo acabó con la razón del teatro de sombras. Sin embargo, Karagöz siguió existiendo y poco a poco se ha impuesto de nuevo como un personaje popular y muy querido por la sociedad turca. Más dedicado al mundo de las familias y los niños, constituye hoy uno de los elementos más icónicos de la cultura popular turca.

Entrevista

Nos encontramos en el estudio y taller de Cengiz Öyek, en Estambul, en pleno barrio de  Beyoglub. Bellísimo escaparate y espacio interior que ya inspiran por sí mismos. Este lugar de trabajo y museo personal, está rodeado de preciosas y sorprendentes calles y placitas, con comercios de todo tipo, donde reina la fascinante Torre Gálata. No veía a Cengiz desde el magnífico “Encuentro de Rutas de Polichinelas” organizadas por Toni Rumbau, en Barcelona. Han pasado algunos años. Y muchos más desde mi primera visita a Estambul, allá por el 2005. Sólo ir acercándome hacía la casa, a encontrarme con Cengiz  en la ciudad amada de Estambul, me llenaba de una gran emoción. No me lo podía creer. Nos ayudan en la traducción, sus asistentes Ege Uyaniw y Olaf Dörriè.

En el estudio-museo de Cengiz Ökezk. Fotos Inmaculada Palomar

Pregunta: Cengiz, cuéntanos ¿Quién es Karagöz?, y ¿quién es Karagöz para ti?

Respuesta: Como es sabido, Karagöz es un gran personaje que pertenece al folclore de Turquía, a la tradición básicamente popular. Tanto él como sus acompañantes: su amigo Hacivat, el dandi Celebí, la bella mesalina Zenne, etc., son títeres de sombra, realizados en piel de camello y pintados de vivos colores. Se mueven con varillas, y se proyectan sobre una pantalla de tela iluminada. También les suele acompañar música en directo.

Es un personaje que sigue teniendo vida, que sigue contando historias que interesan y divierten al público actual. Hoy en día, se representa en salas de teatro, centros comerciales, colegios, fiestas, etc. Él vive con y para la gente que está a su alrededor en el momento que actúa, en su momento de vida.

Música en directo durante la actuación de Cengiz Ökek. Foto T.R.

Para mí, actuar con Karagöz, es darle vida a un personaje que porta esta gran tradición. A través de sus historias, expresa todo lo que contiene el propio personaje popular. Y junto a los demás personajes que le acompañan, representa también a la ciudad a la que pertenece.  Su base vital es tener esa relación tan directa con la gente.

P: ¿Por qué decidiste dedicarte a este tipo de teatro? Y ¿Cuánto tiempo llevas con él?

R: Con Karagöz llevo 45 años más o menos. Toda una vida. Yo estudié teatro y estando en este trabajo de la interpretación, conocí el teatro de sombras y a Karagöz. Me gustó mucho, me interesaba y me sentía muy bien haciéndolo, investigándolo y así llevo toda la vida.

P: ¿Qué te ha dado Karagöz a ti, y qué le has dado tú a él? Es decir, ¿Qué te ha aportado como artista y como persona?, y ¿Qué piensas qué le has aportado tú a él?  ¿Le has dado algo diferente a lo estrictamente tradicional?

Con la bruja en primer plano. Foto T.R.

R: Él me ha dado el medio de vivir, toda mi vida. Eso lo primero. Con él he viajado, he conocido a mucha gente y me ha hecho feliz con este trabajo. Muy agradecido y contento por ello.

 ¿Qué le he dado yo?  Pienso que he colaborado a que esta tradición se mantenga viva, que se siga desarrollando. También he ayudado a que llegue al conocimiento de mucha gente, dentro y fuera de Turquía. Apoyarlo a que siga siendo el auténtico embajador popular de nuestra cultura en el Mundo.

P: El teatro de sombras de Karagöz, ¿era más en blanco y negro o de colores?

R: Desde la tradición, Karagöz no solamente fue en blanco y negro, ya tenía también colores desde el principio. No obstante, busco nuevos colores y combinaciones diferentes para los nuevos personajes que voy creando.

P: ¿Es Karagöz una tradición cerrada?

R: No está cerrada. Está abierta a muchos cambios, pero no hay que olvidar que su carácter es folclórico y popular. Tiene en todo esto su idiosincrasia.

Aunque, ocurre también, que me van encargando hacer personajes nuevos y distintos. Unos me los sugieren con sus rostros, por ejemplo. Otras personas, artistas, políticos o sencillamente admiradores de Karagöz, quieren un títere retrato personificado de Karagöz, con su cara, pelo, profesión, etc.         Es muy interesante para mí trabajar estas nuevas formas, tales como figuras acuáticas brillantes, rostros con diferentes caracteres. Combinar diferentes colores y materiales, por ejemplo.

Cengiz Özek tras la función. Lisboa, Convento das Bernardas, Museu da Marioneta, agosto 2014. Foto Margarida Gabriel

P: ¿Solamente tú le aportas novedades o hay más titiriteros que buscan nuevas formas o temas para Karagöz?

R: Hay más intérpretes y teatros de Karagöz. No solo en Estambul, sino en toda Turquía. También en otros países cercanos como en Grecia o Egipto en los que se extendió esta tradición.  Son muy parecidos, porque en el marco geográfico de estas culturas, se desarrolló y extendió con los Mamelucos, adoptando el mismo nombre con alguna diferencia fonética.

P: ¿Trabajas para niños y niñas, o para todo público? ¿Cómo es Karagöz para los niños y cómo es para los adultos?

R: Trabajo para todo público, aunque a veces hay solo niños y niñas y en otras actuaciones están los dos. Para todo el público, Karagöz es un personaje cercano, con quien se ríen y participan. El humor es la clave, que ayuda a salir de todas las situaciones adversas.

P: Cuando actúas con Karagöz y los otros personajes ¿qué es lo que más te gusta hacer? ¿Improvisar algo?  ¿Sorprender?  ¿Conectar con el público?

R: Lo que más me gusta cuando estoy actuando, es la conexión con el público. Sentir que estamos juntos. Karagöz vive con la gente, con lo que lo rodea y con quienes le rodean. Vive el momento. Y lo que más me gusta y me activa es escuchar al público. Su participación, sus preguntas, lo que le dicen a Karagöz, y sus risas. Todo eso es lo más importante. Es lo que mueve las emociones.

Desde atrás. Foto T.R.

P: ¿Habla Karagöz de temas políticos, sexo o religión,  tal como se podría sospechar por su carácter pícaro y atrevido?

R: El Karagöz turco es reflejo de la cultura turca. Cuenta las características del pueblo turco, como los cuentos populares. Puede tener algunas ironías amorosas y bromas, pero no tiene una ideología que pueda hablar ni de temas políticos ni religiosos.

P: ¿Has creado escuela con Karagöz? ¿Un estilo personal, que pueda tener continuidad en el futuro? ¿Otra generación?

R: No tengo una familia que me continúe. Aunque mi asistente Ege Uyaniw, que es mi alumno, espero que me continúe.  Juntos estamos preparando un espectáculo nuevo, con diferentes tipos de títeres con la técnica Karagöz, para incorporarlos a los espectáculos. Con ellos buscamos sorpresas y risas, a través de una serie de efectos que hemos incorporado en las articulaciones de las sombras. Esto requiere mucho entrenamiento, porque los brazos y las manos se cansan, por estar en continua tensión al moverlos. También todo nuestro cuerpo, ya que estamos de pie y moviéndonos continuamente.

Personajes “efecto sorpresa” en experimentación. Foto Olaf Dörriè

P: Para terminar, ya que tratamos con materiales para el humor, y en Europa de lado a lado, ¿qué relación le ves a Karagöz, con Pulcinella, Barriga Verde, los Roberto o Cristobitas?

 R: Que son tradiciones populares muy bien asentadas. La cachiporra, la picaresca popular, el humor y las tretas de los personajes, nos remiten a lejanas épocas, con la evidencia de que siguen valiendo, porque siguen sirviendo, como los cuentos populares que conocemos. Larga vida les espera.

Tomándonos un exquisito té turco, nos despedimos de Cengiz y Ege, con la satisfacción de haber disfrutado un ratito, de este mundo de “ojos negros” tan fascinante. Me quedo con la ilusión de volvernos a ver pronto, con su teatro en directo y esos niños sonrientes, a ser posible. Cengiz solo tiene actuaciones en Estambul en invierno, durante el curso escolar. El resto del tiempo lo ocupa para trabajar en el taller y sus actuaciones en Festivales por el Mundo. Está dispuesto a llevar a Karagöz allá dónde lo quieran conocer. Esperemos que nos llegue pronto a nuestra tierra de la cachiporra. Con este deseo, nos damos un gran abrazo y nos volvemos a perder por las calles de Estambul como en un sueño de las Mil y una Noches.

Ege, Cenzig  e Inmaculada. Foto Olaf Dörriè

Inmaculada Palomar Barroso. Historiadora, actriz y titiritera
Estambul, 19 de Septiembre 2024