Puente del Diablo (Rakotzbrücke) en Kromlauer Park, Gablenz, Alemania. Fotografía de Kilian Schönberger.
Sabido es que en Cataluña se viven momentos confusos y delicados. Desde Titeresante, nos interesa especialmente tender puentes, jamás romperlos. La marioneta y las artes que se le asocian son en su esencia cosmopolitas, mestizas e integradoras. Lo hemos dicho muchas veces desde esta revista: el teatro de títeres permite realizar esta paradoja: la distancia une. Desde este punto de vista, las diferencias son la sal de la vida: sólo cuando se aceptan funcionan como elemento unificador.
Desde aquí queremos manifestar la necesidad de respetar todas las diferencias para levantar los correspondientes artefactos de unión, que podemos resumir en la palabra Puentes. ¿Qué es Titeresante sino un puente que une culturas, países y sensibilidades? ¿Qué son los festivales, teatros, museos, sino simples puentes? Aceptando la más extrema diversidad de las formas y las ideas, se permite el encuentro y la concordia.
Bonecos de Santo Aleixo, Évora.
Tras aceptar que cada uno piense y defienda lo que quiera, los títeres nos proponen distanciación: dejar que las emociones se encarnen en los muñecos para poder verlas con perspectiva, sin que nos arrastren en sus espirales diabólicas. He aquí una de las razones principales de que el teatro de figuras sea hoy en día una de las formas del arte más avanzadas y que más interesan a los creadores.
Apostamos por dejar que la cachiporra se quede en manos de los títeres, y no permitir que bajen a la calle y nos la arrebaten los políticos y los poseídos por la verdad. La historia nos enseña cómo acaban las sociedades que ponen en manos de sus políticos e iluminados la cachiporra simbólica de los títeres populares.
La emoción es lícita, no podría ser de otro modo, incluso cuando gira sobre sí misma y se convierte en torbellino. Pero cuando los torbellinos se juntan bajo símbolos y banderas, entonces se convierten en un peligro, en una amenaza. Buscando su afirmación, rompen todos los puentes.
Para construir un puente, se necesitan dos orillas. Por eso se le considera como uno de los avances más importantes de la civilización humana. La propuesta es aplicar criterios de creatividad al conflicto irresoluble para inventar aquellos artefactos que, desde la aceptación de la diversidad, posibiliten la unión. Los títeres son un ejemplo y marcan un camino.
Títeres y puentes, o el desarrollo del arte de la distanciación que une.
Toni, un abrazo desde no sé que orilla del puente (da igual). Para los títeres nunca hubo fronteras ni banderas. Por supuesto que me refiero a los títeres verdaderos, no a los metafóricos. Salud y títeres.
Totalmente de acuerdo contigo, Paco. Espero que la concordia y el deseo de convivencia se impongan a los deseos de separación y de división. Un fuerte abrazo
Toni
Que viva la unión y no la división que son los que quieren acabar con el mundo a base de guerras para que la gente tenga miedo de la vida y no disfrute viendo una obra de teatro o de títeres. Estos que les gusta la guerra, no disfrutan de la vida.