(Ángel Calvente e Idoya Otegui, en el escenario del TOPIC. Fotografía de Iñigo Royo.)
Acabó el Titirijai 2019 ayer domingo 1 de diciembre con el entrañable espectáculo de Enkarni Genua y Manolo Gómez, de la compañía Txontxonguillo, ‘Erreka Mari’, en el Teatro del TOPIC. Pero antes de hablar de esta obra y de las que han completado la programación del Festival, es necesario mencionar con detalle la gala del sábado, cuando, tras el impresionante espectáculo de Los Titiriteros de Binéfar ‘Chorpatélicos’, protagonizado por la simpar Eva Paricio, tuvo lugar la entrega del Premio del Jurado Infantil (a ‘PeloLoco’, de Mimaia Teatro) y los Homenajes (a Ángel Calvente, de El Espejo Negro, y a Enkarni Genua, de la cia. Txotxonguillo). Igualmente comentaremos en este artículo la muestra de su trabajo que nos ofreció la artista griega Lida Varvarousi en el ambigú del TOPIC, el espectáculo de Búho Teatro ‘Contando jorobas’ y la ‘Alicia’ de Onírica Mecánica.
Premio del Jurado Infantil a Mimaia Teatro.
El Jurado Infantil del Titirijai 2019 decidió otorgar su Premio al Mejor Espectáculo para niños a ‘PeloLoco’, de la compañía catalana Mimaia Teatro. Constituida por la directora, dramaturga y titiritera Dora Cantero, de Murcia, y la música, cineasta y titiritera Mina Trapp, de Suiza, Mimaia Teatro (ver aquí) es hoy en día una de las compañías que más destaca en el panorama catalán y español por la originalidad y la buena factura de sus montajes, que van dirigidos realmente a todos los públicos.
En Tolosa presentaron su última producción, ‘PeloLoco’ (ver aquí), un trabajo en el que las dos artistas crean un discurso de muchas capas de lectura diferentes. Como dije ya en su día en Putxinel·li:
‘Pelo-Loco, a través de una historia sencilla de un niño que vive en los sótanos del mundo trabajando en una mina y que quiere salir a la superficie, invita al espectador, con sutileza y mano izquierda, a adentrarse en los opuestos sociológicos de la vida contemporánea: interior / exterior, lo visible y lo invisible, lo que está arriba y lo que está abajo, el rico y el pobre. Por otra parte, el tratamiento dramatúrgico incorpora la figura del autor, representado por Dora Cantero y su máquina de escribir, que introduce la relación verdad / mentira, ficción y realidad, dentro de la historia / fuera de ella, hasta al conflicto final del títere, Pelo-Loco, que reivindica la libertad de decidir sus actos’. (para leer más, cliquen aquí)
Un premio tan acertado como inteligente.
Homenaje a Ángel Calvente.
Muy emotivo resultó el homenaje que el TOPIC de Tolosa dedicó a Ángel Calvente, de la compañía El Espejo Negro, enfrentado en los últimos meses a una dura enfermedad. El reconocido autor/director/titiritero de Málaga recogió el galardón con suma alegría, mientras explicaba al público asistente el próximo proyecto que tiene entre manos.
Se trata de la creación del Mamic, el Centro Internacional de la Marioneta de Málaga, un ente inspirado directamente en el TOPIC de Tolosa, con museo, teatro y espacios para formación, archivo y documentación. Un proyecto que busca dinamizar las artes titiriteras en Andalucía y por extensión en todo el país, y que cuenta ya de entrada con la plena colaboración del mismo TOPIC.
Una grata sorpresa que esperamos pueda encontrar los apoyos y las complicidades tanto de la administración como del Sector de los Títeres y del Teatro Visual.
Homenaje a Enkarni Genua.
La ceremonia del premio y de los homenajes fue oficiada por el actor tetrapléjico Telmo y el famoso cocinero vasco Karlos Arguiñano, que resulta ser un gran amigo del TOPIC.
Fue impresionante ver a Telmo presentar todo el acto pasando por encima de su enfermedad crónica, con una inteligencia y un sentido del humor que desconcertó al público por su agudeza y campechanería, así como por los diálogos llenos de dobles intenciones y preciosos sobreentendidos con Arguiñano, con el que parece mantienen una buena amistad.
La gala en el teatro homenajeó también, además de a Ángel Calvente, a varios políticos, del Gobierno Vasco, la Diputación y el Ayuntamidento, con Olatz Peon Ormazabal al frente, la inteligente alcaldesa de Tolosa, que ha sabido aprovechar todas las posibilidades estratégicas de tener en la ciudad un ente tan activo como es el TOPIC.
Se citó entonces a los asistentes al vestíbulo del teatro para de inmediato conducirlos hasta el tercer piso del TOPIC, donde se había preparado un homenaje sorpresa a Enkarni Genua, la veterana titiritera vasca quien, junto a Manolo Gómez, han sido los creadores de la moderna tradición de los títeres en Euskadi.
Para ello, se mostró la nueva placa puesta en la entrada de la gran sala taller, por la que ésta pasa a llamarse a partir de ahora ‘Sala Enkarni Genua’.
Un homenaje que fue una sorpresa para la propia Genua, que no se lo esperaba, y que emocionó a propios y extraños, tal es la estima que se tiene a estos dos veteranos titiriteros históricos de Txotxonguillo, siempre en activo. Hablaremos en otra crónica sobre el espectáculo que presentaron el domingo.
‘Pequeñas Historias de un Gran Festival: Titirijai’, por Enkarno Genua.
No podríamos dejar pasar este artículo dedicado a las galas y homenajes sin citar el libro que acaba de salir con los textos que Enkarni Genua ha publicado a lo largo de estos últimos años en el Diario Vasco entre 1991 y 2018, dedicados siempre al Festival de Tolosa.
Se trata de una recopilación que, como indica muy acertadamente su título, recoge ‘Pequeñas historia de un gran Festival’: anécdotas, reflexiones, citas, crónicas, testimonios y otros enfoques del Titirijai recogidas por Enkarni.
Sus características son claras: una escritura dotada de una enorme frescura, trufado de ironías y de denuncias a la irracionalidad de los humanos, con textos en los que salen casi todos los que han dejado su huella en el Titirijai y en el TOPIC de Tolosa. Un magnífico ejercicio de exaltación de lo que es el teatro de títeres y de cómo el teatro puede ayudar en la educación de los niños
Es importante que los titiriteros vayan dejando escrita la memoria de sus biografías: si no lo hacen ellos, no lo hará nadie más, he aquí la importancia de tales publicaciones. Son testimonios de una gran relevancia, que nos hablan de lo que ha sido el arte de los títeres de nuestra generación y de las que nos siguen. ¡Imprescindible!
El arte pictórico y performativo de Lida Varvarousi.
Tuvimos la suerte los invitados del Titirijai de asistir a una demostración del trabajo performativo que está elaborando la artista plástica, autora e ilustradora de cuentos para niños Lida Varvarousi, en colaboración con la asistencia dramatúrgica de Damiet Van Dalsum, de Holanda.
Un trabajo de dibujo en directo frente al público en un gran lienzo de papel, que suele practicar la artista cuando explica cuentos a los niños, pero que en este caso iba dirigido a espectadores adultos, sin palabras ni argumento explícito alguno, buscando una concurrencia performativa de ejecución artística, movimiento escénico del cuerpo y catarsis expresiva. La práctica introdujo también alteraciones directas sobre el papel -rasgados, cortes, despegamientos- así como añadidos de objetos para complementar la imagen.
El resultado fue un emocionante ejercicio de ejecución expresiva en el que confluía la visión personal de la artista con una comunicación íntima con el público, introducido éste en la experiencia con mano sabia y sutil por Lida Varvarousi, gracias a su poderosa presencia y a un convincente ritmo interpretativo marcado por la misma gestualidad pictórica.
Una muestra de un trabajo en proceso de elaboración que nos dejó con las ganas de conocerlo con más profundidad en sus fases posteriores de elaboración.
‘Contando jorobas’, de Búho Teatro.
Fue un gozo ver de nuevo este clásico de la conocida compañía de Sevilla Búho Teatro, fundada en su día por Juan Luís Clavijo, Mercedes Izquierdo y Teresa Soler en 1986. Lo pudimos ver en el Teatro Leidor, un lugar idóneo para esta obra que requiere de un buen espacio y acepta cantidades de público considerables.
Protagonizado por tres actrices -la misma Mercedes Izquierdo, Mercedes Reyes e Irma Anahi Rodriguez-, ‘Contando jorobas’ nos habla de esta temática tan grande y trascendental que es hoy en día la Alteridad y el reconocimiento y aceptación de la Diferencia. Una problemática que requiere con urgencia fórmulas y mecanismos de alivio, pues cuanto más tardemos en hallarlos, más en peligro ponemos la convivencia y el futuro del planeta.
Un espectáculo que rezuma feminidad por todos sus poros y que quizás sea ello una de las claves apuntadas de solución, pues no cabe duda que los humanos machos no solemos ayudar demasiado cuando se trata de evitar los efectos de la testosterona en los arrebatos tribales de nuestra especie. Su otra gran virtud, la música en directo, compuesta por Fernanda Cáceres De la Vera, ayuda a crear el ambiente catártico indispensable a la representación.
Sin teorización alguna y con una interpretación que no huye de la ingenuidad espontánea e inclusiva, las tres actrices de Búho Teatro, bajo la dirección de Damiana Puglia Padilla, consiguen plantear desde la fábula y el relato de corte oriental el problema de ser diferente. ¡Ojalá el público entienda que el asunto trasciende los escenarios y se inmiscuye en el día a día de las relaciones! Las de Sevilla lo intentaron con la honradez y el oficio que les caracteriza.
‘Alicia’, de Onírica Mecánica.
Conocía este trabajo de Jesús Nieto y su compañía Onírica Mecánica, de Murcia, pues vi el estreno en la Fira de Lleida hace un par de años (ver aquí), y pude comprobar en Tolosa como el rodaje y las representaciones han conseguido afinar y elevar el interés de esta obra que ya desde sus inicios despertó el entusiasmo de los que gustan de las novedades y de la experimentación en el escenario.
En efecto, ‘Alicia’ se ha depurado con el rodaje hasta alcanzar su forma adecuada y bien podríamos decir ‘redonda’, en el propósito de su director de introducir un lenguaje plástico hecho de materiales ‘fríos’, jugar con ellos hasta convertirlos en expresivos, e introducir en su interior lo ‘humano’, Alicia en este caso, representada por la actriz Alicia Bernal.
Se sirve Nieto de cuatro grandes patas para elaborar el lenguaje de la obra: la luz, la música, los materiales plásticos y la acción de los actores-manipuladores con un único personaje principal, la ya citada Alicia. Se trata quizás de una obviedad propia de todo tipo de espectáculos, pero en el caso de Onírica Mecánica, la atención que reciben estas cuatro columnas es mayúscula y trabajada hasta la extenuación.
Pedro Guirao, autor de la música, es un artista que ya ha colaborado otras veces con la compañía (como en el ‘Rumor del ruido’) y constituye una pieza fundamental de la obra, con una importancia similar a la plástica, con la que busca la máxima sincronía. Música electrónica muy bien tratada y provista de estudiados efectos que encuentran su correspondencia tanto en la plástica, la luz y los movimientos.
La luz, diseñada por el mismo autor/director Jesús Nieto, juega en ‘Alicia’ un papel similar al de la música, encargada de crear los climas y de extraer todas las posibilidades a los materiales plásticos utilizados. Al acentuar la frialdad de los tonos lumínicos que suma a la frialdad de los materiales plásticos, se produce una especie de doble efecto de saturación que en realidad consigue lo contrario, cargar de un ‘calentamiento cuantitativo’ visual la imagen, la cual, junto a la música, permite destacar los elementos rojos y blancos del personaje de Alicia, donde se concentra lo que podríamos llamar ‘Vida’ en la obra.
Por otra parte, el constante ajetreo de los manipuladores (Brígida Molina, Estela Santos y Mario Moya) que mueven por el escenario paneles y otros artefactos volumétricos, llenan de vitalidad -a veces electrificante- la acción escénica, y ayudan a preparar la irrupción del elemento Vida.
Quizás podríamos considerar que nos encontramos ante una obra sobre los elementos, en la que los cuatro habituales -aire, agua, fuego, tierra- ya no nos bastan, siendo el quinto esta emergente ‘Vida’ (representado por Alicia y sus puntos blancos y rojos) que no tiene nada que ver con la biología -aunque también, por supuesto- sino más con lo nuevo-desconocido que esperamos que un día emerja del vacío de la vida contemporánea con sus ideologías binarias de separación.
Lo que sí podemos decir es que el espectáculo, tal como está en la actualidad, goza de un ritmo y de una organicidad interior de alto nivel, lo que la abre al amplio público: aunque se trate de un lenguaje que parte de la frialdad de los materiales y de la tecnología, consigue, por la alquimia de los elementos antes apuntada, interesar a todos, participen o no de las inquietudes experimentales de la compañía. Ejerce en realidad la función propia de toda buena obra de teatro: hacer de espejo para que los espectadores vean reflejado en el escenario el mundo en el que nos ha tocado vivir. Si además no ofrece ‘emergencias creativas’ inesperadas, mejor que mejor.
Argumentos y especulaciones que la propuesta de Onírica Mecánica tiene la virtud de invitar a plantearnos.