(Imagen de la instalación ‘Versos que anidan’, de Baychimo Teatro)
Siguen las crónicas de la 25a edición del Parque de las Marionetas, con un nuevo artículo donde hablaremos de los siguientes espectáculos: Versos que anidan, de Baychimo Teatro, Zamora; Los dibujos de Cajal niño, de Títeres de la Tía Elena, Aragón; Recuerdos de Gloria, de Arteria Producciones, Aragón; Chatungla, de Teatro Silfo, Murcia; y Profesor Coperini, de Civi Civiac.
Versos que anidan, de Baychimo Teatro
De Zamora llegó la compañía Baychimo Teatro, que sorprendió al público del Parque de las Marionetas con una sofisticada instalación titulada Versos que anidan, en la que se podían escuchar versos de muchos distintos poetas si prestabas oídos a unos nidales colgados con hilos entre los árboles del Parque.
‘Versos que anidan’. Foto T.R.
Curiosa la transición que Baychimo ha hecho pasando de un montaje como La Leyenda de Sally Jones, que este cronista pudo ver en el Festival del Cabanyal de Valencia en marzo de 2023 (ver aquí), un montaje de una enorme complejidad escénica, a la presente instalación casi podríamos decir minimalista, que por lo visto ya lleva más de un año en movimiento.
Hay en ambos casos una clara preocupación medioambiental y una defensa de la poesía en su acepción más amplia: dar vida y voz a una gorila extraída de la ficción de un libro de Jakob Wegelius, y dar voz y nuevos espacios a la poesía hecha por los mismos poetas, una especie seguramente no en fase de extinción, pero sí bastante marginal y desdeñada por la actual cultura de la imagen, las pantallas, la IA y lo que se considera Importante.
‘Versos que anidan’. Foto T.R.
Una atención a unos niveles de conciencia sutiles que se manifiestan también con delicadeza. De ahí esta feliz idea de asociar versos de poetas a los cantos de los pájaros, una de las expresiones más exquisitas e ingeniosas que la naturaleza ofrece a los seres vivos que tienen activa la facultad de escuchar.
Treinta nidos colgados a una cierta distancia unos de otros, con versos cada uno de ellos de un poeta diferente, en un amplio abanico de nombres no necesariamente españoles. En ellos anidan palabras pero también cantos de múltiples pajarillos. Un folleto que Moncho, el representante de la compañía llegado a Zaragoza, reparte entre los visitantes, indicando qué autor y qué vocalista recita los versos de cada nido. Para poder asociar nombres, cantos y palabras, la imagen de un pájaro distinto para cada uno, que aparece en el impreso y en las cajitas de anidar.
Moncho, de Baychimo Teatro, con uno de los nidos. Foto T.R.
Un juego que va más allá del juego, trazando en el espacio de la instalación un entramado de hilos invisibles donde las palabras y los poetas dialogan entre sí, pero desde el silencio y la distancia, lo que permite hacer visible y sutilmente audible ese espacio de la conciencia íntima de la poesía, llena pero en el fondo vacía de palabras, pues los significados de los versos se diluyen en esta red de hilos invisibles. Quizá para poder percibir estos conceptos en sí mismos carentes de espacio, como son el Tiempo, la propia Percepción, o la Poesía.
Una instalación que ha sido sin duda una de las aportaciones más interesantes y sutiles de las que hemos visto en el Parque de las Marionetas.
Los dibujos de Cajal niño, de Títeres de la Tía Elena
Instalada en la Carpa o Pabellón Melodías, los visitantes del Parque pudieron ver un fragmento de la obra sobre Ramón y Cajal, creación de la compañía Títeres de la Tía Elena, uno de sus éxitos más reconocidos, con texto y dirección de Adolfo Ayuso y con la participación de la actriz titiritera Marta Cortel junto a la misma Elena Millán en el escenario. Un fragmento titulado Los dibujos de Cajal niño.
Marioneta de Ramón y Cajal. Foto T.R.
Ideal para el público familiar e infantil que suele acudir al Parque de las Marionetas, pues se explica en ella la vida del Cajal niño, su pasión por pintar y dibujar, aficiones que lo distraían de sus estudios en el colegio. Fue su padre quien le sugirió, para canalizar esa vocación volcánica, aplicarse a dibujar determinadas formas del natural: flores, plantas, animales e incluso un esqueleto humano. Y, como es fácil imaginar, así empezó la verdadera vocación investigadora del personaje.
Lo hacen las dos actrices que mueven las marionetas con un excelente dominio del gesto y de las voces, dotadas de una técnica impecable que consigue dar vida a los muñecos puestos en acción, como el padre y el mismo niño Cajal.
Cajal, el esqueleto y las dos titiriteras: Elena Millán y Marta Cortel. Foto T.R.
Pero donde brilla más la obra y se eleva por dominios que van más allá de lo que se cuenta, es cuando el Cajal niño se encuentra con el Cajal adulto, un imposible que las marionetas pueden resolver con facilidad. Una colisión que nos enfrenta a paradojas y realidades de gran interés, y que da espacio al tiempo a través de unos espejos que nos reflejan en distintos momentos de la vida, poniéndonos cara a cara con las identidades que hemos sido y llevamos dentro, y que cambian a lo largo de los años.
De todo eso habla esta obrita que forma parte de una más grande, y que los asistentes al Parque pudimos disfrutar con ganas.
Recuerdos de Gloria, de Arteria Producciones
Josean Mateos es el actor que presentó en la Carpa Parlante una obra, aun en fase de prueba, extraída del personaje de Gloria Bendita, el exitoso espectáculo que el actor ha presentado últimamente con críticas excelentes. En ella nos presenta a una mujer que ha venido a que le cuenten un cuento, hasta que comprende que es ella quien debe contarlo.
Gloria y Josean Mateos. Foto T.R.
Y ahí empieza el despliegue de su divertida, tozuda y alocada personalidad, que la induce a odiar todos los cuentos, hasta que al final nos habla de su propia vida con un genial desenlace que hace que todo regrese al principio.
Foto T.R.
Se trata de uno de los trabajos más difíciles para los titiriteros actores que se enfrentan a dar vida a una marioneta de medida real, estando ambos frente al público. Un ejercicio de desdoblamiento, pues da voz a los dos personajes, aunque prevalezca el de ficción, que centra la historia, pero siempre con la presencia detrás del otro que lo mueve y le da vida.
Foto T.R.
Hay que decir que Josean Mateos bordó su trabajo con una interpretación de gran calado, con un dominio excelente de las voces y de la gestualidad, ayudado por una impecable y preciosa factura del muñeco y de su vestuario.
El público así lo apreció, con sus bravos y aplausos.
Chatungla, de Teatro Silfo
El Teatro Silfo, de Murcia, presentó en el escenario grande del Parque su obra Chatungla, una contracción de Chatarra y jungla, en la que se reproducen distintos animales hechos de materiales reciclados.
Sara Sárez y Bárbara Vargas son las dos titiriteras encargadas de mover a esos artilugios o cachivaches vivos, realizados por Fabrizio Azara, autor y director también de la obra. Y hay que decir que lo hacen con mucha gracia, creando un clima alegre y desenfadado, en acorde con los mismos muñecos, que sorprenden por sus curiosas facturas.
Sara Sárez y Bárbara Vargas en plena acción. Foto T.R.
Pingüinos, una girafa hecha con una escalera, un taburete que se convierte en perro, un mueble en león, o una gacela en silla… Silfo Teatro consiguió meterse el público en el bolsillo con sus ocurrencias metamórficas y mediante las diferentes coreografías pensadas para cada animal-objeto. Importante es la música que acompaña la acción, a veces interpretada por las mismas actrices.
Sara Sárez y Bárbara Vargas al final del espectáculo. Foto T.R.
¿Qué puede haber que distraiga e interese más a los niños que ver como diferentes objetos, trastos o muebles se convierten en animales? Animales que corren, saltan, cantan y llenan el escenario.
Los espectadores siguieron encantados la función y al acabar, fueron raudos a fotografiarse con las actrices y los animaluchos surgidos de una jungla hecha de chatarra.
Profesor Coperini, de Civi Civiac
Fue un placer entrar en la Carpa Mágica que cada año instala la compañía de Ismael Civiac para presentar sus espectáculos de magia. En esta ocasión, Ismael se puso en la piel del Profesor Coperini, un mago repartidor de elixires que intenta vender al público unos sprays que resuelven problemas de todo tipo, desde los económicos, los de salud, hasta los del amor.
Ismael Civiac. Foto T.R.
De este hilo temático saca Civi Civiac la narrativa que hilará los diferentes números de magia, como es de rigor que hagan los magos, que necesitan envolver los efectos mágicos con historias, gags y diferentes ocurrencias. Y es aquí donde Ismael consigue sus mayores logros, al convertir el relato de la venta de sus elixires en el argumento de todo el espectáculo, bien acompasado por los diferentes trucos, que aparecen como tales, pero también como peldaños narrativos de la obra.
Se acompaña Ismael del actor-titiritero Toni Vilchez, reputado artista leridano conocido por sus trabajos con compañías como la Baldufa y otras de relieve de la vecina ciudad de Lleida. En el espectáculo de Civi Civiac hace de clown-portero de la Carpa y asistente del Profesor, acentuando las facetas cómicas de la obra.
Toni Vilchez y Ismael Civiac. Foto T.R.
El juego de ambos actores, más el ambiente de magia circense que da la bonita carpa donde se instala el público, son los otros ingredientes que alzan el espectáculo a altas cotas de humor y diversión teatral, con la magia como eje temático de todo lo que ocurre en este espacio.
Ismael Civiac y Toni Vilchez consiguen así ponerse el público en el bolsillo, y rematar su faena con grandes aplausos y una enorme satisfacción de los espectadores.