Imagen de ‘Caperucita Roja’, de Zaches Teatro. Foto Ura Iturralde

¡Hasta pronto! Así nos hemos despedido de amigos veteranos y de los recién llegados a la profesión, de tantos estupendos espectáculos de títeres y objetos, y del sol primaveral que se ha sumado cada día, favoreciendo las idas y venidas y los largos momentos de charla alrededor de una taza de café. Y toca la hora de la reflexión. En este caso mía particular que coincidirá con algunos de vosotros y rebatida por otros. ¡Viva el debate!!

¡VIVA LA CALIDAD! Hemos tenido la gran suerte de contar con una serie de obras de distintos estilos que rayan la genialidad y que hace que los espectadores estén deseosos de volver. Comenzamos la andadura con la obra VERNE de la Onírica Mecánica que haciendo honor a su título parecía que nos iba a hablar de viajes trepidantes alrededor del mundo, pero que en realidad nos transportó suavemente hacia nuestro interior y utilizando discos plateados-objetos-luces-idas y venidas nos invitaban a generar relatos cercanos a la tranquilidad y al optimismo.

Imagen de ‘Verne’. Foto compañía

A la salida, un grupo personas hablaban. «¿Pero esto de qué iba?” A lo que otra contestaba: «No sé muy bien, pera mí me ha relajado como una clase de yoga, pero en bonito». ¡Pues eso! Muy pronto nos dimos de narices con el estruendo, el agobio y el stress. Pero de lo que vivimos viendo la obra ERROR 404, representada por los Ángeles de Trapo os hablaré más adelante. Solo decir que interesó, pero mucho, a chaval@s y a madres y padres.

Cuando vimos la obra VIVA! del grupo de Francia La LOQUACE, pensamos que nada se iba a poder comparar con ella. Hay que tener creatividad, para ofrecernos un guion terrible real donde los personajes eran lápices de color «rojo» y «azul», y otros objetos de escritorio que salían de una mesa y nos iban a contar nada menos que la historia de un feminicidio cometido en plena dictadura franquista. Pero se me había olvidado que además de los lápices en escena estaban dos excelentes ACTORES /TITIRITEROS.

Imagen de ‘Viva!’. Foto compañía

Pero de pronto aparecieron las abejas y su vida del grupo CAL Teatre de Katalunia y además de contarnos en su obra CERA «500 HORAS DE VUELO» que al parecer 500 son las horas que vive, o trabaja, una abeja (no sé muy bien, pero me da igual) y a través de objetos puso nuestros recuerdos en marcha y nos llevó volando por un mundo real, conocido por todos, que nos hizo salir del teatro con ganas de abrazar a las abejas (no, a esas no, que pican) y a su autor que es un amor.

Imagen de CERA «500 HORAS DE VUELO». Foto compañía

Y en esto… ¡Llega Cenicienta! Del grupo Zaches de Italia. ¡Madre mía! A la Cenicienta, por lo menos la gente adulta, la conocemos bien, y tal vez algún despistado pudo decir… ¿A mi edad y vienen con la Cenicienta? ¡Peor para él! Porque se perdió una función que nos dejó sin respiración. Empezando con el conjunto de cuervas/hermanastras, malvadas y obscuras con la que empieza la función, hasta el baile final de una Cenicienta que como firma deja en la alfombra roja, su zapato, no zapatito, y sin esperar a que venga a probárselo ningún príncipe echa a correr y a bailar en busca de su libertad. Una genialidad.

Imagen de ‘Cenicienta’. Foto Massimiliano Mascagni

No puedo seguir comentando los trabajos de todos los compañeros, dignos de elogio, pero quiero hacer alusión a la obra MELODRAMA O LA VENGANZA DE UNA HUERFANA RUSA, realizada por la Puntual de Katalunia en la que con una forma clásica de utilizar los títeres dejan claro que para que una obra de teatro de títeres sea buena, independiente de los estilos y gustos varios, que se utilicen títeres clásicos, objetos, hilos, baile y todo lo que nuestra imaginación ponga en marcha, lo más importante es que esté bien hecha. Con rigor, con ritmo, con estilo. Y eso abunda en la obra antes citada.

Imagen de ‘Melodoma’. Foto de Ura Iturralde

¿Y la Caperucita del grupo Zaches? ¿No voy a decir nada?… Lo voy a dejar para el final.

Pasando a otro punto me pregunto: ¿Y cómo se crean estos espectáculos y también los nos mencionados? ¿Nacen así de repente como las margaritas en primavera? Pues no. Los titiriteros precisamos y cada vez con más urgencia FORMACION. Para hacer una buena obra de títeres o de objetos necesitamos de una preparación muy amplia. Lo ideal sería una escuela que tratara diversos temas, sin olvidar el ver todos los espectáculos que estén cerca o lejos de nuestra casa. Y animo a todos los titiriteros que cuando vayan a un festival no lo hagan deprisa y corriendo porque tienen otras cosas que hacer. Me atrevería a decir que todas menos importantes que ver las aportaciones de sus compañeros, porque siempre se aprende.

Sé que TOPIC, con sus directores Juanjo y Estitxu al frente, están preocupados por ello y al parecer están proyectando algunos planes que seguro nos interesarán.

Antes de terminar hay que felicitar a L’Estaquirot por la magnífica exposición que queda en Tolosa, hasta el 9 de Marzo y por la nueva savia titiritera, su hijo Guillem Alba, que nos ofreció una breve y encantadora obra MA SOLITUD. . Lleva la ventaja de que sus primeros pasos los dio en un escenario, y eso se nota.

Imagen de ‘Ma Solitud’. Foto de Ura Iturralde

Y ¿quiénes fueron los premiados? Como siempre el Jurado Infantil, que habían visto 12 espectáculos dieron en la diana. Y premiaron al grupo ANGELES DE TRAPO con su obra ERROR 404, porque además de estar perfectamente contada, utilizando tantos títeres y diversos objetos hablaba en un lenguaje que se entendía perfectamente de uno de los problemas que tienen nuestros chicos y chicas de todas las edades. Problema que alcanza también a los adultos. De la utilización sin control de una gran cantidad de aparatos tecnológicos que agobian, aturden confunden y nos hacen perder el tiempo. Y además representado todo ello por un joven, algo mayor que ellos, que se veía que había vivido también esa misma experiencia. OVACION Y ACUERDO TOTAL. ZORIONAK.

Imagen de ‘Error 404’. Foto Borde Cmiljanic

Y el jurado senior se enamoró literalmente de una CAPERUCITA ROJA, del grupo Zaches que camino de casa de su abuelita recogía flores por el camino, daba de comer a los animalitos, bailaba con el viento y que poco después de una terrible tormenta, cuando el lobo se asoma a lo lejos, se convierte en una encantadora doncella, dando inicio a un feroz y bello romance. ¿Que qué pasó después? No lo se. Solo que en palabras del jurado «esta obra es un ejemplo de cómo el arte puede trascender conquistando tanto la mente como el corazón del espectador”.

Imagen de Caperucita Roja’. Foto Ura Iturralde

Enkarni  Genua
Titiritera Grupo TXOTXONGILLO.