Ya habrá advertido el lector de Titeresante o de Putxinel·li, que hace unos días estuvo en Barcelona Luca Ronga, reconocido titiritero italiano, dando un curso sobre Pulcnella y manipulación de títeres de guante, invitado por el profesor Alfred Casas del Institut del Teatre de Barcelona. Una ocasión única que ha sido muy bien documentada por el joven y brillante dramaturgo Jordi Palet, también profesor en el Institut del Teatre, con una serie de artículos que muestran el desarrollo del curso más unos dibujos realizados por el mismo Palet. El lector puede leer los artículos en Putxinel·li clicando aquí.
Desde nuestra revista hemos querido charlar con Luca Ronga, afín de conocer un poco más sobre su trabajo. Para ello nos citamos en la redacción de Titeresante, con las Ramblas tronando a nuestros pies y sendos cafés sobre la mesa.
– Mi formación viene del mundo del gesto, de la interpretación mímica y de la máscara. Me formé durante años en esta especialidad y empecé a probar en los escenarios. Pronto me di cuenta de que no estaba del todo satisfecho con los resultados. Hasta que un día impartí un curso de teatro para niños. Se me ocurrió que para improvisar iría bien utilizar unos títeres y así lo hicimos. ¡Fue una absoluta revelación, para los niños pero sobre todo para mi! Nunca había experimentado esta comodidad actuando: el títere me permitía utilizar todo lo que había aprendido con una precisión escalofriante: el ritmo, los detalles del movimiento, el control de la gestualidad, todo ello estaba en mi posesión, al alcance de mi mano, o mejor dicho, encarnado en mis propias manos. Había encontrado lo que me faltaba. Desde entonces, me he dedicado a interpretar con los títeres, con Pulcinella como compañero de armas.
Un Pulcinella, el de Luca, asociado pues al ritmo y al estudio preciso de la gestualidad, evitando la «polución» del descontrol de los movimientos que ha veces sufrimos los titiriteros.
– Sí, mi estilo gusta de la precisión, del movimiento lento. Un títere demasiado agitado satura y no permite al espectador entender realmente lo que nos quiere decir.
Pulcinella y Teresina
Le pregunto qué es para él Pulcinella.
– Para mi, es un vacío. Alguien que no tiene personalidad. La máscara así nos lo indica. Adquiere una identidad cuando se contrapone a otra. Si le atacan, responde. Si le chillan, él chilla más o se calla para dejar al otro en evidencia. Se le aman, de convierte en el más fervoroso de los amantes, o se muere de celos. Al no tener ninguna personalidad fija,. las puede tener todas. Es pues un comodín que puede interpretar cualquier papel, cualquier cosa. Por eso siempre me ha acompañado en todos mis espectáculos.
Con esta definición, Luca Ronga nos da la clave para entender su forma de trabajar: los roles surgen de la confrontación con el otro. Para el titiritero, es la mano derecha confrontada a lo que hace la izquierda, y viceversa. Así se abren espacios de conocimiento de uno mismo, pues no siempre la derecha sabe lo que hace la izquierda…
– Me preguntaron en el taller que estoy haciendo ahora cómo se fabrica un gag. Me quedé sin respuesta, pues normalmente los gags «salen», sin que pensemos en «cómo sacarlos». Es de la inmprovisación que surgen. Pero la pregunta requería una respuesta. Lo estuve pensando y comprendí entonces que la respuesta estaba precisamente en el encuentro, en la manera en que dos personajes se relación, se confrontan entre si. Consideré cuatro modos: 1- los Opuestos (por ejemplo, Malo/Bueno, Guapo/Feo…), 2- el Espejo (verse reflejado en el otro: los dos son Malos o muy Buenos, o iguales o parecidos, 3- el Ayudante (aquél que hace todo lo que se le pide, por muy disparatado que sea) y 4- el Equívoco (lo que se dice se interpreta de modo diferente o contrario…). Con estos cuatro modos diferentes de confrontarse podemos generar todos los gags que queramos.
La Muerte y Pulcinella
Una manera perfecta para entender esta concepción de Pulcinella basada en el vacío, en la asunción de cualquier rol o personalidad a partr del encuentro y de la confrontación.
Luca tiene un espectáculo clásico de Pulcinella que él interpreta a su manera, siguiendo la ortodoxia tradicional pero con una forma muy propia de administrar el gesto y los movimientos. Es como si el actor gestual que hay en Ronga dialogara con sus manos, negociando siempre la cantidad y la calidad del ritmo, sus tiempos exactos. Eso hace que sus garrotazos cachiporreros tenga una energía distinta a la habitual: en vez de dejar a las manos desfogarse desplegando la violencia contenida en nuestros nervios y músculos, sus porrazos pueden llegar a ser casi caricias, pues en ellos prima más el tirmo y la cadencia casi musical de la maniupulación. Es decir, hay una distancia entre los títeres y el manipulador creada por la mirada de éste. De hecho, podría decirse que ambos se miran y se observan mutuamente. De esa mirada surge una distancia, la existente entre los dos, que el Tiempo, es decir, la lentitud contenida y estudiada del movimiento, llena de fuerza, tensión y poesía.
También tiene un Don Giovanni en «carne e legno», es decir, con actores y con títeres, en el que los personajes aparecen duplicados en sus réplicas de madera.
Actiualmente se halla a punto de estrenar un espectáculo nuevo, «Circum Vesuviana» (se refiere a la línea de metro que circunda el Vesubio, en Nápoles), a partir de un texto de Gigio Brunello. En él, Pulcinella se confronta con situaciones absolutamente insólitas: ¿qué pasa si Teresina quiere tener un hijo de Pulcinella y desea para ello ser manipulada de una vez por una mano de verdad? (pues se la suele mover con un simple palo únicamente para hacerla bailar). ¿Y si la Muerte es la amante de Pulcinella y ambos tienen una hija?… Situaciones insólitas planteadas por este maestro de la escritura para títeres que es Gigio Brunello.
– El estreno es el 30 de mayo, de modo que estamos ya en los últimos ensayos.
Le deseamos lo mejor desde Titeresante, con la ilusión de poder ver este espectáculo lo antes posible.