Se ha inaugurado este 11 de septiembre de 2013 el flamante nuevo Centro Cultural del Born, este espacio impresionante de la ciudad donde tres Barcelonas distintas dialogan a través de la Historia: la Barcelona de 1700, la del XIX del viejo Mercado del Born, obra del arquitecto Josep Fontseré (1876), y la Barcelona actual, presente en la intervención museística y urbana. La elegante cubierta de Fontseré se ha convertido así en una pletórica caja de resonancia donde la ciudad de Barcelona se desdobla, se desnuda y se refleja, gracias también al gran conocimiento que existe sobre la ciudad del 1700, obra de los trabajos realizados por el historiador Albert García Espuche.
El Born CC – Foto Marçal Font.
Y, tratándose de un espacio que básicamente muestra las varias capas sobre las que se sustenta la ciudad, no podían faltar los títeres, este arte que también juega a las dualidades y que permite que espectadores y artistas se observen y de reflejen en una interrogación sobre la identidad y sobre el pasado, el presente y el futuro de cada uno. Un arte esencialmente filosófico que tiene sin embargo la gran ventaja de ser popular y modesto, y que interesa tanto a los adultos como a los más pequeños de los espectadores. Un arte transversal, que en sus facetas europeas más populares nos habla también de las diversas ciudades que las han creado y nutrido, de modo que invitar a una de estas tradiciones es invitar también a la ciudad y a su particular cultura.
El Pulcinella de Gaspare Nasuto.
Tal es el significado del ciclo Títeres y Ciudades que se inaugurará en la Sala Moragas del Born CC el próximo sábado 5 de octubre, a las 18h, con el espectáculo Pulcinella de Gaspare Nasuto, y que también se podrá ver el domingo 6, a las 12:30 h del mediodía. Nápoles estará presente así de la mano de este embajador de Pulcinella que se ha prodigado últimamente por los escenarios del mundo, y que visitará por primera vez Barcelona. Un espectáculo de pronunciado virtuosismo, en el que los temas consustanciales a la tradición de los títeres mediterráneos -la lucha con el perro o la fiera, contra la injusticia o contra la misma Muerte- aparecen con la nitidez característica de los guaratelle napolitanos.
Bornet.
El anfitrión de Pulcinella será otro títere, Bornet, más conocido como el Polichinela de la Ciudad del Born. Ha sido una de las sorpresas más alegres y estimulantes de la apertura del Born Centro Cultural, la irrupción de este personaje llamado Bornet, surgido de las mismas piedras puestas al descubierto por los arquitectos y arqueólogos responsables del complejo museístico. No son vanas estas palabras: la plazoleta que hay justo en el centro del Born, bajo la pequeña cúpula que corona la cubierta de Fontseré, se llamaba ya en el 1700 Bornet, de modo que el títere que lleva este nombre no puede ser nadie más que alguien surgido de esas mismas piedras, como en efecto el mismo historiador Albert García Espuche ha confirmado, al reconocer en el acto los rasgos físicos y mentales del personaje. «Sí, en efecto, Bornet es Bornet «, dijo el eminente historiador, cerrando el tema con la Potestas que le otorga su Auctoritas en el asunto que nos atañe .
Se entiende, por otra parte, que si cada ciudad tiene a su Polichinela, la Ciudad del Born tenga a su Bornet. Es decir, al ser la del Born una ciudad dentro de otra, nudo simbólico de las distintas épocas que la conforman, es lógico que también Bornet sea un nudo simbólico de los rasgos que definen la ciudad del Born.
¿Qué quiere decir esto? Pues que si por un lado encarna el perfume de las almas invisibles que siguen deambulando por las ruinas de la Ciudad del Born, su alma de polichinela tiene chispas de la de Titella, Pericu y los demás personajes que han vivido en la ciudad de Barcelona, sean antiguos o modernos. Y, por la misma regla de tres, se refleja en sus hermanos europeos que provienen del Pulcinella napolitano o le son primos hermanos .
Todo ello explica que después de esta primera visita de protocolo del Pulcinella de Gaspare Nasuto, el siguiente invitado sea uno de los titiriteros catalanes de más prestigio local e internacional, Joan Baixas, quien en los años sesenta fundó La Claca con Teresa Calafell, un referente fundamental para entender el arte actual de los títeres en nuestra país. Joan Baixas presentará su espectáculo «Música Pintada», un título que viene que ni pintado para definir esta nueva franja de programación.
Imagen de Música Pintada, de Joan Baixas.
El siguiente personaje invitado por Bornet será Karagöz, el cual nos traerá, los días 2 y 3 de noviembre, y de la mano del maestro sombrista Cengiz Özek, los aires de la Estambul otomana. Veremos así como la actual pujanza de la capital del Bósforo está dando un nuevo e inesperado empuje al viejo gitano de los ojos negros (eso significa Karagöz en turco, «ojos negros») que suele ir acompañado de su amigo Hacivat, tan educado, docto y bien hablado como pícaro y mal hablado es el otro.
Cengiz Özek y Karagöz.
Y para cerrar el mes de noviembre, el grupo Pa Sucat de Valls actuará los días 23 y 24 de noviembre con su espectáculo «Las Maravillas de Oriente», en el que unos titiriteros ambulantes de la época antigua aterrizarán en las ruinas del Born para gran asombro suyo y del público de hoy.
Imagen de Les Meravelles de Orient, de Pa Sucat.
Como se puede ver, no podía haber comenzado el Born, para los títeres, con mejor pie. Un programa en el que Bornet nos propone durante dos fines de semana de cada mes, una ciudad y la tradición que le es propia, y una compañía procedente de la fecunda creatividad local en el campo de los títeres y del teatro visual.
Títere e imagen: Marga Carbonell.