Se ha inaugurado en el CCCB de Barcelona una extraordinaria y exhaustiva exposición de estos maestros del cine de animación y de las visiones fantásticas, verdaderos magos-titiriteros y alquimistas de la realidad, que han sabido transmutarla y mostrar todo lo oculto que se esconde en ella. Como dice uno de los textos del programa: «El cine de animación es el arte demiúrgico por excelencia: la materia cobra vida, se transforma en las manos y en la imaginación de sus creadores. Si alguien sabe de la vida secreta de los objetos, son ellos».
Quién haya visto alguno de los filmes del polaco Ladislas Starewitch (1882-1965), instalado primero en Moscú y más tarde en París, sabe muy bien de lo que estamos hablando: insectos que actúan para la pantalla como si fueran personas con sus vestiditos, sus utensilios, sus armas, sus casitas y un mundo en el que interactúan con otros animales, con objetos que cobran inesperada vida o con personas, por lo general ajenas éstas e indiferentes a la frenética actividad del «mundo invisible de abajo». Invisible pero que palpita con vitalidad y expresividad insólitas.
Cuervo, de Ladislas Starewitch.
Vean aquí una de sus películas más conocidas y maravillosas, Duffy in The Mascot:
Sus referentes son el «cuento y la fábula tradicional, a los que añade, en ocasiones, temáticas y escenarios de su tiempo, como el propio cine, el gusto victoriano por las hadas o las primeras imágenes microscópicas» (citamos a la comisaria de la exposición, Carolina López Caballero, de su texto «Un refugio para el mundo mágico» publicado en el catálogo).
La mascota de Ladislas Starewitch.
En la exposición del CCCB, se muestran algunos de las figuras utilizadas en la técnica de filmación en Stop Motion. He aquí algunas imágenes de las mismas.
Insectos de Ladislas Starewitch.
Personaje vegetal de Ladislas Starewitch.
Personaje y zapato, de Ladislas Starewitch.
El checo Jan Švankmajer (1934) es el otro gran creador que centra la exposición y que se personifica con un impresionante despliegue de toda clase de objetos, filmes, escenarios y obras de arte (Švankmajer es un compulsivo coleccionista de objetos de «los que hablan por los codos» al pertenecer a los mundos limítrofes y ambiguos del arte, la ciencia y la Historia de la Humanidad), muchos de ellos de su autoría pero también de su esposa Eva Švankmajerosa, pintora y artista plástica surrealista que hizo su carrera siempre al lado de su esposo Jan.
Androgina, marioneta de Eva Švankmajerosa.
Escena de Alicia, de Jan Švankmajer.
Dice Carolina López Caballero: «Todo en su cine está vinculado a la magia de la transformación: cuerpos que crecen, casas que se destruyen, rostros que se devoran, muñecas que se multiplican, personas que se disfrazan y troncos animadops son solo una muestra de su universo vivo y maleable».
Películas como Alice, A Game with Stones o la serie de sus Dimensions of Dialogue, quizás el filme que más fama le ha dado, con sus figuras de barro que se mezclan, se aman o se devoran entre sí, o esos rostros compuestos de amalgamas de objetos, que tanto recuerdan las pinturas de Giuseppe Arcimboldo (uno de sus referentes preferidos, del que el arte de su mujer Eva tanto ha bebido), que se componen, descomponen y recomponen, constituyen sin duda geniales obras del arte surrealista de todos los tiempos. Vean aquí un enlace a Dimensions of Dialogue en Youtube:
La película Game with Stones es otra verdadera maravilla en la que las imágenes, el ritmo y la música nos hablan del tiempo y de la creación. Con un comienzo en el que el autor se recrea en ofrecernos una rica variedad de «texturas del tiempo», la obra se inicia con un reloj que marca las horas de la creación. De su grifo salen piedras que son y no son huevos, y a su vez tiempo condensado, con todo su dinamismo creador dentro, mostrando diferentes versiones de cómo «la música de las esferas» determina el ritmo de la composición de las formas y de la vida misma. Al final, el tiempo se acaba cuando el cubo en el que caen las piedras se rompe y todo se aplaca. Película cosmológica que se resuelve con una sinfonía de imágenes esenciales. Véanla aquí en Youtube.
Para los titiriteros, es importante la película Fausto, de la que la exposición nos muestra el teatrillo y las marionetas que salen en el filme. El Kasparec que invoca al diablo es magnífico, así como los dos diablos que se presentan. Vean algunas de las imágenes expuestas en el CCCB:
Marionetas utilizadas en el Fausto de Jan Švankmajer.
El Kasparec del Fausto de Jan Švankmajer.
Las marionetas de Fausto, de Jan Švankmajer.
He aquí un fragmento de tal singular película:
El tercer universo que nos muestra la exposición es el de los hermanos Stephen y Timothy Quay (1947), gemelos idénticos que nacieron en Filadelfia (EEUU) pero que acabaron asentados en Londres, atraídos por la cultura europea y especialmente por el surrealismo polaco. Grandes admiradores de Starewitch y amigos personales de Jan Švankmajer (son autores de un documental que le está dedicado, The Cabinet of Jan Švankmajer), los hermanos Quay, como nos cuenta Carolina López Caballero, comparten con el autor checo el gusto por los «objetos cotidianos más humildes capaces de lo más maravilloso. … Švankmajer y los hermanos Quay, como antes Breton, Brassai o Aragon, celebran la obsolescencia de estos objetos, detritos de una sociedad devota de lo nuevo, y que ellos recuperan, precisamente, por la carga emocional que emana de su pátina, por las huellas que el tiempo y el uso han dejado en su superficie. «Al animar, nos acercamos a un objeto, ya sea polvo o hasta una brisa invisible, con humildad. Gracias a las marionetas hacemos visible un mundo invisible. El estudio es como un laboratorio. Para nosotros la animación de los objetos supone un gran proceso de descubrimiento», comentan los hermanos Quay. Es un valor que va más allá de lo estético o lo táctil y que, reforzado por la banda sonora, hace de la textura un hechizo».
Dice más adelante López Caballero: «Los objetos no son aquí utillaje, son interruptores, accesos, médiums. Por eso han merecido su presencia en la exposición y por ello la exposición se llama Metamorfosis».
Una de las piezas del Gabinete de Curiosidades de Jan Švankmajer.
Y es que si en algo nos maravilla y sorprende esta exposición es por el despliegue que hace de objetos que nos remiten a los mundos de los creadores convocados. Especialmente importante es la muestra de objetos cedidos por el «Gabinete de Curiosidades» que desde hace años está desarrollando Jan Švankmajer. Vale la pena citar aquí las palabras del mismo artista cuando, en una de las respuestas de la entrevista realizada por Carolina López Caballero (que el visitante puede ver en video con subtítulos en inglés en un monitor de la exposición), dice lo siguiente sobre su interés por los objetos:
Pieza del Gabinete de Curiosidades de Jan Švankmajer.
«Para mí, los objetos siempre han sido más vivos que las personas. La memoria de los objetos es más larga que la memoria humana, dado que esta última está limitada por la mortalidad. Según la tipología de Erich Fromm, yo soy un típico necrófilo. Me gustan las cosas viejas; no porque sean viejas, sino porque fueron testigos de emociones, situaciones y actos de personas que se encontraban bajo tensión emocional. Tocándolos, las personas cargaron los objetos de la emoción. Yo me dedico a coleccionar esos objetos, les doy un papel protagonista en mis películas e intento evocar la emoción sensual a través del cine.»
Gabinete de Curiosidades de Jan Švankmajer.
También la siguiente respuesta es de interés para los interesados en el tema de la animación de objetos y marionetas. Dice Jan Švankmajer:
«La animación es magia y el animador es un chamán. Al parecer, nuestros antecesores, a través de la fuerza de su mente mágica, eran capaces de dotar de vida a la naturaleza inanimada. Nosotros necesitamos de la tecnología para hacerlo posible. El uso de la tecnología no ha de ser ostentoso, tal y como sucede -según creo yo- en el caso de la animación digital. Lo que no me gusta de la animación digital es, sobre todo, que carece de la faceta táctil. La realidad virtual representa una realidad impoluta y, por lo tanto, carece de la dimensión emocional y sensual. A mi modo de ver, la palabra animación viene derivada de la palabra animismo».
Cabeza de Dios Desconocido, de Eva Švankmajerosa.
Personaje de Alicia, de Jan Švankmajer.
Es curioso la importancia que los «museos raros» o «gabinetes de curiosidades» o «museos fantasma», como los llama Jordi Costa (en su texto «Tres conceptos para una hermandad ensimismada» publicado en el catálogo de la exposición), han tenido para estos creadores, especialmente para los Hermanos Quay y, obviamente, para Jan Švankmajer, como antes se ha indicado.
Ojo de los Hermanos Quay.
Precisamente el origen de la vocación cineasta de los Quay debe buscarser en el Museo Mütter de la Filadelfia natal de los dos hermanos, un museo asociado al Colegio de Médicos de la ciudad y que se recrea en la catalogación de lo orgánico en sus derivas más monstruosas y caóticas. Otros museos afines a esta especial sensibilidad sería el Museo de Tecnología Jurásica de los Ángeles, un referente también para los Quay, la colección de arte recogida por el psiquiatra e historiador Hans Prinzhorn en el Hospital Psiquiántrico Universitario de Heidelberg, el impresionante Museo César Lombroso de Turín (ver artículo en mi blog de Rutas de Polichinela sobre el mismo) o el museo de curiosidades médicas y humanas creado por Sir Henry Wellcome, que dio pie a la película The Phantom Museum: Random Forays into the Vaults of Sir Henry Wellcome’s Medical Collection (2003). (Pueden informarse sobre este insólito museo clicando aquí)
Vean aquí una entrevista a los Hermanos Quay
Interviw Brothers Quay:
Para entrar y conocer el mundo de los hermanos Quay, nada mejor que ver su film Street of Crocodiles (1986), inspirado en los relatos de Bruno Schulz:
La exposición Metamorfosis estará en Barcelona hasta el 7 de septiembre, y podrá verse también en Madrid del 2 de octubre de 2014 hasta el 11 de enero de 2015 en La Casa Encendida, coproductora junto al CCCB de la misma.
Figura de los Hermanos Quay.
Vean en Titeresante otro artículo sobre cine de animación en Stop Motion aquí.
Muchas gracias Toni por la informacion.