Los movimientos entre el público de dos marionetas gigantes de más de ocho metros de altura al son de la música y de los fuegos artificiales sirvieron a La Fura dels Baus para deslumbrar en Guimarães, Portugal. Así fue la inauguración de los actos de Capital Europea de la Cultura de esta localidad, celebrada el pasado 22 de enero.
El montaje, ideado por el grupo catalán, escenificaba «el reencuentro entre el pasado y el futuro», según explicó a el director artístico de La Fura, Jürgen Müller. Y en este mensaje, entraban perfectamente los títeres: sostenidas por dos enormes grúas, dos figuras, un hombre y un caballo. De hecho, el uso de títeres de grandes dimensiones es, para La Fura, uno de los signos de su personalísimo lenguaje teatral.
La ciudad de Guimarães, de 160.000 habitantes, vibró ante el espectáculo, al que respondió con una gran implicación popular, llenando completamente la plaza hasta el punto que fueron muchos los que apenas pudieron vislumbrar lo que allí ocurría debido a la multitud.
Así se personificó la metáfora que buscaba el espectáculo: no olvidar las raíces, el sentido del rito colectivo y sus manifestaciones, para abrirse a nuevos mundos y nuevos modos de interpretar la realidad.
EFE