Veinticuatro horas después de la inauguración de la Fira de Teatre de Titelles de Lleida ya podemos asegurar que el jurado de los premios que se otorgarán mañana por la noche, en la clausura de la 23 ª edición, no lo tendrá fácil. De los diez espectáculos a los que hemos asistido, todos tienen un nivel de calidad que sitúa la Fira de Lleida, sin duda, en una posición privilegiada. Desde ayer por la tarde, nos hemos reído con los desatinos del espermatozoide Jonás y de El Espejo Negro, en busca de la ternura, y no hemos dejado de reírnos con el Polichinelle tradicional y punk al mismo tiempo de La Pendue, introducido por sorpresa por el hombre orquesta Martin Kaspar, divertidísimo interpretando jazz, samba y salsa. Nos hemos dejado llevar a universos tan personales como el de Marcel Escolano (Los Galindos), dentro de su yurta, o el de Xavier Bobés, onírico y doméstico a la vez. Hemos admirado la producción Copacabana, de Ponten Pie; hemos sufrido con los actores de Teatro Silfo por los problemas técnicos que entorpecían su representación, pero hemos podido disfrutar de una obra conmovedora, muy bien puesta en escena y muy bien representada. Nos hemos quedado hipnotizados con la ligereza de los elementos de L’après-midi d’un foehn Version 1, de la Compagnie Non Nova, y hemos visto como familias enteras disfrutaban con los juegos y títeres de Galiot Teatre, puestos a disposición del público para manipular y dejar descubrir los secretos de marionetas, títeres de guante y teatrillos.
El marchante de rocío de
Pero la actividad va más allá de los espectáculos. En esta edición, el Centre de Titelles ha abierto varias exposiciones que devuelven a la ciudad el resultado de su trabajo. Con elogios por parte de la Diputación de Lleida en la inauguración de la muestra sobre el proceso creativo de Hansel y Gretel, en el Institut d’Estudis Ilerdenscs, y con la implicación declarada del alcalde, Àngel Ros, antes del espectáculo inaugural (Jonás el espermatozoide, de El Espejo Negro), los responsables del Centre de Titelles, Joan Andreu Vallvé y Julieta Agustí, pueden ser muy conscientes del valor que tiene su tarea más allá del ámbito más o menos local. Una tarea de largo recorrido que este año se plantea hacer un cierto balance. «El año pasado cumplimos veinticinco del Centre», afirmaba Joan Andreu Vallvé en la exposición de Hansel y Gretel, «y este año han vuelto a Lleida estos muñecos que hasta ahora habían estado por todo el mundo de exposición en exposición «. Y añadía: «Es como si ahora cerráramos este año de celebración.»
Un poco más tarde, Julieta Agustí, en el discurso de apertura, se refería a la necesidad, en los tiempos actuales, malos económicamente pero artísticamente muy dinámicos, de «prestar atención especial a las compañías catalanas» (que son la mayoría del programa) para «aprovechar el potencial de divulgación internacional que tiene la feria». Por eso es muy destacable la presencia de profesionales venidos de muchos países distintos. Dentro del conjunto de encuentros profesionales que hay programados, hoy al mediodía se han presentado públicamente los directores de festivales internacionales que han sido invitados a la Fira. Con una breve exposición de cada uno de ellos, se ha formalizado la plataforma para que compañías y programadores, de Cataluña y de todas partes, se conozcan y puedan llegar a acuerdos. Para más tarde, hay previstas sesiones de speed dating entre artistas y directores artísticos de festivales. En espera de poder ofrecer un balance definitivo de estos tres días, lo que hemos detectado es un ambiente cordial que facilita estos contactos y que las compañías lo están aprovechando.
Compagnie Non Nova.
Fustot da la bienvenida al rincón de juegos titiriteros de Galiot Teatre.
