Importante exposición se inaugurará este sábado 23 de marzo de 2013 en el TOPIC de Tolosa sobre la veterana compañía Txotxonguillo Taldea. Importante porque pocos grupos, de cualquier disciplina, pueden presumir de haber hecho una andadura que supera los 40 años de trabajo en común. Andadura sin baches, continuada, a lo largo de la cual han estrenado una gran variedad de espectáculos, de los cuales la mayoría siguen en cartel. Han escrito y publicado cuentos, libros didácticos sobre los títeres y el teatro, y han realizado un sinfín de funciones, principalmente en el País Vasco, pero también en numerosos festivales de toda España, viajando por Europa y llegando en muchas ocasiones con sus títeres a Latino América. Han colaborado activamente con diversas organizaciones culturales.

Txotxonguillo Taldea

En el año 1971 surgió Txotxongillo en el País Vasco de forma casual, en un panorama cultural en donde el euskera, la lengua vasca, se encontraba en un estado precario. Desde el principio recibió tal impulso de toda la comunidad educativa y tan buena acogida por parte de padres, madres y público infantil, a quienes iban  dirigidas sus obras, que la rueda no ha parado de girar. Desde el inicio estuvieron al lado del Festival Internacional de Títeres de Tolosa, Titirijai, habiendo actuado en 11 de sus ediciones. Han apoyado al TOPIC también desde su concepción hace muchos años y hoy siguen a su lado. En el TOPIC están algunas de sus creaciones más queridas y conocidas como Erreka Mari y Martín, Printze Txikia y, por supuesto, Mariona, la mascota de TOPIC.

Desde Titeresante queremos sumarnos a este merecido homenaje y publicamos unos de los textos que se han utilizado para presentar la exposición. Un texto en el que  Enkarni Genua y Manolo Gómez nos cuentan sus secretos…

NUESTRO SECRETO

Como es una rareza el que una pareja se dedique durante tanto tiempo sin interrupción a una actividad artística que no da ni excesiva fama ni mediano dinero son muchas las personas que nos preguntan directamente el porqué de esa continuidad. ¿Qué hace que Manolo y yo le hayamos dedicado mucho tiempo de nuestra vida a andar por tantos caminos con nuestros títeres?

Txotxonguillo Taldea

La pregunta tiene una contestación sencilla: nos gusta. Nos gusta lo que hacemos, nos parece interesante y además lo hacemos juntos. Porque dedicar tantas y tantas horas a crear nuestras obras a preparar historias, títeres y decorados, a que nuestros días de “fiesta” sean sobre todo de “fiesta para otros” no hubiera sido posible si lo hubiéramos hecho por separado y sin demasiada ilusión. Hemos sido felices haciendo lo que hacíamos y por eso no nos importaba llenar nuestro coche de títeres y, cuando eran pequeños con nuestros hijos, y casi cada día festivo andar de aquí para allá, por esos caminos de Dios. Y no sólo eso, sino que las muchas horas de taller para preparar las nuevas horas salían de nuestros tiempos libres.

Además de eso, hay otra razón de peso. Durante mucho tiempo, cuando nosotros empezamos con esta actividad, como hemos recalcado anteriormente, el panorama cultural del País Vasco, especialmente en euskera y más concretamente para los niños, era prácticamente un desierto. Y nos sentimos gozosamente obligados a llenar uno de tantos huecos como existían.

Txotxonguillo Taldea

Hoy en día, afortunadamente, la situación es muy diferente. Hay muchos más grupos que trabajan para niños y casi todos ellos, la mayoría por vocación y el resto por obligación, utiliza el euskera como lenguaje comunicativo. Pero nosotros… seguimos. Es que nos gusta, ya os lo había dicho

Pero claro está. Para que nosotros vayamos de pueblo en pueblo es necesario que alguien nos llame. Y ¿por qué lo hacen?

Tal vez lo que caracteriza nuestro trabajo, lo que hace que nuestros espectáculos sean atrayentes, y las escuelas, los ayuntamientos y las casas de cultura nos sigan llamando es que las historias que contamos gustan a niños, padres y maestros. Y les gustan porque nos esforzamos en contar algo interesante, divertido y que se entienda.

Me voy a explicar.

Nunca estrenamos una obra porque sí, para completar nuestro curriculum. Normalmente lo hacemos cuando una idea se cruza en nuestro camino y necesitamos expresarla. Siempre buscamos que la historia que relatamos deje en los niños un cierto poso, unas cuantas preguntas. A veces nuestra intención queda muy clara desde el principio. Por ejemplo, en la obra Eman eta gero decimos muy directamente que la tierra NO es la casa de todos. Que no todos vivimos igual en ella. Que mientras nuestro cuarto de juegos rebosa de cachivaches hay muchos niños en el mundo que lo pasan mal.

Pero otras veces dejamos caer algunas preguntas que pueden ser rumiadas por los niños: ¿Todos los gatos son malos? ¿Pasamos muchos días sin decir gracias? ¿Por qué es bueno tener amigos? ¿Y la abuela de Caperucita por qué vive en el bosque? Y muchas otras más.

El otro punto al que aludía anteriormente era que los niños en el teatro, a la vez que reciben ideas, se tienen que divertir. No hay nada más estimulante que la risa de los niños. A veces, cuando escribes un guión, no caes en la cuenta que tal personaje o tal frase les va a hacer reír. Y de pronto, sin esperarlo, surge la risa. Ese momento hay que aprovecharlo y potenciarlo.

En tercer lugar, para mantener la atención del niño en el relato, es preciso que lo que decimos se entienda. Una función de 55 minutos aproximadamente no cautiva al niño si lo que se dice, lo que sucede, no le mantiene en escucha continua. Los decorados sugerentes y variados, los títeres hermosos, los efectos especiales, se pueden convertir en un castillo de fuegos artificiales si el niño se pierde por el camino. Si no hay un argumento, lo suficientemente claro para que lo mantenga alerta.

Por eso, yendo de nuevo al principio, queremos compartir con vosotros “nuestro secreto”. El que ha hecho que algunas de nuestras obras de títeres las vayamos representando desde hace más de 35 años y la mayoría permanecen en nuestro repertorio. Quiero recalcar que este es “nuestro” secreto, el que a nosotros nos ha ido bien, pero que puede ser discutido y contestado, faltaría más. Estos son algunos puntos que tenemos en cuenta a la hora de crear. ¡Vamos a ello!

–          La historia que contemos nos tiene que gustar. Tenemos que estar convencidos de que merece la pena contarla. Si no tenemos fe, si nos parece ñoña, si no nos divierte, si no conmueve nuestro corazón, es mejor que busquemos otra. Nuestra apatía la transmitiremos a los niños.

–          Aun cuando no se puede generalizar, un cuento suele constar de tres partes: presentación, nudo y desenlace. Pues bien, ese “nudo”, es decir “el conflicto”, tiene que estar suficientemente bien descrito para que los niños queden interesados. Para ello no basta con que se haga referencia a ese núcleo una sola vez. Les hemos podido coger en ese momento a los niños despistados y se nos pueden perder en el camino. Tal vez nos resulte difícil recuperarlos. Por eso es interesante, que de una forma u otra vayamos profundizando en la idea eje.

–          Este argumento general puede estar enriquecido con argumentos secundarios pero que no deben desviarnos ni confundirnos de lo que realmente estamos contando.

–          Nuestro grupo viene de un tiempo en donde el protagonista era siempre un niño. Las niñas se limitaban a ser “salvadas”, ejercían generalmente un papel pasivo o de compañía en las historias. Con esta idea rompimos desde el principio, y niños y niñas, en el escenario comparten ideas, peligros y éxitos. Como debe de ser también en la vida real.

–          Los títeres, en general, no están hechos para largos parlamentos. Tienen que decir lo que sea estrictamente necesario. No hay que olvidar que el teatro es acción y es a través de la misma como contamos la historia.

–          Si los títeres que fabricamos son bonitos, tanto mejor, pero por encima de ello tienen que tener vida, gracia, alma. Sucede como con las personas.

–          La presencia de la música en el guión, en ocasiones a través de alguna canción que los niños conozcan, ayudará a la participación. Esta participación no tiene por qué ser activa, provocando que los niños contesten preguntas que se les hace desde el escenario. En algunas ocasiones podrá ser así, pero la participación de los niños hay que entenderla como esa actitud que les hace seguir la representación sin pestañear, viviendo con emoción el desarrollo de la misma, sintiéndose cómplices de los personajes.

–          Otro elemento que produce placer a los niños es la repetición dentro de la acción del cuento. Son acciones que se encadenan entre si a través de lo que les sucede o lo que dicen los personajes. Esa repetición causa satisfacción a los niños porque a la segunda vez ya prevén lo que va a suceder y esto les resulta familiar y conocido.

–          Una  buena  puesta en escena, iluminación etc. enriquece la historia. Y por supuesto los “efectos especiales” que con los medios modernos audiovisuales están cada vez más al alcance de nuestras manos, los tenemos que tener en cuenta.

Txotxonguillo Taldea

–          En cuanto al desenlace, mi teoría es que aun cuando no sea necesario que termine de forma totalmente favorable para los protagonistas, el final tiene que ser esperanzador. El teatro es para los niños una escuela en donde se aprende a vivir y, aun cuando en la vida real la bondad, el bien hacer, no siempre reciben su recompensa, no podemos transmitir esa idea a los niños. A través del teatro tienen que recibir la certeza de que vale la pena ser persona decente. Si esa idea queda en su memoria, cuando en la edad adulta la realidad en ocasiones lo desmienta, siempre quedará en su interior la sensación de que no es justo, y de que si así no sucede hay que trabajar para que así sea, tal y como les pasaba a los personajes en los que creyó.

–          Una vez que la historia ha iniciado su recorrido es necesario seguir reflexionando en la misma, porque así poco a poco irá creciendo. Para ello viene muy bien preguntar.

En primer lugar a los niños. Siempre que hacemos funciones en escuelas,  pedimos a los niños que nos envíen dibujos o comentarios de lo que han visto. Tenemos cientos de dibujos que son una estupenda fuente de información. A través de ellos sabemos qué personaje es el que más les ha llamado la atención, que no siempre es el protagonista, qué escenas se les han quedado grabadas, cuáles no aparecen nunca en sus comentarios, o porque son confusas o porque no les ha interesado. Todo esto nos ayuda a reflexionar y a ir introduciendo pequeñas modificaciones.

–          También es buena costumbre contar con la opinión de los colegas, que son los más críticos pero también más entendidos en la materia. Es lo que llamamos que nos echen “otra mirada”. Porque a veces le hemos dedicado tanto tiempo al estreno de una obra, la tenemos tan cerca, que viene bien unos ojos expertos y amigos que nos descubran lo que por tenerlo tan encima casi ni lo vemos. Sise y Alberto, de Los Duendes, han sido en ocasiones nuestros otros ojos. No se trata de preguntar su opinión al terminar una función porque seguramente serán comentarios superficiales los que nos hagan. Pero un cafecito al cabo de unos días, con intercambio de opiniones siempre es favorable.

Son nuestros trucos… nuestro secreto. A algunos de vosotros puede que os parezcan tal vez simples, pero son en los que nos hemos apoyado y a nosotros nos han ido bien. Por eso os lo contamos.

Enkarni Genua y Manolo Gómez