Terminaron este domingo las funciones realizadas por Etcétera en el Teatro Real de Madrid de «La Serva Padrona», ópera de Giovanni Battista Pergolesi a partir de un libreto de Genaro Antonio Federico. La puesta en escena de la companñía granadina de Etcétera -que acaba de cumplir sus 30 años de existencia con la magnífica exposición en el Parque de las Ciencias de Granada– está dirigida por Enrique Lanz, quien firma igualmente la construcción de los títeres y de la escenografía. Reproducimos a continuación el texto firmado por el dramaturgo y crítico teatral Abel González Melo sobre las funciones presentadas en el Real de Madrid:
«Entre los espectáculos más bellos de la temporada 12-13 en la cartelera madrileña se encuentra La serva padrona, con música de Giovanni Battista Pergolesi y libreto de Gennaro Antonio Federico. La producción trae nuevamente al Teatro Real a la extraordinaria Compañía Etcétera, que en esta ocasión se ha estado presentando en la Sala Gayarre entre el 6 y el 14 de abril.
Tras el éxito que significó el año pasado Pedro y el lobo de Etcétera en el escenario principal del Real, ahora La serva padrona devuelve la exquisitez estética de Enrique Lanz, quien dirige la función, concibe la dramaturgia y diseña muñecos y escenografía. Los títeres, en apariencia de varilla, son en realidad una compleja combinación de mecanismos donde conviven el aspecto rústico y polvoriento, de textura gastada y en tonos ocres o terrosos, con una minuciosa manera de desplazarse, relacionarse delicadamente con los violinistas y con el barítono y la soprano que dan voz al señor Uberto (Pablo López/Manel Esteve) y a su criada Serpina (Eugenia Enguita).
Tanto estos dos títeres, como el mudo criado Vespone (y algunos otros elementos de gran efectividad «titiritesca», como el espejo o la silla) son manipulados con pericia y gracia (y sin darse un segundo de reposo a lo largo de los 45 minutos de la función) por el propio Lanz, Yanisbel Martínez, Óscar Ruiz y Carlos Montes, en tanto Migue Rubio hace las veces de falso violinista.
La dirección musical de José Antonio Montaño y la interpretación de jóvenes solistas de la Orquesta Escuela de la Sinfónica de Madrid, permiten que fluya la concepción espectacular de Lanz, quien ha hecho de esta ópera bufa una auténtica joya escénica signada por la riqueza del juego teatral, la imaginación en cada recurso y la ilusión que despierta en niños y adultos.»
Abel González Melo