Del 20 al 29 de septiembre, tiene lugar en Charleville-Mézières el Festival Mondial des Arts de la Marionnettes, el Festival de títeres más importante y exhaustivo de Europa, y seguramente del mundo entero. Yasnisbel Victoria Martínez, fiel colaboradora de Titeresante y ex-alumna del Institut International de la Marionnette, buena conocedora pues del lugar, y encuadrada hoy en la dirección de la compañìa Etcétera, junto con Enrique Lanz, ejercerá durante estos días de espectáculos, sorpresas y maravillas, funciones de corresponsal, enviando crónicas frescas de todo lo que allí acontece, que publicaremos al día. He aquí la primera.
Ha comenzado la decimoséptima edición del Festival Mundial de Teatros de Títeres, de Charleville-Mézières, Francia, sin duda el más grande evento de nuestro gremio a nivel internacional.
Place Ducale. Charleville Mézières. Foto Yanisbel V.Martínez.
Charleville-Mézières es una pequeña ciudad en el norte de Francia, en la región de las boscosas y húmedas Ardenas, al borde de la Meuse; con encanto, llena de historia y con una célebre plaza central, la Ducale. A pesar de esto entre los franceses no es un lugar muy conocido, y a los que «les suena» su nombre suele ser por dos razones: es la ciudad natal del poeta Arthur Rimbaud, y es de los sitios más fríos del país, de esos que mencionan con frecuencia en el parte meteorológico por sus récords de bajas temperaturas. Es tal vez una ciudad demasiado tranquila y lluviosa, azotada por la «grisaille» y la falta de sol. La vida se hace de puertas hacia adentro y a partir de las siete de la tarde no encuentras a mucha gente por la calle.
La Place Ducale en invierno.
Los días del Festival Mundial de Títeres son otra realidad: curiosamente suele haber sol y buen tiempo, el centro urbano deviene un hervidero de personas y espectáculos, se escuchan idiomas variopintos, y sobre todo se respira la fiesta, el júbilo colectivo por vivir el evento excepcional que -ahora cada dos años- tiene lugar.
Los titiriteros de medio mundo sí están familiarizados con el nombre y ubicación de esta ciudad, pues está considera la capital mundial del títere. Varias son las razones que le hacen merecedora de tal distinción y una esencial es su festival. Fundado en 1961 por Jacques Félix y la Asociación de los Petits Comédiens des Chiffons, este evento tuvo desde sus orígenes una clara vocación internacional, y supo crecer en cantidad y calidad hasta convertirse en la cita titiritera en la que todos quieren estar.
No solo estar presente en la programación, sino simplemente aquí, viviendo la experiencia, embullidos en el ojo del ciclón titiritero. Marionetistas y otros profesionales del teatro de muchos países se desplazan para ver espectáculos, encontrarse, actualizarse con las exposiciones, creaciones y publicaciones más recientes. En la amplia oferta del festival – este año en el IN son 95 compañías de 25 países- suele (¿o solía?) haber espacio para las formas tradicionales y las experiencias más innovadoras, y entre un extremo y otro se sitúa una gran cantidad de espectáculos de sala, calle, programación OFF y «espontánea».
Evidentemente hay muchas formas de vivir y contar la experiencia de este festival. Yo preferiría hacerlo como quien se lo cuenta a un amigo, en intimidad, confianza, poniendo el acento sobre lo que veo y me gusta, o sobre lo que considero de interés.
Polichucale
En la Plaza Ducale todas las tardes del festival está teniendo lugar una experiencia muy satisfactoria: Polichucale. Bajo una carpa montada para la ocasión, se agrupan varios teatritos habitados por Pulcinella, Guiñol, Don Cristóbal, Dom Roberto, y pronto llegarán otros parientes. Como anfitrión de todos ellos se encuentra el Polichinelle francés.
José Gil, Alban Thierry y Bruno Leone, en Charleville-Mézières. Foto Yanisbel V.Martínez.
Se trata de una iniciativa dirigida por Alban Thierry, que reúne a titiriteros de diferentes tradiciones de guante: Bruno Leone (Italia), José Gil (Portugal), Paz Tatay (España), Eder de Paiva (Brasil), Rod Burnet (UK), entre otros. Cada uno representa escenas de sus espectáculos, y entre una y otra, Alban, cual maestro de ceremonia, canta, presenta, interactúa. Y al final realizan escenas «de culto», donde todos nuestros héroes desde sus teatritos, simultáneamente se baten a cachiporrazos con la muerte o el demonio, y como es evidente salen siempre vencededores el teatro y la vida.
Re-batailles
Es un espectáculo de la compañía francesa La compagnie s’apelle reviens, dirigida por Alice Laloy.
Es difícil contar de qué trata porque es pura poesía, y ésta no se traduce racionalmente. Prefiero entonces hablar de sensaciones: por ejemplo, esa de entrar en un universo raro pero atractivo, y dejarte llevar por las acciones e imágenes que van surgiendo, por un humor delicado y una tensión física presente en los tres actores, que hacen que no pestañees y les acompañes en su mundo hasta el final.
El tema sobre el que han trabajo es la caída: la caída como etapa entre dos extremos, el hecho de caer y levantarse, de la desilusión y la esperanza. La fisicalidad de los actores es contrastada con maniquíes a escala humana, y entre todos conforman un lenguaje poético que emociona y encanta sin uno saber muy bien por qué. En ello juega un gran papel la música, interpetada en directo en una esquina del escenario, por un músico que viaja de un instrumento a otro, creando ambientes y acentos muy acertados.
Imagen de la compañía s’apelle reviens, dirigida por Alice Laloy. Foto de la compañía.
Alice Laloy, la directora y dramaturga, creó en 2012 Batallas, y no contenta con el resultado, decididió retrabajar, recrear, y por eso Rebatallas. Esta artista acaba de recibir en estos días de festival, el premio a la creación que otorga cada dos años el Instituto Internacional de la Marioneta, a artistas con una obra innovadora. (www.sappellereviens.com)
Este premio en la categoría Transmisión (de la profesión titiritera) lo ganó este año Fabrizio Montecchi, director artístico de Teatro Gioco Vita, uno de los grandes maestros del teatro de sombras contemporáneo.
Aún quedan varios días de festival. Seguiremos corriendo de un espectáculo a otro, de una exposición a la presentación de un nuevo proyecto, y de ahí a una conferencia o proyección de un filme, con la confianza en que citas como estas el arte del títere se pone en relieve, dialoga con la sociedad, y nos enriquecemos todos.
¡Gracias por tan amable notas del gran festival de Francia, con suma curiosidad y expectativa recorro las letras del informe para nutrir y ampliar mi conocimiento de tan bella profesión.Amo los títeres!!