Se celebró en Palma del Río del 10 al 14 de diciembre el Primer Festival Internacional de Títeres y Objetos titiri-PALMA, una iniciativa impulsada por la compañía A La Sombrita y muy bien  recibida por el Ayuntamiento de la ciudad, sensible por tradición a la llamada del teatro -sabido es que en Palma del Río se celebra desde 1984 la importante Feria de Teatro de toda Andalucía, y que la ciudad ha sido cuna además de muchos toreros (Manuel Benítez «El Cordobés», Julio García Fuillerat, «Palmeño», Manuel García, «Palmeño II», las toreras «Hermanas Palmeño»,  Pedrín Benjumea, Javier Benjumea, hijo de Pedrín Benjumea y «El Barquillero»). Curioso que no tenga a día de hoy una plaza de toros, aunque sí dispone de un magnífico teatro y varias salas de pequeño formato.

Festival de Palma del Río

A destacar el nuevo centro creado por A La Sombrita en la localidad de El Villar, a unos 20 km de Palma, del que hablaremos en un próximo artículo.

El Festival se realizó en el Teatro Coliseo, recientemente restaurado, y en la Caseta Municipal, adosado al mismo. Hubo espectáculos programados en la calle, pero el frío y la lluvia obligaron a trasladarlos a la Caseta.

Este cronista pudo asistir a varios de los espectáculo pero no a todos. Por ejemplo, me perdí la inauguración a cargo de «El Gran Elefante», de la compañía Globus Clown, que saca en pasacalle a un elefante de tamaño real hecho de globos. Tampoco vi el espectáculo «El Patito Feo» de A La Sombrita, la última producción de esta afamada compañía de teatro de sombras de Écija hoy ubicada en El Villar, ni la obra «Bajo mi cama una estrella», de La Tirita, de Albacete, un trabajo exquisito de este veterano titiritero de la capital manchega que es Paco Úbeda. Pero sí tuve la suerte de ver los demás espectáculos programados, que a continuación se detallan.

‘La Caperucita Roja’, de Tropos Teatro.

Fue una suerte y una gozada asistir a la actuación que Guillermo Gil Villanueva, fundador y alma de la madrileña Tropos Teatro, hizo de su espectáculo ‘La Caperucita Roja’. Un trabajo de titiritero solista muy bien urdido y trabado por quién demostró ser un magnífico clown y actor, con una agradable presencia y derrochando una enorme empatía hacia los niños. Gil se metió al respetable en el bolsillo a los pocos minutos de empezar la obra, con un dominio del ritmo y de la palabra, pasando sin problemas y con extraordinaria versatilidad del registro actoral al titiritero, algo que requiere estudio, oficio y experiencia.

Tropos Teatro

La obra presenta el clásico cuento de la Caperucita Roja con desenfado y tratando con humor y sabiduría el tema de la desobediencia. Gracias a ciertos grados de ella, las cosas suelen salir mejor de lo que pensamos.

Tropos Teatro

Tropos Teatro se ha esforzado en realizar una rica escenografía para títeres y actor, y utiliza con mucho acierto la música y las canciones. Energía, ritmo y un tono de simpático desparpajo son sus características principales.

Tropos Teatro

A destacar el encomiable trabajo que realiza Guillermo Gil de promoción de los títeres a través de su portal Planeta Títere para la venta On Line de libros, revistas y otros elementos relacionados con el mundo de los títeres,  así como su blog Tropo Cuentos.

‘Ala Sucia’, de David Zuazola

Era ésta mi cuarta visión del espectáculo que desde la primera vez me sorprendió por la originalidad de su planteamiento, estética y puesta en escena. Vean aquí algunos de los artículos que le ha dedicado Titeresante. David Zuazola

Instalado en el Teatro Coliseo, con el público puesto en el mismo escenario, el titiritero chileno que alterna su residencia entre Madrid e Italia conectó con un público de noche atento y entregado al despliegue de ese mundo ingenuo y tenebroso en el que todo parece estar en el límite, a un paso del Fin del Mundo. ¿O quizás ya sobrepasado este límite?

David Zuazola

Los espectadores se dejaron arrastrar hacia esa zona de tensión existencial y apocalíptica en la que el titiritero gusta conducir a su público, seducido por unas imágenes y unas palabras de tono épico y visionario, perfectamente acunadas por una banda sonora de deslumbrante eficacia.

David Zuazola ha estrenado hace poco ‘Cupido es una broma’ en colaboración con la compañía Scarlattine Teatro de Campsirago, del norte de Italia, con música del compositor polaco Marek Zurawski. En ella Zuazola firma los títeres así como la dramaturgia de la obra.

‘Treck, el Bufón’ de De-Dos Teatro

Constituida por el también chileno César Deneken, De-Dos Teatro es una joven compañía andaluza ubicada desde hace años en Jerez de La Frontera. En Palma del Río pudimos ver uno de sus espectáculos para niños, el titulado ‘Treck, el Bufón’, un trabajo de titiritero solista -el mismo César Deneken- con una escenografía que ocupaba todo el escenario de La Caseta y una manipulación a la vista, en la que el actor-titiritero se desplazaba con sus muñecos de un espacio al otro.

De Dos Teatro

Se le nota a César Deneken experiencia en las tablas, provisto de una agradable dicción y una correcta y trabajada presencia escénica. También los títeres estaban muy bien resueltos plásticamente. Todo ello permitió al actor-titiritero contar la historia con el público siempre atento a la acción de los personajes. El respetable premió la labor de la compañía con una sentida salva de aplausos.

De Dos Teatro

‘As Minhas Mãos’, de Trulé, de Manuel Costa Dias.

Una sorpresa y un gran placer fue ver el trabajo del maestro portugués Manuel Costa Dias con su espectáculo de variedades de marionetas, titulado Mis Manos. Conocía su Dom Roberto, que pude ver en la última Maratona de Robertos de Lisboa realizada el pasado mes de julio (ver aquí), pero desconocía su verdadera especialidad, centrada en la manipulación solista de marionetas de todo tipo.

Trulé

Y es que el trabajo de Costa Dias se inicia en 1975 con un proyecto de Investigación de Formas Animadas, consistente en una labor de búsqueda y experimentación que perseguía divulgar el arte de las marionetas a través de la enseñanza en sus distintas posibles formas de animación. A partir de 1986, y ya instalado en Évora, se plantea el proyecto Trulé, una compañía plenamente profesional, dedicado a la producción y exhibición de espectáculos.

Trulé

Su especialidad es realmente experimentar las distintas formas de animar una marioneta. Y en eso consistió el espectáculo presentado en Palma del Río: una variedad de números cada uno con un tipo de marioneta de distinta técnica de manipulación. Un deslumbrante despliegue de virtuosismo titiritero que, en la intimidad del escenario del Teatro Coliseo convertido en una acogedora sala estudio, entusiasmó a los espectadores que llenaron los aproximadamente sesenta asientos, a pesar de la lluvia y la inclemencia del tiempo.

Trulé

Impresionantes las dos marionetas de hilo, en especial la del director de orquesta, con un mando de tres niveles que denota un profundo estudio de la técnica del hilo. Pero también el niño que mueve boca, ojos y todos los dedos de la mano constituye un alarde de estudio del movimiento y de la manipulación. Y no sólo en los mecanismos técnicos brilla Trulé, sino también en las formas más simples, como el entrañable gato, o la muñeca que se monta y desmonta a la vista del público.

Trulé

La actitud de distancia digna y de respeto hacia la marioneta hace que la actuación de Manuel Costa Dias toque las fibras más íntimas de los espectadores, que premiaron la exhibición del marionetista portugués con cálidos y sentidos aplausos. Un maestro que realza con regia humildad la dignidad del oficio titiritero.

Trulé

‘Peneque el Valiente’, un fenómeno titiritero.

Por fin pude ver una actuación de Peneque el Valiente: un personaje, un títere, una compañía, una historia familiar y un verdadero fenómeno del titeritismo español. Lo conocía de oídas y sabía de las múltiples estatuas que varios municipios del sur de España han dedicado al personaje, pero desconocía la letra pequeña del asunto y a sus protagonistas actuales, los hermanos Miguel y Antonio Pino.

Peneque
Miguel y Antonio Pino, con Peneque.

Debo decir, tras haberlos conocido y haber visto la representación que hicieron en La Caseta de Palma del Río, que nos hallamos ante un verdadero fenómeno que nos habla del pasado, del presente y del futuro.

Peneque
Miguel Pino de presentador, con una espectadora.

De entrada, la enorme simpatía de Miguel y Antonio Pino me hizo comprender el carisma que debió tener su padre, el creador de la compañía y del personaje. Fue en 1959 cuando el señor Miguel Pino, tras una primera experiencia en la radio local de su pueblo, Villanueva de la Serena, decidió sacar a sus personajes de paseo por los pueblos, armado de una simple maleta, la compañía de su esposa y sin un duro en el bolsillo. Años duros de la posguerra que el titiritero Pino cruzó con la decidida ilusión de ganarse la vida y de sacar adelante a su familia únicamente con los títeres. Peneque y su padre titiritero crecieron juntos y con los años se convirtieron en la primera compañía capaz de juntar un personaje con una marca comercial, patrocinadora de las funciones: durante años, El Caserío, y más tarde, la casa de helados Frigo. La fidelidad que estas marcas guardaron hacia Peneque y el señor Miguel Pino es realmente excepcional, y demuestra el talante tenaz, empático y emprendedor del titiritero.

Peneque

Un pasado que nos habla del presente y del futuro, muy pendiente éste, al parecer, del patrocinio de las marcas, como en Estados Unidos ya sucede. En este sentido, cabe decir que la familia Pino se anticipó a los tiempos en pleno Franquismo.

Peneque

Hoy, los hermanos Pino defienden a capa y espada el legado de su padre, al que adoran y reivindican. La figura de Peneque es para ellos muy importante, y para demostrarlo, han conseguido que sean ya unos veinte los ayuntamientos que han puesto la estatua del personaje en sus plazas principales. Hay Peneques de bronce en Villanueva de la Serena, en Trujillo, en el Parque del Cine de Málaga, en Quesada (Jaén), en Herrera (Sevilla), en Roquetas de Mar (Almería), en Astorga (León)…

El espectáculo de Peneque el Valiente busca el contacto directo con los niños, con una muy digna escenificación titiritera en la que se recurre a la figura del presentador que interactúa con los títeres y los espectadores, algo muy frecuente en las tradiciones titiriteras del Este, como ocurre con los personajes de Petrushka en Rusia y Vasilache en Rumanía, en las que un animador llamado Sprech intermedia entre el héroe y el público. En la obra que vi en Palma, Miquel Pino cumplía las funciones de presentador, con una relación muy bien urdida de equívocos con los títeres (el Profesor y el Dragón) que nos remite a la más pura tradición polichinesca, pues el dragón acaba mordiendo a todo el mundo, inclusive al espectador que es sacado al escenario para participar en la acción.

Peneque
El señor Miguel Pino con el profesor, en Bilbao.

Luego, el espectáculo se centra en la figura de Peneque, que sale cantando su canción, conocida por todos los niños, pues su presencia es harto frecuente en estas comarcas. Juego de equívocos, persecuciones y estacazos al final, muy esperados por los niños, y que se reparten con elegancia y sin truculencia alguna.

Peneque
Peneque encuentra a Peneque.

Me cuentan los hermanos Pino que su padre solía sacar varios decorados en una misma obra, muy al estilo antiguo de los teatros de títeres, pero que ahora han tenido que adaptarse al público de hoy, que no aguanta los ritmos lentos y que pide más acción y unos ritmos más jocosos. Y la verdad es que el espectáculo funcionó en La Caseta de Palma del Río como un reloj. El entusiasmo del público al acabar era mayúsculo. Todos los niños acudieron al escenario para fotografiarse con Peneque, mientras los padres se acercaban a la parada de merchandising desplegada por los Pino, comprando chapas y DVDs con las distintas historias del personaje. Como broche de oro, una niña se acercó tímida a los titiriteros mostrando a un Peneque que había hecho con sus propias manos, a modo de amoroso homenaje al pequeño héroe.

La representación acabó en fiesta y todos los presentes tuvimos que aceptar que realmente nos encontrábamos frente a un verdadero fenómeno, fascinante y singular, de los títeres en España.