Se inauguró el sábado 21 de marzo, Día Mundial del Títere, la exposición titulada ‘Todos los hilos de las manos’ de la prestigiosa titiritera de Holanda Damiët Van Dalsum, en la sala de exposiciones temporales del TOPIC de Tolosa. La exposición podrá verse hasta el mes de octubre de 2015. También, en ocasión de la Fiesta Mundial del Títere, se presentó en la sala del TOPIC la compañía griega Merlin Puppet Theatre con su magnífico espectáculo ‘Clown Houses’ (ver artículo en Titeresante aquí).
Las figuras, objetos y escenarios de Damiët van Dalsum están hechos para representar historias, crear ilusiones e inventar un mundo imaginario en el que los niños, así como también los adultos, puedan perderse; no están pensados para ser exhibidos como objetos artísticos de forma autónoma.
Sin embargo, TOPIC deseaba organizar una exposición retrospectiva acerca de la obra de Damiët van Dalsum porque, además de sus extraordinarias cualidades teatrales, estos títeres tienen un enorme poder visual propio.
La primera muestra de las figuras de Damiët tuvo lugar en Dordrecht, en los Países Bajos, hace diez años. El director de la Arte House escribió sobre ello: “Vi los títeres y parte de los decorados y me cautivaron de inmediato, si bien no sabía a qué estaba mirando exactamente. Incluso ahora que ya los he tenido en mis manos es difícil dilucidar a qué se debe su atracción”. Podría decirse que sus piezas no están hechos de nada: pedazos de cartón, alambres y plumas a los que se suman objetos que se encuentran a mano por casa casi por casualidad, como una campana, un abanico o una pieza de fruta… Estos materiales «pobres», pese a todo, llegan a verse como exquisitos y costosos. Y mientras despiden la ilusión de ser objetos ornamentales, también se les asocia con el arte primitivo, con objetos mágicos propios de extraños rituales.
La espontánea combinación de diferentes materiales evoca en el espectador fantasías surrealistas; de hecho, puede que hasta vincule todo lo mágico y lo primitivo que existe en el mundo interior de los niños pequeños; en realidad, una fuente de inspiración para muchos artistas. El aura de encantamiento, si bien remite a sentimientos que solemos mantener a buen recaudo, a un oscuro mundo de terror, miedo y tensión, no altera la jocosa imagen de los títeres, que vemos alegres y singulares. Esto es lo que impide que uno no pueda apartar la mirada de la obra de Van Dalsum: por lo absurdo de la mezcla. En lo que al placer, al empleo de materiales y al despertar de sentimientos se refiere, no existe mayor diferencia con respecto a un cuadro o una escultura. De ahí se explica que pueda considerarse su exposición en un contexto puramente artístico.
Momento de la inauguración.
Todas las fotografías son de Iñigo Royo.