(Imagen de TeatreFragile. Foto Sara Serrano)

La Fira de Titelles de Lleida ha cumplido 30 años en una madurez equilibrada, ni “desbordantemente” ambiciosa ni, sin lugar a dudas, excesivamente pequeña. Un término medio que, con una muy cuidada programación y una buena proyección nacional e internacional, aún conserva la familiaridad de lo aprehensible, la calidez de un recibimiento personal y, a lo largo de tres días, un reencontrarse con la gente las veces suficientes como para que la experiencia y el encuentro ahonden. Un fin de semana para adentrarse en una programación que incluye sala, calle, itinerantes y proyectos de carácter social, además de los encuentros y actividades de profesionales, con la afectuosa y eficiente labor como facilitadora por tercer año consecutivo de Margarida Troguet.

Encuentros con los Festivales.

El sábado 4 al mediodía, tras la presentación de Teia de Júlia Ferrero, proyecto seleccionado por l´Associacio Plataforma d`Arts de Carrer (PAC), se presentaban los Festivales Internacionales de Títeres. Un acto que por el ritmo que adquirió acabó teniendo un cierto aire performativo, cuando cada uno de los directores artísticos de los festivales internacionales representados prácticamente volaban sobre el escenario, presentaban el Festival en un elocuente ejercicio textual de nunca más de un minuto y volvían a saltar velozmente para ser sustituidos por el siguiente. Un generoso ejercicio de economía del tiempo que luego permitió que hubiera un buen espacio para que compañías y distribuidores pudieran fácilmente acercarse a presentar sus trabajos a los festivales que despertaron su interés. Entre otros, estaban representados el Festival Mondial des Théatres de Marionettes de Charleville, el Festival de Casteliers en Montreal (Canadá), el Puppet Festival de Chuncheon (Corea del Sur), el International Puppetry Festival (IPFEST) de Kenya o el Festival Au Bonheur des Momes  en Le Grand Bornand (Francia). Mucha representación francesa y una variada comitiva.

TheatreFragile.

Entre los espectáculos de calle la Compañía alemana TheatreFragile presentaba Ahoil, estrenando en la Península.  La sencillez de distintas situaciones que van entrelazando la espera del autobús de tres personajes de distintas generaciones: el pasado, el presente y el futuro.

Con continuas interacciones del público y mucha complicidad con el mismo, vamos reconociendo experiencias cotidianas y vemos como de ellas emana un halo de extracotidianeidad. La belleza de las pequeñas cosas reflejada por estos tres personajes que se subliman a través de las características máscaras de TheatreFragile: simples,  contundentes y muy expresivas.

Una extensa Compañía con gente de diversas edades y muy variada formación artística que experimenta con la combinación de diferentes disciplinas y que realiza trabajos de campo previos en cada lugar donde actúa con la finalidad de adaptar la pieza al contexto.  En palabras de TheatreFragile, uno de sus objetivos principales es “llevar el teatro directamente a la gente en lugar de esperar que el público venga al teatro”, por eso el especial interés en el espacio urbano.

Pikzpalace

También en calle o, en este caso, en una “carnicería móvil”, encontramos a la pareja belga Pikzpalace, comedia negra de estética Delicatessen para una divertida y sangrienta disección de peluches. Esta compañía especializada en humor de calle irónico, oscuro y crítico, convierten el reducido espacio de un mostrador de una carnicería-roulotte en el escenario de una hilarante masacre.

Curiosa también la disposición del público que se convierten en parte de la “instalación-espectáculo” adquiriendo el rol de clientela en una imposible cola y orden de turno de un mostrador de mercado cualquiera.  

Una de las muchas propuestas de la Compañía belga, siempre en esta línea de humor absurdo y fuera de los espacios de actuación convencionales; sus producciones se presentan en la calle o en estos escenarios-recreaciones escenográficas ad hoc móviles y construidas para cada espectáculo.

Teatro Silfo.

Dentro de una programación que engloba todas las edades y públicos muy diversos también se presentó el primer espectáculo que la Compañía italo-murciana Teatro Silfo ha hecho para la primera infancia (de 1 a 5 años): La Luna en el jardín. Pero tal como la propia compañía indica, “después de varios años de actividad y de espectáculos para niños, comprobamos cada vez más que son para todos, pequeños y grandes. Tanto para primera infancia como para segunda, tercera y cuarta… “. 

Un delicado viaje, junto a Marcello Chiarenza -autor y escenógrafo del espectáculo- por las cuatro estaciones del año, en un espacio de ensueño que hipnotiza a los más pequeñines a través de la música, la dulzura y cercanía de las actrices y los efectos mágicos diseñados por Marcello. Según palabras de Silfo, “lo que sucede es algo parecido a esa magia sencilla pero misteriosamente cautivadora, que no esconde el truco y, aun así, nos deja asombrados. Pasan de este modo las imágenes durante toda la obra y los niños no solo las ven sino que acaban siendo parte de ellas… porque son parte de ellas”.

¡Feliz 30 cumpleaños, Fira de Lleida!!