Durante la semana del 20 de noviembre al 8 de diciembre de 2019 tuvo lugar en Alicante su 32 Festival Internacional de Títeres, con diversas actuaciones en Las Cigarreras, el centro cultural que ocupa el espacio donde antes estaba la antigua fábrica de tabaco, un complejo grandioso de edificios todos ellos muy interesantes. También las funciones se hacen en otros espacios de la ciudad, como en algunos de sus parques y en el Teatro Arniches.
Hablaremos en esta primera crónica de uno de los actos principales del Festival, la presentación del libro del historiador de los títeres y del teatro especialmente en Alicante y en toda la región valenciana, Jaume Lloret i Esquerdo, que se titula ‘Els Titelles al País Valencià’ y que ha sido publicado por la Universidad de Alicante.
Nos encontramos ante una de las personas de todo el país que más se ha dedicado a estudiar siempre desde bases sólidas la historia de los títeres. Junto con Adolfo Ayuso y Paco Cornejo, constituyen la tríada investigadora de más peso que en estos momentos indaga sobre nuestra materia. Es evidente que hay otros -centrados en temas y localidades más concretos-, pero la importancia y la continuidad de los tres mencionados hace que nos atrevamos a hablar de ellos con esta contundencia.
Hay que decir que no es este el primer trabajo publicado por Jaume Lloret. Exclusivamente sobre el mundo de los títeres -ya que cuenta con muchos otros trabajos sobre el teatro en Alicante y sobre otras disciplinas y tradiciones locales- son conocidos sus libros ‘Els Titelles a Alacant’ (1997) y ‘Documenta Títeres’ (1999), además de haber participado en otros volúmenes colectivos con varios trabajos, el último de los cuales lleva por título ‘The Betlem de Tirisiti. A Nativity Puppet Play’ (en proceso de edición). Igualmente ha colaborado con la Encyclopédie Mondiale des Arts de la Marionnette (2009).
La presentación se hizo el miércoles día 4 de diciembre en el Centro Municipal de las Artes de Alicante, en la plaza Quijano, con una asistencia de más de cien personas, entre amigos, familiares y titiriteros, que llenó todo el espacio de la entrada del edificio, donde se suelen hacer exposiciones. Fue Ángel Casado, el director de Festitíteres y el culpable de que Jaume Lloret se interesara por los títeres, como explicó el autor durante su intervención posterior, el encargado de introducir el acto. Ángel Casado es un histórico activista del mundo del teatro y especialmente de los títeres, habiendo tenido a lo largo de los años diversas responsabilidades en el seno de la UNIMA Internacional, de la que ha sido Consejero en los últimos decenios. Junto a César Omar García -hoy residente en Argentina-, fueron los fundadores de Festitíteres hace ya 32 años.
A continuación, tomaron la palabra Josep Forcadell, director del Servicio de Publicaciones de la Universidad de Alicante, Gabriel Sansano, autor del prólogo, y Virgilio Tortosa, doctor en Filología Española, Universidad de Alicante. Los tres actuaron de padrinos de Jaume Lloret, alabando sus virtudes como estudioso y como persona, así como sus diferentes trabajos, algunos de ellos de una gran importancia, como es el estudio exhaustivo efectuado por Lloret sobre la Casa de Comedias de Alicante, fundada en 1616, siendo la más antigua de España la de Valencia (1584).
Acto seguido, se inició la presentación a cargo del propio autor, que constituyó de hecho una corta pero preciosa conferencia, con imágenes del libro proyectadas en una pantalla, sobre la historia de los títeres en todo el País Valencià. Un relato que se inicia ya en los primeros tiempos de la Historia, con referencias a los rituales mágico-religiosos de la Antigüedad, pero que entra en materia mostrando todo lo que se sabe del largo período medieval.
De hecho, la singularidad y la importancia del libro de Jaume Lloret es que el autor ha realizado el ingente esfuerzo de ofrecernos un relato completo que se inicia con la época medieval para acabar en nuestros días, atreviéndose a zambullirse en las laberínticas fases de la modernidad y de los tiempos finales del siglo XX e inicios del siglo XXI. Un trabajo hasta ahora nunca realizado por ningún estudioso, salvo el libro de Paco Porras ‘Títeres’, para el que Lloret i Esquerdo mostró la máxima admiración, pese a las bases a veces poco académicas de Porras, pero siempre fiables y trascendentales para reunir una información entonces dispersa.
Explicó el autor que su concepto de lo que son los Títeres es muy generoso, ya que abarca el amplio abanico de figuras de todo tipo y dimensión susceptibles de alguna forma de animación. Citaremos sus palabras, que constituyen una buena definición de las artes titiriteras:
‘Los títeres engloban toda una serie de espectáculos que tienen en común la utilización como medio de expresión de muñecos, figuras o cualquier objeto susceptible de ser animado por unos artistas, que, con la complicidad del público, juegan a hacer creer que los objetos tienen vida propia’.
Incluye por lo tanto el mundo de los gigantes y los cabezudos, de las bestias festivas e infernales, las celebraciones litúrgicas que utilizan esculturas articuladas, como el descenso del Cristo de Alghero, figura procedente de Alicante, o el mismo Misterio de Elche, los belenes articulados como el famoso Betlem de Tirisiti de Alcoy, las Mahomas, estas figuras gigantes que representan a un rey moro, las mismas fiestas de Moros y Cristianos, las procesiones de Corpus con sus Rocas o conjuntos escultóricos animados, las Fallas y Fogueras (con figuras que el fuego anima), y todos los ingenios mecánicos que se han utilizado durante siglos para entretener o ilustrar a la gente. He aquí la lista de palabras apuntados por el autor con las que, a lo largo del tiempo, se han llamado los títeres de diferente manera en cada momento histórico:
‘bavastells, volantines, juegos de manos, retablos, belenes, teatrillos mecánicos, máquina real, figuras corpóreas, fantoches, putxinel·lis, sombras chinescas, tutilimundi, autómatas, porritos, marionetas, ventriloquía, guiñol, etc.’
Es un universo de una enorme complejidad al que se enfrenta Jaume Lloret con un extraordinario rigor, después de haber pasado horas y horas inmerso en las hemerotecas de los periódicos o en los archivos históricos de la ciudad y del país.
También hace referencia a la importancia del período clásico con la irrupción de la Máquina Real, nombre con el que se denominaba el teatro de marionetas que se hacía en las Casas de Comedias -o Corral de Comedias, nombre en castellano de los teatros del Siglo de Oro-, de las que se han conservado numerosos títulos de las obras representadas. Un teatro bien estudiado por el historiador Paco Cornejo, de Sevilla, y que utilizaba marionetas de vara parecidas a los actuales pupi sicilianos.
La investigación de Lloret brilla aún más cuando entramos en el siglo XIX y nos habla de los diferentes géneros que en aquella época irrumpieron en la sociedad valenciana, desde el teatro de sombras, las fantasmagorías, los pabellones de autómatas, los espectáculos de linterna mágica y otros efectos ópticos, las grandes compañías extranjeras de marionetas de hilo y, más adelante, los ejercicios de ventriloquía. Destaca Valencia en este campo al haber traído al mundo a uno de los más grandes artistas mundiales en la materia, Paco Sanz, a quien dedica buena parte del capítulo sobre la ventriloquía.
A continuación, dedica todo un apartado a los títeres durante el período que va de 1900 a 1939, que titula ‘Las Artes del Títere: entre la crisis y la innovación’. Un capítulo muy interesante en el que complementa las investigaciones que también está llevando a cabo el aragonés Adolfo Ayuso sobre este período. Y le sigue el dedicado a los títeres durante el Franquismo, un capítulo de una gran importancia, ya que nos explica el declive de las artes titiriteras pero a la vez como se mantuvo su práctica sometida a los condicionamientos sociales y políticos de la época. Una etapa histórica que conduce a la que se inicia con la llegada de la Democracia.
Y es aquí donde el trabajo de Lloret i Esquerdo se vuelve fabuloso y arriesgado a la vez, al atreverse a plantear una historia de los títeres valencianos en la época actual -llega hasta el año 2018-, metiéndose de lleno por el laberinto los nuevos grupos que nacen, se mantienen o desaparecen, en un número cada vez creciente, una necesidad perentoria para aclarar el panorama profesional valenciano de los títeres de hoy.
Hay que añadir que la obra contiene en sus páginas finales un índice onomástico, un índice de grupos de teatro valencianos y un índice de obras.
Un libro ejemplar y un hito en la historia de los títeres, no sólo en Valencia, sino en todo el país, dada la gran cantidad de vasos comunicantes que existe entre regiones y ciudades. Una iniciativa que ojalá encuentre sus imitadores en otras zonas del país, con vistas a obtener no sólo una imagen del conjunto sino el relato capaz de coser el espacio con el tiempo.