Shaday Larios y Jomi Oligor, de la compañía Oligor y Microscopía, han presentado un vídeo titulado Después de la Arena, con música original del compositor Amad Araujo, ‘un pequeño homenaje dedicado a nuestros mayores, a nuestras mayores, a quienes se nos fueron en estos días sin poder despedirnos, a quienes todavía están’. Una película de catorce minutos que es una verdadera delicia de ver, en la que los dos artistas han puesto toda su sensibilidad y su poética particular.
Dicen los autores: ‘Que un día la palabra vejez no abra un desierto a su alrededor y si lo abre, que sea un lugar donde el cuerpo solitario que ya se va, se rodee de la fuerza que deja a su paso la sucesión de la vida, la sucesión de la arena’.
Nos encontramos ante un discurso visual hecho de vacíos, de la tierra cuarteada por la sequedad, de una vegetación onírica en la que el primer plano nos habla de una sensibilidad en los límites de la vida y del tiempo, que es cuando los seres vivos nos vemos reflejados en todo lo que nos rodea, en las cosas que nos llegan del pasado como si las llamáramos y acudieran empujadas por el viento crepuscular de nuestro aliento, momentos mágicos en los que nos deshacemos de las cosas que ya no nos son útiles, ese batiburrillo aleatorio de objetos residuales pero a la vez tan personales, que se desprenden de nosotros. Pinceladas de imágenes en blanco y negro, hojas del calendario que vuelan bajo la mirada de un escarabajo que sigue su camino infinito agarrado a la tierra, o bajo la sombra de las alas de una mariposa que celebra con sus colores la riqueza de la vida. Lo acompaña la secuencia musical de Amad Araujo, cuyos acordes de guitarra parecen querer rasgar la superficie de los recuerdos difusos.
Vale la pena ver este vídeo y dejarse llevar por las imágenes que, como es habitual en estos dos artistas, hablan por lo que no dicen y por lo que medio desvelan, mediante un lenguaje, el de la poesía, que es reflejo y transparencia a la vez. Precioso trabajo y muy recomendable.