(Jesús Benedicto Dumall en la exposición realizada en el Festival de Titelles del Moianès en 2019)
El día 22 de setiembre a medianoche falleció el titiritero aragonés Jesús Benedicto Dumall, a quien conocíamos con el apelativo “Toy”.
Toy fue un hombre discreto y honesto, polémico con algunas personas, que se mantuvo siempre alejado de trapicheos, politiquerías y otros juegos mundanos, que le granjearon no pocas enemistades y encontronazos, a consecuencia de los cuales, en una fase anterior de su vida, le llevaron a mostrar un carácter rudo y a veces intransigente. Pero siempre fue un amigo extraordinario, generoso y locuaz, dotado de una enorme inteligencia, creatividad y sensibilidad.
De su faceta artística sin duda hay que reseñar que fue el creador y director del grupo Teatro Taraneya, alrededor del cual giró prácticamente toda su trayectoria profesional.
Taraneya empezó sus actividades en 1981 en Binéfar, Huesca (España). Produjo más de una veintena de espectáculos, usando para ellos y con estilo propio las más variadas técnicas que fueron desde el popular títere de guante y lengüeta, hasta el preciosista Kuruma-Ningyo, que aprendió del maestro japonés Ryuji Nishikawa, compartiendo con él todo un año de trabajo. Enriqueció su formación asistiendo asimismo a numerosos cursos para profesionales, impartidos por maestros de distintas nacionalidades, entre ellos el búlgaro Athanas Ilkov, aunque como decía él: “de quien más hemos aprendido ha sido del público”.
En 1987 encaró uno de sus proyectos más ambiciosos, la coproducción de “El Quijote” con el Marionetteatern de Estocolmo, dirigido entonces por el maestro Michael Meschke, permaneciendo en Suecia por espacio de un año y participando en otras afamadas producciones de éste como el “Ubú Rey”.
El grupo, ya con su pareja Arunee Vasanserekul que se incorporó en 1989, viajó por medio mundo, actuando en Festivales internacionales, circuitos y programaciones de países como Suecia, Bulgaria, Filipinas, Japón, Corea del Sur, Tailandia, Argentina, México, Ecuador, Bélgica, Italia, Hungría o Myanmar (Birmania).
Desde 1995 y a medias con el grupo Los Titiriteros de Binéfar programó el circuito independiente «Títeres por el Camino» que se extendió por varios pueblos y ciudades de la provincia de Huesca. Durante esos años presentaron a más de ochenta compañías de teatro de títeres de todo el mundo.
Uno de sus espectáculos más recordados es sin duda “El Trotamundos”, con el que recibió el tercer premio del Festival Internacional de Békèscsaba, en Hungría. Toy, acompañado de un músico y armado con su largo abrigo, un enorme sombrero, una maleta y un paraguas, llegaba a escena, se sentaba sobre su maleta y abría el enorme paraguas frente a él, a modo de teatrillo. Arrancaba con un Limerick, esas poesías que tanto le gustaban leer y escribir, que rezaba así:
«Había en Aragón un amable titiritero
Que a todo el mundo fascinaba con su paraguas y su sombrero
Cuando estuvo a punto de abrir su corazón
Pensó mejor dejarlo para otra ocasión
Aquel amable y pobre Titiritero»
Otra faceta que le influyó enormemente con esa curiosidad innata que tenía, fue querer conocer y aprender las técnicas de construcción y manipulación propias de los titiriteros del Sudeste asiático. Fruto de ello, además de adquirir un enorme conocimiento de la materia, es la recopilación de más de doscientos títeres de insuperable factura, procedentes de países como Tailandia, Myanmar, Indonesia, Malasia, etc., con la que formó la extraordinaria exposición “Colección Taraneya, títeres del Sudeste asiático” que expuso en no pocas ocasiones.
Aunque llevaba retirado de los escenarios desde hacía unos años, seguía intacta su pasión por el teatro de títeres, por eso en cuanto supo que había la posibilidad, nos ofreció montar desinteresadamente la exposición en el Festival de Titelles del Moianès. En 2019 tuvimos la suerte de poder exponer la primera parte, dedicada al teatro de títeres y sombras de Tailandia, con motivo de la tercera edición del festival. Él personalmente la engrandeció con unas memorables visitas guiadas, en las que amablemente atendió a los sorprendidos visitantes con documentadas respuestas y con la representación de una breve pieza de teatro de sombras tailandés, siguiendo todo el ritual tradicional previo y posterior a la función.
La llegada de la pandemia nos frustró los planes que teníamos y que tanta ilusión le hacía de ofrecer una segunda parte en 2020, dedicada a los títeres de hilo de Myanmar y la tercera en 2021 con los títeres de Indonesia y Malasia. En 2022 ya fue imposible, porque se le detectó el cáncer que ha acabado con su vida de modo abrupto a los 64 años de edad.
Carles Cañellas
25/09/2022