Acabamos con este artículo las crónicas dedicadas a la 24ª edición del Parque de las Marionetas, que tuvo lugar durante las Fiestas del Pilar de Zaragoza. Y lo haremos comentando la cita anual que tiene Pelegrín, el héroe polichinesco del Teatro Arbolé, con el público zaragozano en el teatrillo instalado junto a la Plaza de los Sitios. Personaje que acaba de cumplir ni más ni menos que 40 años. La histórica compañía celebró ya el aniversario el domingo 23 de abril de 2023 (ver aquí) en el Parque de las Aguas donde se halla el Teatro Arbolé. Y lo ha vuelto a celebrar estos días con la edición de un cómic (ver aquí) titulado La cachiporra perdida de Pelegrín, una idea de Esteban Villarrocha Ardisa con ilustraciones de Diego Burdio y guion de Juan Pérez Juanerete.
Viñeta del tebeo ‘La cachiporra perdida de Pelegrín’
Hablaremos después de otros de los espectáculos que pude ver en el Parque Grande José Antonio Labordeta, concretamente de los siguientes títulos: Blancanieves, de la Chana Teatro; La casa por el tejado, de Corral de García; Mix, de Spasmo Teatro; Se vende hermano pequeño, del Centre de Titelles de Lleida; La osa estelar, de Panta Rhei; Juegos de Monstruos 2, del Théâtre de La Toupine; y Niño-Nido, de Partículas Elementales.
Pelegrín en las Fiestas del Pilar
En efecto, es ya un clásico de las Fiestas del Pilar que las familias acudan al barracón sin techo que instala el Teatro Arbolé junto a la Plaza de los Sitios de Zaragoza, concretamente en la calle Moret. Allí, los titiriteros de Arbolé se van turnando para animar y dar vida a Pelegrín, según el estilo y los gustos de cada uno de ellos, de modo que en estos días de exhibición se puede ver una buena parte del extenso repertorio pelegrinesco.
Azucena Roda con Pelegrín y el Diablo. Foto T.R.
Se repartieron las funciones este año Pablo Girón, Iñaki Juárez, Julia Juárez y, por primera vez, Azucena Roda, actriz titiritera de la compañía que se estrenó como solista de guante con la obra El Panadero y el Diablo. Vean aquí el texto de Esteban Villarrocha Ardisa dedicado al bautizo titiritero de Azucena Roda, que salió muy airosa de la difícil prueba de encararse con un personaje como Pelegrín. Podríamos decir, en términos taurinos y metafóricos, que el público le concedió las dos orejas y el rabo del Diablo, muy bien ganados por la titiritera de Zaragoza.
Este cronista pudo ver dos de las representaciones, la conducida por Pablo Girón con la obra El Ladrón de Sandías, y la citada de Azucena Roda. En ambas pude constatar la buena sintonía que mantiene Pelegrín con el público del Pilar, de familias que vienen de todo Aragón. Con esta visita a los títeres de cachiporra, estas familias pueden conectar con una tradición longeva que sus abuelos y tatarabuelos conocieron bien, y que los titiriteros de Arbolé han ido adaptando a los nuevos tiempos, reduciendo las escabrosidades que a veces tenían sus espectáculos, pero manteniendo vivo el espíritu cachiporrero que los caracteriza.
Los otros tres titiriteros oficiantes: Julia Juárez, Iñaki Juárez y Pablo Girón. Foto T.R.
Podríamos preguntarnos, ¿en qué consiste este espíritu cachiporrero? Este cronista se atreve a enumerar las siguientes características: vitalidad generalmente exacerbada de los personajes principales, en especial del héroe que ocupa el rol de polichinela; afán libertario del héroe; pasar del dicho al hecho en un plis-plas; afán de justicia y muy a menudo ardor justiciero; polichinela como personaje de doble cara: héroe y antihéroe; sensibilidad social y empatía hacia los pobres, crítica a los ricos; ingenuidad inocente de los personajes positivos, maldad retorcida de los negativos; enfrentarse a los destinos preestablecidos; solo para indicar algunos de los rasgos más vistosos.
Pelegrín pirata. Fotio T.R.
Pelegrín cumple con la mayoría de estos trazos y por ello se le considera el polichinela aragonés actual o al menos uno de los más notables y conocidos de los que hoy recorren los viejos territorios de esta parte occidental de la Corona de Aragón.
¡Que Fortuna y los titiriteros de Arbolé le den larga y fecunda vida!
Blancanieves, de la Chana Teatro
Tengo que decir que no pude ver este espectáculo en su presentación en el Parque de las Marionetas: llegué unos minutos tarde y ya no pude entrar. Pero, tras haber ganado el Premio al Mejor Espectáculo, y dado que había visto la obra en mayo en el Festival Internacional de Teatre de Teresetes de Mallorca, creo que es posible y de obligación dedicarle unas palabras, tratándose de un trabajo tan redondo como el que nos atañe.
Imagen de Blancanieves. Foto Pablo Caracuel
Nos encontramos ante uno de los artistas titiriteros más sustanciosos y de mayor enjundia de los que hoy se mueven por España y por aquellos países de habla hispánica, teniendo en cuenta que en sus obras tiene una gran importancia el texto siempre en un buen español, así como el buen decir del mismo.
Me permito traducirme del catalán en lo dije en su día en Putxinel·li, sobre la versión efectuada por Santos del conocido cuento de hadas de los hermanos Grimm:
De nuevo el contraste entre los contenidos y los objetos junto a las imágenes creadas, dispara la carcajada, y un jocoso tono de hilaridad se impone a lo largo de la obra. No regatea Santos crudeza a la historia, mientras deja que su parte fantástica se eleve hacia unas cumbres donde la histriónica imaginación del autor-intérprete se llena de intensidad expresiva y de un humor magnífico. Lo hace jugando siempre con el contraste de los personajes que están representados por objetos y trastos varios, que mantienen correspondencias simbólicas cogidas por los pelos o simplemente nulas, puramente aleatorias, lo que aún los hace más irónicos y divertidos.
Imagen de Blancanieves. Foto Pablo Caracuel
Creo que, en esta obra, Santos ha articulado una propuesta en la que su forma de trabajar con la palabra y los objetos consigue desplegar todo su potencial, con imágenes muy poderosas y momentos de alta intensidad irónico-poética, que la música de Pep Pascual, el gran músico con el que suele trabajar sus espectáculos, ensalza y eleva aún más.
Pongo como botón de muestra estos versos iniciales de la obra, que Santos ofrece como introducción y que indican muy bien el tono por el que transita el texto:
Hace muchos, muchos años
Exactamente un montón
En una remota región
Cayó una inmensa nevada.
Y hasta aquí no pasa nada,
Pero ahora viene el lío:
Una reina caprichosa
Pensando en sus reales cosas
Muy distraída cosía:
“¡Ay, Dios mío, qué avería,
Me he pinchado con la aguja!”
Y sin más la reina estruja
Aquella herida sangrienta.
¡ Oh, qué imagen tan violenta!
Pero ella no lo ve igual,
Le parece colosal
Aquel paisaje formado
Por su sangre, lo nevado,
La cúpula celestial
A través del ventanal
Y la noche, negra noche,
Noche negra y estrellada.
¡ Oy, oy, oy.oy qué monada!
“Yo quiero una hija así:
que destelle en todo el cielo,
con las nubes por sombrero
y un corazón luminoso.
y ya no quiero más nada”
Y a los nueve meses justos,
Por ser deseo real,
Vino a este mundo mortal
Una preciosa niña:
Blancanieves.
No es de extrañar que el público y la dirección del festival le hayan otorgado el Premio al Mejor Espectáculo.
La casa por el tejado, de Corral de García
Fue una muy grata sorpresa asistir a esta producción de Corral de García, el centro de creación, residencias y producción creado por la histórica compañía aragonesa Viridiana, y muy concretamente por Jesús Abués, en Santa Eulalia de Gállego, localidad situada en la ribera del rio Gállego, provincia de Zaragoza.
Blanca Sánchez y Laura de la Fuente. Foto compañía
Una obra también titulada Los hilos de la memoria, en la que se habla de la importancia de la memoria conservada por los abuelos y las abuelas de nuestras zonas rurales y no tan rurales, y que nos remite a otras épocas históricas, en un tiempo de cambio tan trepidante como el que vivimos.
Interpretada por las dos actrices Blanca Sánchez y Laura de la Fuente, y con dirección de Jesús Arbués, La casa por el tejado es un viaje por la memoria de una abuela que se le aparece a su nieta como fantasma que habita en el desván de la casa, dentro de un cuadro.
Foto compañía
Un fantasma que casi de inmediato cobra vida y forma, magníficamente materializado por la actriz Laura de la Fuente que encarna la figura del retrato, y que interactúa con su nieta, una joven moderna, hiperactiva y lenguaraz, lo que permite el choque entre los dos mundos que ambas representan.
Pero lo más interesante del montaje es la evolución que la obra nos muestra, a través de sus cuentos y canciones, en la relación de las dos mujeres, a medida que el drama se la vida se acentúa con los episodios de amor, guerra y hambre sufridos por la abuela. Poco a poco, el tono va cambando y casi sin darnos cuenta, pasamos de la ligereza frívola del principio a una atmósfera de profunda emotividad, bien servida por la presencia y la voz templada y vibrante de Laura de la Fuente, mientras la joven nieta, brillantemente representada por Blanca Sánchez, va entrando también en la misma tonalidad grave y sentida. Ambas intérpretes bordan la última parte del montaje, que consigue unas alturas que desde el escenario al aire libre del Parque de las Marionetas consiguió emocionar a todos los espectadores, entregados a la profunda humanidad de las canciones, las voces y los dos personajes.
Foto compañía
Las dos actrices recibieron sinceros y emocionados aplausos del público familiar, visiblemente tocado por las canciones y los contenidos de la obra.
Mix, de Spasmo Teatro
La compañía de Salamanca Spasmo Teatro impresionó al público familiar zaragozano con su espectáculo MIX, en el que sus cuatro intérpretes, Vicente Martín, Álvaro Sánchez, José G. Sánchez e Isaac Tapia, mostraron sus grandes dotes de mimos cómicos, respaldados por larga experiencia de trabajar juntos desde 1992.
Números hilarantes de cabaret, siempre acompañados por una rica banda sonora musical con títulos mayor, mente conocidos por el público, siempre llenos de ritmo y buen humor, y con una sincronía perfecta con los movimentos de los actores bailarines. Unas veces rozando los registros del circo y el lenguaje del clown, otras directamente asociados a la danza, al mimo, y a la parodia. Con una característica que denota la aguda inteligencia de sus pantomimas: el hecho de no regatear nunca la autoparodia, cuando es propicio su uso.
El tono de cabaret, que a veces se acercaba al registro de los musicales televisivos, conectó de inmediato con el público, siempre ansioso de pasárselo bien, sobre todo si en el escenario hay talento y prodigalidad. En efecto, Spasmo Teatro no regateó esfuerzos en su presentación en el Parque de las Marionetas, dando de sí más de lo que cabía esperar de ellos, teniendo en cuenta el esfuerzo que se les suponía. Pues tras los números, repitieron algunos de ellos en cámara lenta y sin ocultar los trucos, como el precioso tiovivo cuyos animalitos de madera eran los mismos cómicos, o el número de los caballos, ahora con sus composiciones al descubierto.
Un espectáculo que bien podríamos calificar de homenaje a las ferias populares de antaño con sus viejas atracciones, sus juegos de tiro al blanco, los autos de choque, el túnel de los horrores…, y tantos otros números.
Los espectadores, que sabían muy bien que estaban en un festival de teatro de feria al que le son fieles año tras año, agradecieron estas resonancias con sus bravos y prolongados aplausos, así como la entrega mostrada por los actores de Spasmo Teatro.
Se vende hermano pequeño, del Centre de Titelles de Lleida
Actuó también en el Escenario Infantil del Parque de las Marionetas la compañía del Centre de Titelles de Lleida con su montaje estrenado en la última Fira de Titelles de Lleida, Se vende hermano pequeño. Una adaptación del cuento de Stefan Booner y Maria Meijer realizada por el gran maestro titiritero Joan.Andreu Vallvé, autor y director de la mayoría de las obras del Centre de Titelles y también el diseñador de sus escenografías.
Foto compañía
Actuó en esta ocasión el actor titiritero Albert García, que conoce muy bien el imaginario teatral de Vallvé, al ser uno de los actores fijos de la compañía, junto al saxofonista Jaume Soriano, basándose en una música escrita por Bernat Vallvé, que firma en esta ocasión el diseño de los títeres junto a su hermana Elisabet Vallvé.
Foto compañía
El montaje se basa en los recuerdos del joven actor titiritero que presenta la función, de cuando de niño jugaba con sus muñecas, concretamente con la que fue su amiga y preferida, Nina. Un día, le trae un hermanito. ¿Y qué ocurre cuando en una familia aparece de pronto un hermanito pequeño? Lo propio es que se abra la caja de las envidias, torturando a los dos afectados, hasta que los nuevos hábitos de convivencia se imponen, por aprendizaje propio y por la mano externa de los que cuidan de ellos.
Lo interesante del montaje es que permite a los niños espectadores y a sus papis verse desde afuera, en sus comportamientos atávicos y a veces perversos, con lo que el teatro cumple con su función de ser espejo de la realidad, en este caso de las familias. Si ello se hace con un trabajo muy cuidado de los actores, que saben muy bien cómo dirigirse a los niños, y mediante una estética de un acabado impecable, como es propio en los espectáculos del Centre de Titelles, no cabe duda de que nos encontramos ante un montaje adecuadísimo para el público al que va dirigido.
Los espectadores del Parque de las Marionetas, siempre ansiosos de gozar de buenos espectáculos que les vayan dirigidos, así lo consideraron, premiando a los dos actores leridanos con sonoros y sinceros aplausos.
La osa estelar, de Panta Rhei
La conocida compañía vasca Panta Rhei presentó dos espectáculos en el Parque de las Marionetas: Noa uy, uy, uy, que a este cronista se le escapó, y La osa estelar, que presentó entre los pinos del bosquecillo donde se habían instalado las marionetas de La Toupine, que sí pude ver.
Una obra selvática en el sentido de que presenta personajes y una situación de alta montaña con un drama protagonizado por animales salvajes, impecablemente construidos por Panta Rhei. Hay que hacer aquí un aparte para indicar el compromiso ecológico de la compañía que se traslada no solo en los contenidos de los montajes, sino en los mismos materiales utilizados para la construcción de muñecos, vestuario de los actores y escenografía.
Foto compañía
Así lo afirma la compañía, al indicar que ha construido una ‘escenografía de Land-Art, con piezas escultóricas realizadas a partir de materiales naturales que se integran en el paisaje. Cada elemento ha sido realizado en el taller de Aurum Etxea, sede de Panta Rhei. Todos los materiales son totalmente naturales y, por tanto, sin impacto en el entorno; se han utilizado ramas secas, líquenes, musgos, imprimaciones, barnices y pinturas biodegradables y no contaminantes’.
He citado estas indicaciones porque enlazan plenamente con la obra presentada y su mensaje: ‘Una creación de sensibilización hacia el respeto a la biodiversidad, basada en la sencillez y armonía de la vida animal en su entorno natural para quebrar las cristalizaciones del miedo y hallar el propio valor de crear un mundo más feliz’.
Foto compañía
Obra pues muy comprometida con algunos de los temas más candentes de la actualidad. La osa estelar es también un ‘viaje iniciático de un personaje en soledad que debe afrontar con coraje sus procesos hasta alcanzar su autorrealización. Superará adversidades y se enfrentará a sus propias sombras, debilidad y miedos. Afrontará la dificultad, el peligro y descubrirá su lugar en el mundo, conectando con la fuerza de la vida’.F
Todo viaje iniciático, cuando es contado al público, se convierte en un ritual de conocimiento alrededor del sujeto y la temática de la iniciación, y para ello son necesarios unos oficiantes. Ocupan este papel los magníficos actores de Panta Rhei, que entran en la historia con una profunda implicación emocional, lo que marca el tono entero de la representación. Son oficiantes al servicio de los seres a los que dan vida, para los que muestran una deferencia casi sacra, de acorde con el mensaje que se quiere transmitir: la naturaleza entendida como algo muy vivo, ante la que los humanos debemos inclinarnos con el adecuado respeto.
Los cuatro actores de la compañía, Maider Lasa, Unai García, Raúl Jiménez del Río y Urtzi Aristoi, con dirección de Idoia Ayestaran y Emilio de Pinedo, autor este de la dramaturgia, se prestan a su labor con una entrega encomiable, inmersos en una catarsis de identificación animal, atrapando la atención de los espectadores, que contemplan la acción como si se encontraran en plena selva, participando ellos también en este rito de reconocimiento, con unos títeres magníficos creados por Ariel García e Idoia Ayestaran.
Juegos de Monstruos 2, del Théâtre de La Toupine
Terminamos esta crónica hablando de las instalaciones montadas por la compañía francesa La Toupine, de la que no hace mucho ya vimos, en el Festival de Teresetes de Palma de Mallorca, uno de sus artefactos más logrados, la Bola de Nieve que deambula sola por las calles sin que nadie vea cómo se mueve sin conductor alguno.
En el Parque de las Marionetas presentó unas figuras fijas pero móviles, monstruos, como las llama la misma Toupine, que se mueven con la interacción de los visitantes que entran en el recinto, niños y mayores que se les acercan atraídos por la extrañeza de sus formas y movimientos.
Figuras mecánicas realizadas según una estética que podríamos definir como retro-futuristas, pues si por un lado pertenecen al tiempo de la mecánica simple sin atisbos de lo digital, por el otro nos habla de mundos otros, alienígenas que habitan en los universos futuribles de nuestra imaginación.
Foto compañía
Y tal es el fundamento de estos monstruos que nos invitan a jugar con ellos: obligar a nuestra imaginación a hacerlos amigables, afín de introducirlos en nuestros imaginarios y abrir de este modo espacios nuevos de la figuración. Algo que los de La Toupine son avanzados practicantes, como denota muy bien el éxito cosechado por sus invenciones titiriteras. Un lujo para las familias zaragozanas que entraron en su recinto y realizaron gozosos los ejercicios de esta gimnástica de la imaginación.
Niño-Nido, de Partículos Elementales
No pudimos ver este precioso espectáculo de la compañía portuguesa Partículas Elementales, pero remito al lector a los diferentes artículos publicados en Titeresante que hablan del trabajo de Carlos Silva, el actor titiritero que está detrás de sus espectáculos. Los pueden ver clicando aquí, algunos referidos directamente al mismo espectáculo presentado en el Parque de las Marionetas.