Tal como estaba previsto, se celebró del 15 al 17 de noviembre 2024, en La Pola de Siero (Oviedo) Asturias, el 23 Congreso de UNIMA Federación España, en colaboración con UNIMA Asturias. Un lugar que ya recibió en 2017 un anterior Congreso de UNIMA, también organizado con mucha pericia por los socios de UNIMA Asturias.

Además de haber planificado un programa muy atractivo con actuaciones teatrales, conferencia y visitas guiadas al Museo del Títere y a lo más granado de la localidad, el Congreso aportaba la novedad de estrenar una nueva directiva. También hubo la imprescindible asamblea de los socios, para debatir sobre el funcionamiento de la asociación, que se celebró el sábado 16, el segundo día del encuentro. 

En esta crónica hablaremos de los dos espectáculos que pudimos ver, Una rueda que da vueltas, de Almealera (Ávila), y Gloria Bendita, de Joseán Mateos.

Cartel del XXIII Congreso diseñado por Chantal Franco: “Luz, micro y punto”. (Asturias)

Llegada y apertura del Congreso

Llegamos el viernes día 15 de noviembre a las 19:30h en punto, desde los más diversos lugares de España, literalmente apresurados y emocionados por todo lo que nos esperaba. Joaquín Hernández, el mago del encuentro, se las ingenió, junto con su equipo, para acreditarnos rápidamente y acomodarnos en el escenario del Teatro del Auditorio de La Pola de Siero.

Foto de familia asistentes al Congreso. Foto Unima Federación España

Los espectadores, congresistas y público, estábamos sentados en el mismísimo escenario, rodeando la escenografía del primer espectáculo que íbamos a disfrutar. Todo un privilegio. Fue la primera sorpresa de la noche. Y desde ahí, el propio Joaquín Hernández inauguró el congreso, con un fuerte aplauso para la artista y titiritera Chantal Franco, por el hermoso y acertado cartel que había realizado. 

Una rueda que da vueltas, de Almealera (Ávila)

El espectáculo que íbamos a disfrutar, se merecía esa proximidad entre público y obra. Se trata de un extraordinario trabajo unipersonal de teatro de objetos y documental: Una rueda que da vueltas, de Proyecto Amealera (Ávila), que obtuvo el Premio Fetén 2024 a la mejor intérprete.

Foto compañía

Laura Santos, la actriz protagonista de esta fascinante historia, nos tuvo en vilo y sorprendidos todo el tiempo. Objetos y voz en directo, formaron un nudo inseparable de emoción y narración, de verdad y ficción de total originalidad. Aquí los objetos son: grano, agua, tierra, paja, piedras de moler, trigo, la hoz, los trigales y algunas fotos, en papel y en proyección de algunos de sus personajes. También hubo una fiesta, con cadenetas y flores. Momento de alegría en el que se invitó al público a participar en el baile con ella, como si estuviésemos presentes en la plaza de aquel pueblo imaginario.

La obra trata sobre la historia de un molino de harina, con sus molineros y molineras. Molinos que mayormente han desaparecido en los pueblos y los campos de aquella comarca del mundo rural de Ávila.

Un trabajo como dijimos documental, basado en una serie de entrevistas que Laura hizo a molineros y molineras, y también a pastores, que habían trabajado en ellos y que aún vivían para contarlo.  Nos habla de la mujer que de niña molió en el molino de agua en ruinas que los padres de Laura restauraron.  La implicación personal de la intérprete con la historia estaba muy presente. Para el grupo, esta “Rueda que da vueltas” es un homenaje a unas vidas y lugares que lo vivieron y sufrieron, y para que no queden olvidados.

La narración oral de esta historia, tiene una curiosa estructura, ingeniada por la intérprete, para hacer participar al público. Laura reparte ocho papeletas que el público va eligiendo. Cada número lleva una frase, que el participante leerá cuando su número sea llamado. Y así se van sucediendo los episodios según el concepto que cada frase sugiere.

Foto compañía

Fue una gran experiencia haber visualizado todo este mundo de contrastes, a través de la magnífica interpretación de Laura Santos. Sentir y ser consciente del horror de una vida tan dolorosa, con ese gran esfuerzo humano y de los pobres mulos, con la tierra, con el tiempo en contra y con la miseria. ¿Vale la pena vivirlo?, me pregunté. Quizás no. Pero todo tiene un proceso en la obra y en la vida. Y la verdad es que la obra muestra lo mucho que se aprende del trabajo de estas personas. Pobres y humildes, pero profundamente conocedores de los saberes alrededor del molino y de la vida en los campos. La sabiduría de cómo hacer las cosas perfectamente bien, para lograr un buen trigo, un buen molido, un buen grano y por fin una magnífica harina de la que están orgullosos. Todo eso nos lo da un teatro de objetos y documental, que aporta nuevos caminos que explorar y emocionar. Impresionante.

Laura Santos ha contado para montar su obra con la escenografía e iluminación de los componentes de El Patio Teatro (Izaskun Fernández, Julián Sáenz-López, Marina Santos y Pilar Valdelvira) y otras colaboraciones.

Antes de encaminarnos a descansar al hotel en el Berrón, a unos kilómetros de La Pola de Siero, cenamos todos en compañía, en la Sidrería El Madreñeru de Loreto. Allí disfrutamos de la rica comida asturiana y su sidra, todo un manjar para culminar esta primera jornada.

“GLORIA BENDITA” de Josean Mateos. 

El otro espectáculo que vimos el sábado 16 de Noviembre, a las 19:00 h, en el mismo Teatro del Auditorio de La Pola de Siero, fue Gloria Bendita, de Arteria Producciones de Aragón. Una creación de Josean Mateos. En este caso los espectadores ocupamos los asientos del patio de butacas, y el escenario quedó entero para Josean y sus criaturas.

Gloria y Josean Mateos. Foto compañía

Un trabajo, el de Josean, muy emotivo y espectacular, que mereció el Premio l Artista Revelación 2024 de Aragón Escena. Como dijo Toni Rumbau, hablando del trabajo de Josean, “Se trata el suyo de uno de los cometidos más difíciles para los titiriteros actores que se enfrentan a dar vida a una marioneta de medida real, estando ambos frente al público. Un ejercicio de desdoblamiento, pues da voz a los dos personajes, aunque prevalezca el de la ficción, que centra la historia, pero siempre con la presencia detrás del otro que lo mueve y le da vida”

En efecto, el dominio de las voces y de la gestualidad fue excelente, ayudado por una impecable y preciosa factura del muñeco y de su vestuario. Por otra parte, esta mezcla de inseguridad, ternura, genio y fuerza escénica, lo lleva a mirar directamente a los espectadores que puedan estar a su alcance, y cuestionarles sus dudas en el silencio de las miradas.

Es indudable que la historia de esta obra tiene una implicación personal del actor, que además de ser el autor de la idea, manipula a la vez a la marioneta Gloria. Algo lo tiene dividido y/o multiplicado. Este desdoblamiento supone un tú a tú consigo mismo, a través de un personaje exterior. Se trata de una máscara, y la utiliza para resolver ese drama interior que es la inseguridad, que un actor joven siente ante algo que lo supera. Aparece ese pánico escénico que te lleva directamente, con todas las fuerzas, al miedo a un  fracaso imaginario,  dramáticamente sentido.

Foto compañía

Lo acertado de esta propuesta es que cumple varias funciones a la vez. Por una parte se acompaña de alguien querido. Por otra parte, nos cuenta la historia de una desgraciada anciana artista que vive entre las musarañas de su pasado. Josean la admira por su experiencia, mientras  ambos se acompañan en su soledad. La presión por un hecho inminente, la mentira y la verdad de Gloria, le ayudará a encontrar la fuerza que necesita para ser el actor que quiere ser. En este proceso de luces y sombras, Josean descubre su camino y despeja los fantasmas que le impiden tocar la realidad que necesita. Psicológicamente va del pánico a la fuerza y seguridad que personaje y actor consiguen. Y a la vez derriba una fantasía insulsa, que cae por su peso en el personaje Gloria.

Durante la representación vivimos diferentes momentos, con emociones muy diversas. El personaje del títere Gloria impresiona por el realismo que tiene tan extraordinario. La estrecha cercanía entre los dos personajes traspasa el hecho técnico de estar manipulado por el propio actor. Esto mismo favorece ese acercamiento humano del afecto de la relación entre los dos, que proporciona una ternura también sorprendente y encantadora.  En otros momentos se impone  la lucha y deseo de buscar la verdad angustiosa que el actor necesita, para resolver su situación. Se crea esa tensión que da el temor a no ser capaz de resolver su vida. Y por otro lado, se siente la desesperada búsqueda de Gloria, por defender su espacio y su propio triste mundo. Lo grotesco de su situación nos hace percibir su abismo. Josean aprende y se enfrenta a la realidad que lo rodea. Fabuloso.

Joseán Mateos rodeado de algunos socios de Unima. Foto Unima Federación España

 Con la dramaturgia y dirección de Ana García Arnaiz, cabe destacar la construcción del títere, a cargo de Elena Millán y del mismo Josean Mateos, mientras firma el espacio escénico Ana García, con iluminación de Fernando Medel.