Claudia Monsalve y Fernando Moncayo, los dos titiriteros fundadores de la compañía ‘La Rana Sabia’, de Ecuador, celebran su cuarenta aniversario con la publicación de un bonito libro a todo color donde se repasa su trayectoria artística y personal. Dos pioneros del teatro de muñecos en estas latitudes centroamericanas, ella de origen colombiano, el de Ecuador. Un montón de años que, sin embargo, no parecen pesar a estos dos incansables peleadores, embarcados en el inmenso proyecto que es su Centro Cultural situado en el Valle de los Chillos, en las afueras de Quito.
Claudia Monsalve y Fernando Moncayo.
Decimos inmenso porque el Centro reúne múltiples servicios y espacios, desde el Titiriteatro, un espacio de 100 butacas para escolares y público familiar, una Biblioteca de libros sobre títeres, o el mismo Museo, aún en fase de elaboración, con más de 180 piezas procedentes de las principales tradiciones titiriteras del mundo, para dar a conocer al visitante las raíces de una de las artes más antiguas de los humanos.
El libro, además de los textos laudatorios de presentación, y del repaso exhaustivo de las creaciones realizadas por la compañía, contiene dos entrevistas a los dos creadores del grupo. Claudia Monsalve nos explica sus inicios en Bogotá y sus estudios de diseño, que acabarían llevándola a los títeres. Igualmente su militancia política desde el teatro, lo que marcaría para siempre el compromiso de los dos titiriteros. Se nota que su vida ha sido y sigue siendo fuente de gran vitalidad, una carrera para divertirse, como confiesa ella misma. El juego y la creatividad están en la base de su trabajo y de su vida.
Títeres de Claudia Monsalve.
Fernando Moncayo reflexiona sobre la modernidad y advierte de los peligros de lo simple que nuestra actual civilización parece querer conculcarnos. Simplicidad y uniformización, a los que antepone el mimo por lo micro, por el detalle, por la relación directa entre las personas, y el cultivo de la sensibilidad, para que las personas puedan singularizarse y crear la pluralidad que cualquier sociedad sana necesita. Un compromiso, pues, profundo en el día a día de la creación, de la enseñanza, de la micro-relación. Dice Moncayo: ‘Tenemos que buscar que cada uno de esos individuos sea capaz de construir su propio proyecto de vida, como ser humano integral y total, donde se respete él mismo, su dignidad y la pluralidad de una vida compleja como es la vida social. Esto será posible con un desarrollo de la sensibilidad, que también está anulada en la sociedad, porque es lo único que permite ser críticos.’ Y para ello, propone Moncayo el desarrollo de los sentidos.
Títere de Claudia Monsalve.
Claudia llegó a Ecuador con una rana, un muñeco que hizo en Bogotá, en el Parque Nacional, durante un encuentro entre artistas y comunicadores. Y la rana no sólo se quedó al llegar a Quito, sino que se convirtió en el personaje de la primera obra escrita por Fernando. A partir de ahí, se fue haciendo más sabia a cada nuevo montaje, hasta convertirse en la ‘Rana Sabia’ con la que hoy se conoce a la compañía y a los dos titiriteros.
Portada del libro conmemorativo.
¡Felicidades a Claudia y a Fernando, y muchos años felices a la Rana Sabia!