(Espectáculo en el Claustro del Convento das Bernardas, Museu da Marioneta de Lisboa. Foto de José Frade)
A los viajeros que se dejen caer estas Navidades por Lisboa, Titeresante les recomienda la visita a unos de los museos más entrañables y curiosos de la ciudad: el Museu da Marioneta, sito en la calle Rua da Esperança 146, en el barrio de Madragõa, a escasa distancia del centro. Si el visitante es además alguien relacionado con el mundo de los títeres, la visita es ciertamente ‘obligada’.
El Museu tiene su sede en el Convento das Bernadas, un edificio singular que ha cruzado los siglos al vaivén de los dramáticos episodios de la Historia hasta llegar a convertirse en una casa para las Artes de la Marioneta. El conjunto arquitectónico del viejo Convento impresiona por las dimensiones que tiene y por la belleza de algunos de sus recintos, como la capilla convertida en pequeña sala de teatro o en espacio para exposiciones temporales, y el magnífico claustro, que todavía conserva en sus pisos superiores algunas viviendas de su anterior etapa, así como un restaurante considerado como uno de los mejores de Lisboa.
Nacido en los años 80 de la mano de la compañía São Lourenzo e o Diablo como un museo muy personal, creado por el músico José Alberto Gil y la artista plástica Helena Vaz, se traslada en el año 2001 al susodicho Convento das Bernardas, donde poco a poco, primero de la mano de su primera directora, María José Machado Santos, y ahora de su actual directora, Ana Paula Rebelo Correia, se ha convertido en un celebrado museo con uno de los fondos más importantes de los existentes en la Península Ibérica.
Vale la pena leer los boletines que publica en papel y en versión digital el Museu con el nombre de NM – Noticias da Marioneta (vean aquí) en los que periódicamente se comentan las actividades más importantes llevadas a cabo, invitando al lector a sumarse a ellas.
¿Qué cuentan las marionetas?
Con este título se presentó en octubre de este año su último boletín, en el que se habla de uno de los posibles enfoques que se pueden dar a colecciones como las del Museu, donder máscaras y marionetas de muy distintas procedencias y épocas conviven con fecunda promiscuidad: ¿qué historias están en el origen de las piezas que habitan en el Museu da Marioneta? ¿Qué narrativas les dan vida?
Dice Ana Paula Rebelo Correia, en su texto de presentación:
Un museo es siempre una construcción, una ficción, donde se muestran piezas de diferentes realidades. Narrativas dentro de la narrativa propuesta por el Museu, que a su vez es percibida y transmitida de infinitas maneras por la diversidad de público que visita el museo. Una historia colectiva, en constante cuestionamiento y construcción, de la que todos somos protagonistas. Una razón más para regresar varias veces al mismo museo.
Sigue diciendo Ana Correia: El tema de este número 8 de NM son las narrativas a las que máscaras y marionetas dan forma. La imagen de la portada, una cabeza de búfalo salvaje que transporta nueve animales alusivos a tierra, aire y agua, todo esculpido en una sola pieza de madera, fue producida en la región de Ségou, en Mali, en los inicios del siglo XX y nos cuenta las historias de Sògobó, palabra que significa la ‘salida de los animales’. Si en un contexto museológico vemos sobre todo la sorprendente pieza escultórica, en su contexto de origen esta máscara gana cuerpo y vida. Manipulada por uno o dos bailarines, integra un cuerpo de tela. Las actuaciones evocan los ciclos de la naturaleza, donde cada animal invoca un espíritu específico y asegura una relación de armonía entre los humanos y los varios elementos de la naturaleza.
Unas pertinentes observaciones que sirven asimismo de introducción a la exposición que se ha mantenido durante el otoño titulada Animais (ver aquí). Una exposición que acabó a finales de noviembre, para dar paso a unas obras de remodelación de la capilla o teatro, que durarán los meses de diciembre y enero de 2023.
En las páginas de este interesante n.8 del Noticias da Marioneta, el Museu hace un despliegue de buena parte de las narrativas que encarnan las diferentes secciones de máscaras y marionetas de sus fondos expuestos.
Entender al Diablo
Muy interesante es el texto donde se habla del estudio realizado por Raúl Rodríguez, especialista en Conservación y Restauración de la Facultad de Ciencias y Tecnologías de la Universidad Nova de Lisboa, en su estancia de seis meses de residencia, sobre tres máscaras de diablo de los fondos del Museu. Se pregunta Raúl Rodríguez y Agnès Le Gac, autores del texto:
Frente a la cualidad de estos artefactos, muchas preguntas quedan por responder, a nivel autoral, material y tecnológico, así como en el ámbito de la antropología cultural y social. ¿Por qué se hicieron estas máscaras? ¿En qué contexto artesanal? ¿Fueron producidas en serie o individualmente? ¿Qué técnicas fueron utilizadas para darles la forma que tienen, y qué materiales y tintes, para la policromía que ostentan? ¿En qué momento, danza o desfile, participaron estas máscaras? ¿Con qué simbología? ¿Quién las llevó? ¿Hacían falta requisitos especiales para usarlas? ¿Había otros elementos (como un vestido) asociados a cada máscara? ¿Fueron animadas más de una vez? ¿Pueden haber sido adquiridas sin haber sido usadas? El desafío es ciertamente este: investigar y desvelar muchos de los aspectos tangibles e intangibles inherentes a tales personificaciones del diablo.