Superman, Thor y Spiderman haciendo rabiar a Zeus. Foto compañía
El pasado 23 de marzo de 2024 tuvimos a bien desplazarnos hasta El Escorial para acudir al estreno del nuevo montaje de la mítica compañía La Tartana, englobado en el festival Teatralia. Jugaban en casa y fue todo un éxito, ya que el abarrotado Real Coliseo Carlos III estuvo entregado desde el principio y la ovación final no dejó lugar a dudas. Un hilo me liga a vos mezcla títeres de mesa, actrices, títeres gigantes y música en directo (muy bella, compuesta por Ana Sánchez-Cano Jimeno). Todo hilado, redunde la redundancia, con los poéticos textos de Beatriz Giménez de Ory, reconocida y premiada autora de literatura infantil.
La Tartana. Se dice pronto llevar desde 1977 haciendo teatro, pero ahí siguen Juan Muñoz y compañía. Nacieron recorriendo calle, siguieron investigando, sumando espectáculos, engrosando las filas del arte del títere patrio. Siempre adelante. La Tartana podría fardar o dormirse en los laureles, pero no lo hace. Sigue sacando buenos espectáculos. Sigue apostando por su compromiso de producción periódica, de cuidado los valores infantiles, y sigue puliendo técnica, realización y manipulación. Trabajando con “nuevas” generaciones como la que vimos en escena en este estreno.
Amara Antía Ríos, Felipe Guerín y Soraya Manjavacas. Las tres moiras en escena. Foto compañía
La obra tiene un argumento simple y a la vez original, lo cual es mucho decir teniendo en cuenta que se mete en los jardines de los mitos clásicos: los superhéroes de hoy, esos que saltaron de los tebeos para saturar el cine, son los nuevos favoritos de los niños. Y Zeus, dios de dioses, está furioso por ello. ¿Por qué nadie se acuerda ya de los mitos clásicos? Así que manda a tres de sus moiras a acabar con todos los niños. A pesar de este algo violento punto de partida, la obra no deja de ser amable y armónica, además de bella e ilustrante. Como ya hemos apuntado, La Tartana sale más que airosa de la complicada empresa que suponía este montaje. A partir de aquí, nuestras tres protagonistas nos narran con diferentes técnicas y escenas tres de los mitos más clásicos, el del Laberinto del Minotauro, el de Ícaro y el de la malvada Aracne.
La pelea con el Minotauro, otro gran momento. Foto compañía
El trabajo actoral y de manipulación de Soraya Manjavacas y Felipe Guerín fue impecable. Ya fuera en el arranque con los títeres de mesa y los supehéroes, en los diálogos actorales o en los títeres XXL (memorable la escena de Aracne), todo estuvo en su sitio y brilló como debía. También estuvo muy atinada Amara Antía Ríos, que además de actuar y manipular se encargó de la música en directo, con varios instrumentos, elevando el lirismo de las escenas.
El vuelo de Ícaro. Foto compañía
La respuesta del público requiere su comentario. No era obra fácil para los más pequeños, pero se consiguió un silencio ultrarrespetuoso que duró todo el espectáculo. Luego se vio que había mucho de emoción contenida. Unas ganas de aplaudir y agradecer el trabajo que al final se desbocaron.
En resumen, un espectáculo redondo, bien planteado y ejecutado. Un do de pecho de La Tartana, que esperamos recorra muchos escenarios con grandes éxitos. Y de remate, a la salida del teatro los niños (y los no tanto) pudieron saludar a los títeres y sacarse fotos con ellos, cosa de agradecer y que deja siempre un dulce sabor final al espectáculo.
Amara Antía Ríos con Thor, Felipe Guerín con Aracne y Soraya Manjavacas con el Minotauro. Fotos Iñaki Oscoz