Desde hace ya unos años que Eugenio Navarro realiza insólitas y envidiables giras por varios países africanos. Empezó en el año 2009 con Ghana, invitado por la Embajada Española, que lo llevó por varias ciudades del país, algunas de ellas bien metidas en la selva. En 2010 viajó a Togo para participar en un importante festival de títeres celebrado en Lomé y volvió a repetir gira por Ghana. En 2011 le tocó Mali, país de importantes tradiciones titiriteras, y este año 2012, concretamente a principios de octubre, del 2 al 12 viajará al archipiélago de  Cabo Verde, frente a Senegal, para actuar en varias de sus islas.

Eugenio Navarro

– Fue el azar quién me llevó a contactar con determinadas personas del Ministerio de Asuntos Exteriores de España en México, contacto que derivó en estas invitaciones que hoy por hoy están siendo anuales. Creo que una de las ventajas de ser titiritero es esta abertura que tenemos al mundo, al tener espectáculos que pueden ser apreciados por cualquier público, hablen la lengua que hablen. Esto nos da muchas facilidades y una libertad de movimientos que otros campos del teatro no tienen.

Este anglo-canario fundador de La Fanfarra y del antiguo Teatro Malic, director y titiritero residente hoy del teatro más pequeño de Barcelona, La Puntual, habla perfectamente inglés, francés y español, indispensable pasaporte para poder volar por el ancho mundo.

Eugenio Navarro

– En estos viajes voy siempre con Rutinas, un espectáculo de títere de guante de cachiporra, con mucha acción y pocas palabras. Es increíble ver como públicos prácticamente vírgenes de este tipo de teatro se parten de la risa y se dejan maravillar por los títeres, por sus juegos de persecución, de palos y de equívocos. El público africano, al menos el de las zonas que conozco, es muy  entusiasta y participativo: se levantan, chillan, cantan, bailan, siempre con un gran respeto hacia el titiritero, una figura para ellos de mucha importancia social. Los espectáculos que he visto de allí, sobretodo de Mali y Togo, que es donde hay más tradición y compañías, requieren de muchos marionetistas y siempre llevan músicos en directo. Gran parte de las obras consisten en canciones y bailes, en los que participa todo el mundo. En Togo, un titiritero llevaba el discurso del Presidente de la Nación del día de la Independencia grabado en una casete y una marioneta que era una copia del mismo Presidente. El espectáculo consistía en mover la marioneta durante los sesenta minutos largos del discurso. ¡Increíble!

Eugenio Navarro

Las funciones las hace en escuelas, hospitales, centros culturales, o en las instalaciones de la Alianza Francesa, del Goethe Institut de turno, o en las escuelas españolas que hay por estos países. A veces son para el público europeo que acude gustoso a un baño de nostalgia de sus lugares de origen.

– En Bamako, capital de Mali,  al acabar la función descubrí a una señora que lloraba entre el público. Le pregunté si le ocurría algo y me contestó que lloraba de nostalgia, pues un abuelo suyo fue titiritero con la compañía del Guinyol de Lyon , y al escuchar el sonido de las voces (Eugenio utiliza la lengüeta en su espectáculo) y de los palos, le vino toda su infancia a la memoria.

Almacén títeres

Otras veces actúa para un público selvático que debe caminar horas para alcanzar el lugar de la función.

– Me ocurrió en Mali: la representación era en las afueras de Bamako y no había nadie media hora antes. De pronto empezó a llegar gente. Poblados enteros, con sus jefes, esposas y multitud de niños y familias. Llegaban caminando de lugares muy lejanos, según me dijeron los organizadores. Esperamos una buenos minutos y al final hubo más de quinientas personas. La representación fue extraordinaria, con bailes y una participación entusiasta.

Titiriteros

Públicos y costumbres diferentes, así como los horarios.

– En algunos de estos países, el día empieza con la luz solar, de modo que todo el mundo está en pie a las cinco de la mañana. Eso significa que las funciones en las escuelas se hacen muchas veces a las seis de la mañana. A las ocho, uno ya ha terminado y tienes todo el día por delante. ¡Extraordinario! Una vez actué en una escuela especial para gemelos. La razón es que en estos países los gemelos, como también les ocurre a los albinos, están mal vistos y son abandonados por las familias que los tienen. Por eso hay escuelas-residencias especiales dedicadas a ellos, sufragados por las iglesias o por patrocinadores europeos. La escuela para gemelos donde actué es un proyecto auspiciado por Kanouté, jugador de futbol del Sevilla.

Realidades titiriteras muy diferentes en todos los sentidos.

Eugenio Navarro

– Muy diferentes y muy ricas, sobretodo en Mali. Allí hay un titiritero “oficial”, muy conocido y respetado por todo el mundo, llamado Yaya Coulibaly. Con él y su elenco de marionetistas y músicos estuve viajando y actuando, uno después del otro, en mi gira por el país. Pero cuando indagué un poco, encontré que había muchos más y algunos muy buenos. En cualquier barrio puedes encontrarte con talleres y con almacenes repletos de títeres de todos los estilos y tamaños, como me ocurrió a mi en uno de los barrios de Bamako: al preguntar por títeres, levantaron la persiana de un local y por poco no me caigo del asombro al ver cientos de figuras puestas unas sobre las otras sin orden ni concierto alguno. Hay tallistas muy buenos. Hice que me buscaran a uno, y acudió un señor con un tronco de madera de caoba blanca que me hizo una copia de la cabeza de Malic en un par de horas. Perfecta, aunque no pudo obviar el característico estilo alargado de sus figuras tradicionales.

Talla Malic

Le pregunto por escenarios singulares vistos en sus viajes.

– Fue impresionante ver en Ghana el puerto de dónde salían los esclavos para América, con sus celdas para hombres, para mujeres embarazadas, para las de uso sexual, un lugar truculento y que se ha convertido en un museo de visita obligada. También me sorprendió el enorme parecido entre los títeres de algunos de estos países con los Mamulengos de Brasil. Lógico, teniendo en cuenta que muchos de los pobladores del Nuevo Mundo venían de allí.

Eugenio Navarro

Pronto Eugenio se irá a Cabo Verde. Desde Titeresante le emplazamos a tomar buena nota de cuanto vea a su alrededor, especialmente en los dominios del títere, de las máscaras y de la iconografía tradicional, tan rica en esta zona del mundo. Nos ha prometido hacerlo y escribir un diario de su próximo viaje. Mientras esperamos estas notas con impaciencia, le deseamos suerte y un feliz viaje.

Teatro en Lomé, Togo
Teatro de Marionetas en Lomé, Togo