Los pasados 18 y 19 de febrero, en el teatro alternativo Nau Ivanow de Barcelona, el colectivo local Tuvalú presentó su último trabajo, Divisions. Se trata de una sofisticada pieza de teatro de títeres basado en la tragedia griega Edipo Rey.
En algún lugar en las afueras de Tebas, un Edipo en túnica roja se pasea por una una pequeña sección de desierto, de 0,5 x 0,5 m2. Minutos antes, había escapado de una tormenta de nieve de poliestireno, elevándose por encima de ella pedaleando frenéticamente con las piernas. Ahora parece atrapado de nuevo. “No sé si estoy huyendo o buscando…”, tuitea, en lo que parece una versión rusa de Twitter, “…pero la predicción me empuja hacia adelante”. Se escucha el sonido de un helicóptero revoloteando y se ven sus luces por encima de su cabeza. ¿Viene para salvarle o lo está persiguiendo? Edipo juega sobre seguro y escapa en globo aerostático.
Esto es una parte del todo sobre el que trata Divisions, una divertida pieza que explora la ambigüedad de las perspectivas múltiples, en la que interactúan lo simple y lo complejo, lo tradicional y lo moderno. Es el producto de un encuentro creativo entre artistas de distintas disciplinas, incluidos los titiriteros María del Mar Grañena y Joan Pascual Ros, el músico de electrónica Paul Rose y la directora teatral Beatriz Liebe. Son miembros de la Associació Cultural Tuvalú, un grupo con sede en Barcelona que explora nuevas posibilidades de las artes escénicas, incluído el uso de técnicas del teatro de títeres.
La idea de “narrar una tragedia clásica griega con un títere de mano futurista, a través de sonidos e imágenes”, dice Liebe, surgió de un taller impartido por el icónico Philippe Genty en el que participó María del Mar Grañena. Así comenzó a trabajar en Divisions, en estrecha colaboración con Liebe y el resto de miembros de Tuvalú, durante un período de 18 meses.
La historia de Sófocles de Edipo Rey, escrita en el siglo 5 aC, comienza con una terrible plaga que devasta a Tebas. Tras visitar un oráculo, el rey Oedipus descubre que está desventuradamente cumpliendo una terrible profecía con el propio acto de huir de ella: asesinar a su padre y casarse con su madre. Al final, se quitará la vista con el broche de su madre. Los detalles narrativos de la sangrienta obra maestra de Sófocles no se exploran en la producción de Tuvalú, que en su lugar hace una “lectura atmosférica” del texto. La obra también recoge, al final, las palabras del dramaturgo chileno contemporáneo Andrés Kalawski como voz en off. “La forma en que (Kalawski) transmite imágenes, su sentido del humor y el dominio de la ironía …”, fueron fuentes de inspiración, dice Liebe, aunque subraya que Divisions “es fundamentalmente una pieza sonora y visual”. La imaginería del director de teatro canadiense Robert Lepage y del coreógrafo francés Philippe Decouflé también fueron usadas como influencia.
Mientras que en montajes anteriores de Tuvalú, como Agnus lupus (2007) o Mon amour (2008), los títeres desempeñaban papeles pequeños, el títere Edipo es el protagonista de Divisions. El teatrín, de 2,5 m de alto x 1,80 m de ancho, es una pared hecha de paneles removibles para mostrar pequeñas habitaciones de 0,5 m de profundidad. “Se basa en la estética de los videojuegos o los juegos de pequeño formato”, dice Liebe. Cada “nivel” tiene una atmósfera diferente, creada mediante un uso meticuloso de la iluminación, el sonidos y las texturas.
El arte de los títeres, ya sea por la buena manipulación ya sea como metáfora, es fundamental para la pieza. Desde el principio Edipo está condenado al fracaso, juega al juego del colgado con su propio nombre para ganar, como premio de consolación, un par de piernas articuladas y un vestido de rey para tentarlo a iniciar su malograda búsqueda.
También se explora la relación entre títere y titiritero. A veces, el titiritero juega a ser la “mano de dios” que salva de la ruina a un Edipo indefenso ante una condena inminente, aunque la marioneta también tiene su poder en forma de una pequeña cámara de vídeo fijada a su cabeza. “Nos permite captar lo que ve el títere en tiempo real, procesarlo y proyectarlo en la parte delantera del conjunto”, dice Liebe. “El público tiene la perspectiva del muñeco.”
Divisions aborda temas intemporales como el destino y el libre albedrío o la búsqueda de la identidad y la felicidad, todos ellos de resonancias contemporáneas inmediatas. El uso de modernas técnicas teatrales y la tecnología y el énfasis en las imágenes en vivo y la música, dice Liebe “hace que, de alguna manera, cada función sea única”.